Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo, reconoce haber secuestrado a El Mayo Zambada cuando lo entregó a las autoridades de EE UU

Joaquín Guzmán López, hijo del capo Joaquín El Chapo Guzmán, se ha declarado culpable este lunes de dos cargos por narcotráfico y crimen organizado por su participación en el Cartel de Sinaloa ante una Corte de Distrito del Norte de Illinois, según han recogido los medios nacionales. El narcotraficante, de 39 años, también ha reconocido por primera vez haber secuestrado a uno de los históricos socios de su padre, Ismael El Mayo Zambada, para entregarlo a las autoridades de Estados Unidos a finales de julio de 2024 en El Paso, Texas. Fue la estrategia que también supuso su rendición ante Washington.

El hijo del Chapo ha narrado ante la jueza Sharon Johnson cómo fue el secuestro de Zambada. La información recogida por el Chicago Tribune dibuja la escena: Guzmán le dice que necesita su ayuda para resolver una disputa, y le convence para que lo acompañe a una habitación, donde en secreto habían retirado los ventanales. Por ahí donde entran varios hombres, que atan al Mayo y le colocan una bolsa en la cabeza. Lo cargan en una camioneta, lo llevan hasta una pista de aterrizaje cercana y le fuerzan a subirse a un avión privado. Guzmán López le da una bebida mezclada con sedantes. El vuelo despega con ambos dos a bordo. Al aterrizar, serán llevados a prisión. El Mayo nunca había pisado una prisión durante su vida criminal, pese a que las autoridades estadounidenses ofrecían 15 millones de recompensa.

Las declaraciones de Guzmán López, por el que ofrecían cinco millones, son confirmación de un acto previsto desde el pasado viernes, cuando una misiva judicial difundida en redes adelantaba que el hijo del gran capo mexicano convertiría su audiencia en un cambio de declaración. El narcotraficante pasa a ser así el segundo familiar de los Guzmán en colaborar con el Gobierno de Estados Unidos. Antes lo hizo su hermano pequeño Ovidio, que se declaró culpable de narcotráfico el pasado 11 de julio ante la misma jueza.

Guzmán López siempre mantuvo un perfil bajo para esquivar la cárcel. Comenzó en el crimen organizado desde temprano, aprovechando el capital que dejaba el Cartel de Sinaloa “para invertir grandes cantidades de dinero en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia”, de acuerdo a la información del Departamento de Estado. Tras la detención del Chapo, en 2017, Guzmán López logró escalar posiciones y convertirse en un eficaz operador del grupo criminal.

La detención de ambos líderes llevó a que las facciones de los chapitos y los mayitos desataran una guerra en Sinaloa, con su capital, Culiacán, convertida en el principal escenario de la cruda violencia del grupo criminal. El Cartel de Sinaloa ha desinflado desde entonces su músculo en el país, en una situación aprovechada por el Cartel Jalisco Nueva Generación, el violento grupo que continúa exponiendo la violencia por todo el país.