Silvano Aureoles, los apuros del último gobernador del PRD

Silvano Aureoles (Carácuaro, Michoacán, 59 años) ha regresado a los titulares mexicanos. El exgobernador de Michoacán, el último mandatario en llegar al poder por las siglas del extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD), se encuentra prófugo de la justicia, arrastrando una larga lista de polémicas y denuncias. Cuatro años atrás Aureoles entregó el último gobierno perredista a Morena, bastión que ganó con Alfredo Ramírez Bedolla. Hoy, la Fiscalía General de la República (FGR) señala a Aureoles y a otros cuatro funcionarios de su Gobierno ( 2015- 2021) de irregularidades en el ejercicio de 3.400 millones de pesos. El presunto desvío de recursos se habría dado en la construcción de siete cuarteles de la Guardia Civil, la corporación de seguridad local. El Gobierno de Ramírez Bedolla, interpuso las denuncias recién llegado al poder, pero ha sido hasta ahora cuando la Fiscalía ha obtenido las órdenes de detención. Sus excolaboradores han sido detenidos y vinculados a proceso por los ilícitos, mientras él se mantiene como prófugo de la justicia. Detrás de Aureoles se teje una historia dominada por las controversias, los denuncias por malos manejos y una fortuna millonaria que incluyen presuntos nexos con la delincuencia organizada.

Aureoles, agrónomo de profesión, llegó a ser de los pesos pesados de la política en México durante los años de gloria del PRD. Antes de gobernar Michoacán fue diputado, senador y presidente municipal de Zitácuaro. Su búsqueda por la candidatura presidencial de la coalición entre el PAN, PRI y PRD fue de sus últimos intentos fallidos por retornar a la vida política del país. Su inconformidad por ser descalificado en la contienda interna del bloque opositor y sus diferencias con Xóchitl Gálvez, ganadora de la candidatura presidencial, lo llevaron a salir del equipo opositor y a desaparecer del escenario político en diciembre de 2023. Sin embargo, no desistió en su intento por regresar a la política. En 2025 sus esfuerzos se concentraron en la creación de un nuevo partido, Somos México. Guadalupe Acosta Naranjo es la cara de la agrupación política en potencia que surgió de la Marea Rosa y que ya tiene luz verde del Instituto Nacional Electoral para buscar su registro, solo falta que cumpla un puñado de requisitos. Antonio García Conejo, hermano del exgobernador, es parte de la nueva agrupación que tiene detrás el financiamiento de Aureoles, según apuntan colaboradores cercanos al político.

El exgobernador rompió con el PRD local en noviembre de 2024 después de arrastrar diferencias con las dirigencias estatal y nacional encabezadas por Octavio Ocampo y Jesús Zambrano, respectivamente. Se apartó en medio de la muerte confirmada del partido a nivel nacional consecuencia de los malos resultados en la elección del 1 de junio. Antes de la extinción, Aureoles culpó a Zambrano de llevar a la tumba al partido del sol azteca por “cuidar lealtades ciegas y no capacidades o trayectorias” en el reparto de candidaturas para el proceso electoral de 2024.

Al término de su mandato, la violencia e inseguridad en Michoacán se agudizó, principalmente en Tierra Caliente. Las imágenes de incendios y bloqueos por la presencia del crimen organizado ocuparon en 2021 los titulares de diarios nacionales e internacionales. Al cierre de su gestión mantuvo los reflectores sobre él. Un pasadizo oculto, blindaje antibalas, atención de personal de servicio las 24 horas. Así se pintaba el búnker secreto de 120 metros cuadrados en el que vivió durante seis años. Meses antes del hallazgo, Aureoles puso sobre la mesa que miembros del narcotráfico idearon en 2011 un plan para asesinarlo. “México se encamina a pasos agigantados, si no detenemos esto, a ser un narcoestado”, dijo el exgobernador en una entrevista con este diario en julio de ese año.

El sacerdote Gregorio López conocido como Padre Goyo, quien aupó las autodefensas en Michoacán para poner freno a los grupos del crimen organizado en la época más cruda de violencia e inseguridad en el Estado, vivió de cerca la Administración del perredista. Asegura que el desvío de recursos es apenas la punta del iceberg de lo que hay detrás de los gobiernos en Michoacán. Dice también que la corrupción no es exclusiva de Aureoles, alcanza a sus antecesores y a su sucesor. “Es un problema de corrupción en el sistema de gobierno en Michoacán. Quien llega, llega para robar, no para servir”, cuenta por teléfono.

El Padre Goyo señala los presuntos nexos de Aureoles con el crimen organizado, como su relación con la familia delincuencial de Los Correa, hoy rebautizada, dice, como el Cártel de Silvano. También asegura que el exgoberandor cuenta con una cuarentena de propiedades con valores millonarios por todo el Estado, entre ranchos, una universidad y gimnasios. “Esto es nada más el desfalco de tantos millones. Hay muchas cosas, mucho dinero. Michoacán es un polvorín y un terreno fértil para delincuentes”. Considera que se trata de una persecución política, sí, pero “bien merecida”. También sostiene que Aureloes está resguardado en un búnker dentro del Estado. “Él está aquí. Me animaría a decir que, bajo un resguardo eclesiastico”, sostiene el sacerdote.

Con este historial a cuestas, Aureoles buscó en más de una ocasión audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, antes de dejar el cargo como gobernador. La instantánea del entonces mandatario estatal, sentado en un banco de plástico, haciendo fila en la puerta de Palacio Nacional para ser recibido por la presidencia, fue noticia en 2021. El gobernador de oposición, el último emanado del PRD, pretendía mostrar supuestas pruebas de la llegada del narcogobierno a Michoacán. Nunca fue recibido por el presidente.