La masacre de una familia estadounidense en Durango enciende el debate de la seguridad para viajeros extranjeros en México
Un adolescente de 14 años, el único superviviente del asesinato, está gravemente herido con un disparo en la cabeza y ha sido trasladado a Texas para su tratamiento hospitalario
El 27 de diciembre, Jason Peña disfrutaba de sus vacaciones de Navidad en México con su padre y su tío. Esta familia de Chicago había viajado en coche desde Illinois a Durango, donde reside el abuelo, para celebrar el cumpleaños del adolescente, que soplaría 14 años el 29 de diciembre. Sin embargo, los cuerpos de tres miembros de la familia fueron hallados en Las Palmas, en el municipio de Santiago Papasquiaro. Jason Peña estaba allí, con una herida de bala en la cabeza. El joven ha sido trasladado a un hospital de Texas, en Estados Unidos, en medio de una ola de críticas a la seguridad para los turistas en México.
La Fiscalía de Durango ha informado que el menor de edad está “delicado de salud”. Todavía no hay detalles sobre el motivo del ataque. Martín Saúl Ceniceros Cerda, responsable de comunicación, ha detallado por llamada telefónica que no se descarta ninguna teoría de investigación, “pero probablemente fue un robo”. Todos los detalles se están integrando a la carpeta de investigación y está trabajando con las autoridades de Estados Unidos para esclarecer el caso.
La familia Peña había recorrido más de 3.000 kilómetros en carretera para que Jason pudiera celebrar su cumpleaños junto a su abuelo en Durango. La noche del 27 de diciembre salieron en una camioneta negra con placas de Estados Unidos y no regresaron. Las autoridades calculan que alrededor de las 22.00 horas fueron asaltados y acribillados. El padre de Jason, Vicente, junto a su tío Eduardo y otro familiar llamado Antonio, murieron en el lugar. Jason quedó gravemente herido con un disparo en la cabeza.
Julie Contreras, una abogada de Chicago y portavoz de la familia, ha hecho un llamado a la comunidad para pedir oraciones por la salud del menor. “Está luchando por su vida, tenemos que conseguir que vuelva a casa”, ha subrayado en un vídeo en sus redes sociales. Contreras ha incidido en la dificultad que supone la repatriación del herido desde México y ha pedido un avión ambulatorio a las autoridades de Estados Unidos para que pueda recibir el tratamiento hospitalario “adecuado”. “Él es un luchador, es un campeón. Sufrió una bala en la cabeza y todavía está respirando, pero necesita tratamiento apropiado para poder sobrevivir”, ha indicado la abogada. “Su papá ha muerto, su tío ha muerto. Puede ser Jason hoy y mañana puede ser cualquiera de nosotros”, ha sentenciado. El adolescente ya ha sido trasladado a un hospital de Texas para su recuperación.
La masacre ha vuelto a levantar una ola de críticas a la seguridad de México para los viajeros. Estados Unidos mantiene un nivel de alerta de viaje de precaución para Durango debido a la presencia de grupos relacionados con el crimen y crímenes violentos. Sin embargo, prohíbe a los trabajadores del gobierno viajar al oeste de la carretera 45. Esa área, donde ocurrió el asesinado de la familia Peña, es zona restringida.
Este último crimen se suma a una lista de asesinatos de ciudadanos estadounidenses en territorio mexicano. El pasado 21 de junio fue asesinado en Sonora Gabriel Trujillo, un botánico estadounidense que era estudiante de doctorado de la Universidad de Berkeley. En mayo el triple homicidio en Baja California de los hermanos australianos Callum y Jake Robinson y el estadounidense Jack Carter Road encendió nuevamente las alarmas para los viajeros extranjeros. Entonces, el ataque en 2023 a cuatro amigos que viajaron a Tamaulipas desde Estados Unidos todavía estaba presente. Ese caso volvió a tensar las relaciones diplomáticas con el vecino del norte, ya que dos de sus ciudadanos fueron acribillados en un incidente vinculado a una confusión del Cártel del Golfo.
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