La disputa entre la UAM y su sindicato que tiene cerrada la casa de Leonora Carrington
La vivienda de la artista, renovada hace tres años, se planteó como “un gran sitio de atracción turística” pero la universidad afirma ahora que será centro de investigación. El sindicato reclama 17 empleos para el manejo del centro
Pablo Weisz, hijo de la reconocida pintora y escritora surrealista Leonora Carrington, pidió a su madre que le dejara la casa de Ciudad de México donde la artista trabajó, crio a sus hijos y vivió durante 60 años. “Quiero hacer un museo tuyo, de tu obra”, prometió Weisz. El proyecto comenzó a tomar forma en 2017, cuando las autoridades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) adquirieron el inmueble de la calle Chihuahua, en la colonia Roma. La casa de estudios invirtió 12 millones de pesos (unos 600.000 dólares) entre la compra y la remodelación de la residencia y en 2021 el lugar estaba listo y los encargados del proyecto solo esperaban el visto bueno de la universidad para poder abrir al público el museo. Entonces los planes cambiaron. Fuentes cercanas al proyecto afirman que se ha frenado por una disputa entre el sindicato universitario y la UAM, desde donde informan ahora que seguirá cerrado y solo será un centro de investigación.
Weisz no solo vendió la casa, sino que entregó en comodato más de 8.000 objetos de la artista. Cercanos al proyecto consultados por este periódico apuntan a que la principal traba es un desacuerdo entre el sindicato y la UAM, aunque también acusan de “falta de voluntad política” a las autoridades universitarias. “Cualquier espacio de la universidad tiene plazas controladas por el sindicato y cada rector tiene que desarrollar un modelo de relación y negociación con ellos”, dicen. “Si en las negociaciones a final de año no se llega a un acuerdo, cada febrero los trabajadores se van a huelga. En este caso, por las características del proyecto, se deben establecer perfiles administrativos y de trabajo que son difíciles para la universidad, porque se trata de un proyecto museístico y creo que la gestión del actual rector no tiene un compromiso concreto; gestionarlo no ha sido de su interés político”, afirman estas fuentes, que han pedido conversar a cambio del anonimato. La rectoría de la universidad está a cargo de José Antonio De los Reyes Heredia, que concluye su mandato el próximo año.
La pintora surrealista Leonora Carrington falleció en México a los 94 años en mayo de 2011. Su amiga, la escritora Elena Poniatowska, había ganado hacía unos meses el Premio Biblioteca Breve por un libro sobre la apasionante vida de la artista, cuya obra ha suscitado el interés de especialistas y el público, que esperaba con mucha expectación la apertura de su casa convertida en museo para poder recorrer habitación por habitación el lugar donde Carrington se inspiró y creó mucha de su obra, conocer sus espacios íntimos, la cocina familiar, el salón, el estudio de la creadora y los jardines internos, donde plantó una jacaranda que ha crecido tanto que ya es más alta que la casa. Un lugar similar a la famosa Casa Azul de Frida Kahlo, en Coyoacán, al sur de Ciudad de México. Pablo Weisz donó al museo 45 esculturas, míticas figuras antropomorfas que se reparten en cada uno de los cuartos.
“Nunca estuvo la universidad a punto de abrir la casa, habría que dar esa batalla”, aseguran las personas consultadas. “La casa se remodeló, la universidad hizo la inversión, todo lo formal se hizo, pero había que hacer la negociación con el sindicato sobre las plazas, perfiles, gente que tiene que ocupar puestos como el taquillero, o quienes vigilan las habitaciones. Esos perfiles no están determinados dentro de la UAM y había que negociarlos. Quedamos muy mal ante el público, porque la casa quedó puesta, pero no hubo apertura”, reclaman las fuentes.
Yissel Arce Padrón es la coordinadora general de Difusión de Cultura UAM, el área a cargo de gestionar todos los proyectos artísticos. Arce Padrón ha explicado a EL PAÍS durante una entrevista en la sede de la rectoría localizada en Tlalpan, al sur de Ciudad de México, que han decidido que la casa de Carrington quede como un “centro de documentación” y no como un museo abierto al público. “La UAM se interesa en adquirir la casa de Leonora Carrington con dos perspectivas: una idea de casa estudio y un centro de documentación, porque básicamente el interés de la universidad es investigativo. Nosotros somos una extensión, a través de estos programas culturales, de lo que pasa en la docencia y en la investigación”, explica Arce Padrón. “No hay modelo fijo de museo más allá de esta articulación con la investigación como parte de las prácticas artísticas y culturales”, justifica.
Su colega, David Sánchez, director de vinculación académica y cultural refuerza su argumento y afirma de que el proyecto “tiene más un corte de documentación que de apertura al público, para recuperar los temas que fueron importantes para Leonora Carrington en su trabajo en México, como el surrealismo, los feminismos, el exilio, que atraviesa a toda su familia, incluido su esposo Emerico Chiki Weisz, que fue un fotógrafo muy importante y que recuperó los negativos de Robert Capa durante la Guerra Civil española para que ese material pudiera ser exhibido al público”. Sánchez explica: “Esas son las líneas que nos interesa explorar, dejar el espacio para nuevos investigadores que propongan proyectos creativos. No se trata de hacer otra revisión minuciosa de su biografía, ni de su obra, sino que se quiso trabajar ese viraje para distanciarse de museos como el de Frida Kahlo, que sí es un museo más tradicional, abierto al público, donde se arman filas y mucha gente asiste para conocer los objetos de la vida cotidiana”, agrega.
La UAM dio a conocer la inauguración del proyecto el 7 de abril de 2021. En un comunicado emitido entonces por la universidad, Francisco Mata Rosas, coordinador general de Difusión, aseguró que la Casa Estudio Leonora Carrington forma parte de un programa que vincula la oferta cultural con los objetivos académicos de la UAM. “Hemos establecido alianzas, convenios y vínculos de trabajo con el sector tanto federal como local, así como con grupos independientes; el gran valor artístico y documental que contiene este lugar nos permite seguir consolidando la oferta para nuestros grupos de investigación, docentes y estudiantiles, pero también desde luego lo será como un gran sitio de atracción turística y cultural”, dijo.
“Son palabras al aire, porque no han concretado el proyecto, que es importante para el mundo cultural de la ciudad”, dice Rodolfo Pérez, quien fue secretario general del sindicato de trabajadores de al UAM. Aunque Pérez se jubiló en abril, estuvo durante años en las negociaciones. Asegura que la apertura de la casa no se ha dado por voluntad de las autoridades y no por una cerrazón de los trabajadores. “Este tema lo hemos discutido con la universidad desde hace varios años”, comenta por teléfono. “La universidad ha contestado a las peticiones del sindicato diciendo que la casa es un proyecto académico, siempre lo disfrazan así, cuando en realidad es una casa estudio donde va a haber diversas actividades culturales. Lo que nos han dicho es que está en proceso de construcción y acondicionamiento”, dice Pérez.
El sindicato, cuenta, pidió a las autoridades en 2021 la apertura de 17 puestos de trabajo, según lo establecido por el contrato colectivo pactado con la institución. “Claramente, se establece ahí que en todas las sedes de la universidad regirá ese contrato, que regula las relaciones laborales tanto de académicos como de trabajadores administrativos”, explica. Entre los puestos solicitados estaban trabajadores de limpieza, vigilantes, secretarias, promotores culturales y técnicos en sonido e iluminación para garantizar la calidad de las exposiciones o actividades culturales que se realizaran en el lugar. “La universidad ya echó a andar este proyecto y ha estado violando el contrato colectivo de trabajo, porque no ha contratado personal de base, pero sí a personal de confianza y para la catalogación del acervo que dejó Leonora en esa casa”, afirma Pérez.
“La universidad lo que ha hecho es utilizar de pretexto al sindicato para no concretar un proyecto que ellos tienen obligación de llevar adelante. Si ellos se comprometieron, y ya le destinaron fondos, es lamentable que a estas fechas no lo hayan concretado. Lo que en el fondo hay una es una falta de planeación estratégica y sobre todo del manejo discrecional del presupuesto, porque si tuvieran una administración racional del presupuesto, alcanzaría para abrir esa casa”, concluye.
Yissel Arce Padrón niega que haya alguna disputa con el sindicato y que esa sea la causa de que la casa se mantenga cerrada al público. “El tema de las plazas, no solo para los espacios culturales, sino para toda la universidad, es siempre muy polémico y tiene que ver con otras implicaciones económicas, con cómo la universidad pública recibe financiamiento del Gobierno; qué es lo que no se puede hacer y qué sí. En este caso específico, al ser un espacio de la universidad, implicaría una negociación que no ha acontecido con el sindicato. En realidad, no hay ninguna disputa. El estudio se mantendrá como un centro de investigación”, reafirma. Arce Padrón cuenta que quienes estén interesados en conocer la obra de Carrington pueden ver la exposición que la universidad ha montado en la Galería Metropolitana, en el barrio de Condesa de la capital, titulada La acústica de Leonora Carrington. Arte, escritura y feminismo, inaugurada el 25 de julio y que reúne esculturas, grabados, bocetos, dibujos y trabajos inéditos en bordado y papel picado de la artista, además de algunas piezas de su casa de la calle Chihuahua.
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