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La Ciudad de México que quiere Clara Brugada

La nueva jefa de Gobierno capitalina asume este sábado el Ejecutivo capitalino, donde enfrentará complejos retos en seguridad, agua o infraestructura

Clara Brugada a su llegada al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en Ciudad de México, el 15 de agosto de 2024.
Clara Brugada a su llegada al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en Ciudad de México, el 15 de agosto de 2024.Nayeli Cruz
Georgina Zerega

Clara Brugada será, a partir de este sábado, la nueva jefa de Gobierno de Ciudad de México. La apuesta de Morena, el partido del ya expresidente Andrés Manuel López Obrador, llega después de haber triunfado en las urnas por más de 13 puntos y haber logrado retener el histórico bastión de la izquierda. La exalcaldesa de Iztapalapa tendrá la tarea de suceder a Claudia Sheinbaum, que no solo es la presidenta más votada en la historia mexicana, sino que mantiene además una aprobación del 67% en la ciudad. Brugada, una feminista forjada en los barrios pobres, tendrá varios frentes que atender, que van desde la crisis por falta de agua, los rutinarios problemas en la movilidad o la inseguridad que siempre asoma. “Es tiempo de mujeres”, repetía la jefa de Gobierno electa en la campaña, frente a los dos candidatos hombres que había propuesto la oposición. Su lema se ha hecho realidad ahora. Por primera vez en la historia de México dos mujeres gobernarán el país y la capital. Y lo harán dos mujeres de izquierda.

Brugada, de 60 años, ha dedicado más de tres décadas de su vida a trabajar por los pobres en Ciudad de México. En la política local, lo ha sido casi todo. Diputada federal, legisladora local, procuradora social, senadora suplente y tres veces alcaldesa de Iztapalapa, la demarcación más grande de la capital. Ha hecho camino de la mano de referentes de la izquierda nacional, como López Obrador o el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, pero mantuvo siempre sus propios ideales. Ejerció de tiempo completo su propia voz. Economista de formación y una política disciplinada, Brugada perteneció siempre a un sector que cuestionó al izquierdismo “burgués”, el de las aulas universitarias y los académicos. Creía, en lugar de eso, en la inmersión con el pueblo. Por eso desde joven se mudó a uno de los barrios más necesitados. Mucho antes de ser delegada, o jefa de Gobierno, fue líder de su cuadra. Desde allí construyó las bases del proyecto que la ha llevado al poder.

La nueva jefa de Gobierno tomará protesta en el Congreso local y recibirá el encargo de manos de Martí Batres, el suplente que designó Sheinbaum en junio del año pasado al marcharse para la campaña electoral. Desde que asumió la oficina, Batres ha tenido que lidiar con un panorama por momentos muy complejo. La contaminación con hidrocarburos del agua potable de la alcaldía Benito Juárez, acusaciones de un supuesto crematorio clandestino en el sur de la ciudad —que finalmente quedaron descartadas— y con el reciente asesinato de Milton Morales, el jefe de inteligencia de la policía, fueron algunos de los retos. Brugada tendrá que hacer frente además a una ola de inseguridad que sacude a todo el país casi sin excepción, un escenario nacional de posible ralentización económica y un creciente fenómeno de gentrificación que está modificando lentamente algunos barrios de la capital.

La Ciudad de México que quiere Clara Brugada, que controlará también el Congreso local con una amplia mayoría morenista, será austera pero invertirá en planes sociales. El programa de Gobierno detalla que el Ejecutivo entrante buscará apoyar a las pequeñas y medianas empresas, ofrecer estímulos fiscales a la economía local e invertir en infraestructura. Intentará establecer incubadoras y espacios para emprendedores y fomentar sectores como el turismo sostenible. Así como instalar Zonas Económicas Especiales, enfocadas en tecnología, manufactura avanzada y energías renovables, y crear parques industriales y clústers especializados en áreas estratégicas. El trato con los empresarios para una política criada en organizaciones maoístas se antojaba complicado, pero el apoyo de Ebrard fue fundamental para tranquilizar a esos sectores.

Brugada hereda una ciudad que logró, de la mano de Omar García Harfuch, ahora secretario de Seguridad federal, una reducción en las cifras de los delitos como pocos lugares del país. Para asegurar la continuidad de la estrategia, sobre todo la mancuerna entre policía y fiscalía, la jefa de Gobierno mantuvo en su cargo al secretario de Seguridad capitalino, Pablo Vázquez. El objetivo para los próximos seis años será establecer un nuevo modelo policial, que privilegie la prevención, la proximidad y la participación ciudadana, y que además garantice la profesionalización de los elementos y la mejora de sus condiciones laborales. Elevará también la apuesta por la tecnología, con herramientas digitales para controlar los delitos en cada colonia y con el aumento de cámaras de seguridad en la calle, que alcanzarán las 150.000, según ha dicho.

Uno de los problemas que tendrá que atajar la nueva jefa de Gobierno será el déficit de infraestructura que padece la ciudad, donde viven unos 9,2 millones de habitantes. Los expertos aseguran que en la zona metropolitana se necesita al menos medio millón más de viviendas de las que hay actualmente. En su gira de agradecimiento tras el triunfo, Brugada anunció la creación de una Secretaría especializada para afrontar esa falta. A esa carencia se suma el asunto de la movilidad. En una de las ciudades más pobladas del mundo, con un tráfico agobiante que la ralentiza cada día, se ha vuelto un tema que pide prioridad a la nueva Administración. En este punto, el Ejecutivo entrante ha prometido fomentar el uso de transportes no motorizados, como la la bicicleta, y buscar una mayor eficiencia en el transporte que ya existe.

La crisis hídrica se plantea por lo pronto como el problema más acuciante. Cada año, antes de que llegue la temporada de lluvia, la capital se sumerge en el conteo de días que faltan para quedarse sin agua. A pesar de que cada año el escenario es peor que el anterior, de momento el día cero no ha llegado. En un intento por poner más atención a esto, Brugada anunció la creación de otra nueva secretaría, esta vez dedicada al agua. Al frente estará José Mario Esparza, un ingeniero con amplia experiencia en el tema que ayudó a atender la grave sequía que afectó a Monterrey en 2022. Su equipo ha asegurado que lo del agua necesita una “política de Estado”, más que de la ciudad, pero ellos pondrán su atención en dos ejes, la recarga del manto acuífero y la captación de agua de lluvia.

En un país donde asesinan a 10 mujeres al día, la igualdad de género se prevé prioritaria para el Gobierno de Brugada. Las promesas hechas por la jefa de Gobierno electa apuntan a programas que atiendan la violencia de género, brinden atención jurídica gratuita a las víctimas y den atención inmediata. Buscarán crear una agencia de empleo para mujeres y darán becas a niñas para aumentar su formación y sus oportunidades. En términos judiciales, la nueva Administración quiere educar al personal encargado de la impartición de justicia en perspectiva de género, reformar la ley para asegurar la debida persecución y sanción de la violencia con ácido, y prever disposiciones penales para aquellos que cometan delitos en contra de la comunidad LGBT.

“Empecemos por las periferias, por las zonas que más lo necesitan”, decía Brugada en un evento después de ganar en las urnas. La victoria electoral, frente a una derecha muy fortalecida en la capital, no ha alcanzado para tapar el miedo de las clases altas y medias a ser desplazados a un segundo plano con el nuevo Gobierno. La jefa de Gobierno entrante deberá ahora demostrar que puede gobernar para todos, y no solo para los más pobres. Ciudad de México es una mole enorme, compleja y muy diversa. Y lo hará después de Sheinbaum, la primera jefa de Gobierno en ser electa presidenta. Más presión para Brugada, pero también más puertas a futuro que puede abrirse.




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Sobre la firma

Georgina Zerega
Es reportera en la redacción de México y cubre actualmente la cartera de política. También colabora en la cobertura de Argentina, de donde es originariamente. Antes de entrar al periódico, trabajó en radio y televisión en su país natal.
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