El gobernador Rocha admite que “pueden seguirse presentando eventos de violencia” en Sinaloa por la pugna entre El Mayo y Los Chapitos
El mandatario estatal sostiene que las fuerzas del orden tienen capacidad para enfrentar la ola de inseguridad, que ha dejado más de una decena de muertos después de tres días bajo el asedio del crimen
El gobernador de Sinaloa reconoció este miércoles que la violencia que ha azotado al Estado ha sido detonada por “la confrontación de dos grupos”, la gente que sigue a Ismael El Mayo Zambada y Los Chapitos, los herederos de Joaquín El Chapo Guzmán. Pese a que no realizó ninguna mención explícita sobre el Cartel de Sinaloa, Rubén Rocha Moya advirtió de que las tensiones entre ambas facciones se han intensificado en los últimos días y que puede haber nuevos enfrentamientos. “Quiero manifestarle a la población que siendo responsables tendríamos que admitir que pueden seguirse presentando estos eventos de violencia”, afirmó en un mensaje grabado el mandatario, envuelto por la polémica desde la captura de El Mayo y el asesinato del opositor Héctor Cuén, su principal rival político, el pasado 25 de julio. La batalla entre las facciones del cartel ha dejado más de una decena de muertos desde el pasado lunes y continúa con bloqueos y tiroteos este miércoles.
Las imágenes de narcobloqueos, enfrentamientos armados y asesinatos a sangre fría convirtieron en un secreto a voces los indicios de que Los Chapitos y Los Mayos habían roto la tregua tras la captura de Zambada, quien sostiene que fue traicionado por los hijos de El Chapo y entregado a las autoridades de Estados Unidos contra su voluntad. La lucha por Sinaloa, bastión del cartel homónimo, ha hundido esta semana a Culiacán, la capital del Estado, y otros municipios aledaños en la inseguridad, con tres jornadas consecutivas de incidentes violentos. Las clases en las escuelas y universidades, el transporte público y el funcionamiento de comercios se han visto trastocadas, en medio de temores de la población para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
El mensaje de Rocha supone un viraje en su discurso de los últimos días. Apenas un día antes, el gobernador se grabó caminando de forma apacible en la ribera del río Tamazula para demostrar que la situación en Culiacán se mantenía en los márgenes de la normalidad. “Culiacán está tranquilo”, dijo en una conferencia de prensa el pasado lunes, en la que acusó a los medios de comunicación de “exagerar” y magnificar los incidentes de violencia en aras de la “espectacularidad”. Hace dos semanas, después de otro brote de violencia que se saldó con un enfrentamiento entre militares y “civiles armados”, Rocha insistió también que “todo está tranquilo en Sinaloa”. La Secretaría estatal de Educación y otras dependencias de su Gobierno también comunicaron en redes sociales que funcionaban con normalidad.
La advertencia del gobernador sobre la escalada de violencia en Sinaloa está, sin embargo, lejos de ser una confesión de que la inseguridad se ha desbordado. Rocha insistió en que los incidentes están “focalizados” y confió en el apoyo de las Fuerzas Armadas y la colaboración de los tres órdenes de gobierno para hacer frente a la pugna dentro del Cartel de Sinaloa. Presumió que un centenar de agentes especiales habían sido desplegados en los últimos días para contener los enfrentamientos por tierra y por aire, y aseguró también que, al tratarse de una lucha entre grupos delictivos, su Gobierno tiene experiencia y una estrategia para combatirlos. “Hay una orientación de cómo atacarlos, atenderlos”, aseguró. “Estamos controlando estos focos de violencia y estamos en capacidad de sofocarlos como ahora ha ocurrido”.
El cambio en la estrategia del Gobierno para evitar el pánico y recobrar la confianza de la población inició con un mensaje del secretario estatal de Seguridad, el general Gerardo Mérida Sánchez, en el que expuso que hay una estrategia para evitar que las fuerzas del orden sean rebasadas por el poder de fuego del cartel. Mérida Sánchez dio cuenta de un muerto y un herido por arma de fuego en la colonia Cumbres, al norte de Culiacán, además de otro fallecido por impacto de bala en la colonia Miguel Hidalgo, en el oriente de la ciudad, durante la tarde del martes. El general también informó de otro evento que se saldó con un decomiso de armas, municiones y vehículos, aunque no hubo detenidos.
Medios como el periódico Noroeste han consignado, sin embargo, cinco muertos durante la jornada del martes y otros cinco, el lunes. La Revista Espejo ha cuestionado la ausencia de un protocolo ciudadano para que la población sepa cómo reaccionar ante la violencia y protegerse. Este miércoles hubo bloqueos en la carretera México 15 y en la maxipista de cuota que une a Culiacán con Mazatlán; un camión incendiado en la avenida Benjamin Hill; una persona asesinada en la colonia 16 de septiembre, al norte de la capital del Estado, así como enfrentamientos en el poblado de Quilá, que dejaron al menos cuatro heridos, según las autoridades.
Estos hechos hacen cuestionar a ciertos sectores críticos con el Gobierno el discurso de que “todo está tranquilo” y que los enfrentamientos afectan sólo a los grupos criminales en disputa. “La narrativa de las autoridades estatales decreta la ‘tranquilidad’ y minimiza los hechos violentos. No entiende que tras la captura de El Mayo todo el contexto de Sinaloa cambió: la gente lleva desde entonces esperando la ‘guerra”, señaló en redes sociales Adrián López, el director de Noroeste. “Y todo indica que ya empezó, el lunes pasado”. Tras siete semanas de incertidumbre, Sinaloa se mantiene en vilo después del último gran golpe de Estados Unidos contra el Cartel de Sinaloa.
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