Zarigüeyas, ajolotes y líquenes en Chapultepec: el mayor bosque urbano de América Latina hace inventario

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En la mañana del primer lunes de septiembre, bajo un cielo nublado, pequeños grupos de individuos cargados con prismáticos, lupas, cazamariposas, pinzas y frascos se mueven a paso lento entre el verdor de la primera sección del Bosque de Chapultepec. Calzados con botas de campo, se van deteniendo por los senderos que cruzan su Jardín Botánico muy atentos a lo que puedan encontrar bajo la hoja dentada de un agave, la rama baja de un árbol o la corteza de un tronco caído. Son los exploradores que conforman el equipo encargado de elaborar un inventario de toda la biodiversidad que habita el parque más icónico de la capital mexicana en un lapso de 24 horas.

La iniciativa busca documentar cada una de las especies que viven en el parque urbano más grande de Latinoamérica y que, según estiman los especialistas, podrían sobrepasar las 500, entre las que están registradas y aquellas nuevas que puedan encontrar a través de este proyecto denominado Bioblitz. Es decir, un evento científico donde el objetivo es censar tantos seres vivos como sea posible en un lugar y tiempo determinados. La actividad también tiene como fin contribuir a conectar al público con su entorno, crear conciencia e interés por la naturaleza, y que este exhaustivo registro sirva para poder llevar a cabo mejores tomas de decisiones sobre la gestión de conservación de este espacio natural, el pulmón verde de la Ciudad de México.

Para ello, 30 especialistas de diversos campos de la Biología y unos 200 estudiantes se dedicaron mañana y noche a la búsqueda de todos los seres vivos que esconde el bosque: aves, peces, ranas, ajolotes, reptiles, insectos, mamíferos, todo tipo de plantas y árboles… Pero también a otros especímenes que no pertenecen al reino animal ni al vegetal, como los hongos, las algas y los líquenes que conforman el biodiverso abanico que abraza Chapultepec. “Uno de los lugares más queridos y visitados por los mexicanos”, expresaba la titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la Cdmx (SEDEMA), Marina Robles, durante la rueda de prensa en la que se presentó la iniciativa el lunes.

Reconocido por el valor que aporta a la ciudad como el Mejor Parque del Mundo en 2019 con la distinción que otorga la asociación World Urban Parks, el Bosque de Chapultepec no sólo destaca a nivel mundial por su riqueza natural sino por la historia cultural y antropológica que recorren sus extensos espacios, desde los yacimientos arqueológicos, sus más de diez museos, numerosos centros artísticos, hasta lagos artificiales. Habitado por distintas civilizaciones desde tiempos prehispánicos, este lugar centenario conformado por casi 800 hectáreas, recibe 24 millones de visitas al año, siendo la primera sección la más transitada. “Y a pesar de todo el movimiento que recibe, por sus caminos cualquier día se puede observar cruzar a una zarigüeya con sus crías a la espalda”, comenta con orgullo Mónica Pacheco Skidmore, directora ejecutiva del parque.

Aunque los expertos ya tienen enlistadas gran parte de las especies para las que Chapultepec hace de hogar, están convencidos de que gracias a esta actividad podrán añadir muchas otras que hasta ahora no formaban parte del catálogo actual y registrar algunas insospechadas. “Como cuando en el Bioblitz que se organizó en Central Park en el 2003, el primero en el que participé, apareció un coyote para sorpresa de todos. Y eso que ese parque es menos diverso, mucho más joven y con menos historia que el mexicano”, expresa Rodrigo Medellín, biólogo del Instituto de Ecología de la UNAM y uno de los precursores de la iniciativa.

Tras las 24 horas a la búsqueda y muestreo de todos los seres vivos que encuentren, los investigadores harán públicos los resultados de su recolección en un plazo de 15 días a través de una plataforma digital accesible para todos los ciudadanos. Si bien este año los expertos sólo registran las especies de la primera sección del parque, la actividad se repetirá el año que viene en la segunda, y los sucesivos en la tercera y cuarta hasta tener un inventario completo. “La idea es llevar a cabo la misma experiencia en una década y comprobar que Chapultepec mantiene su riqueza natural”, informó la titular de SEDEMA.

Además de crear el inventario más completo de la rica biodiversidad que abraza el corazón de una de las megalópolis más inmensas y contaminadas del mundo, y que sirva como herramienta para la mejora de las condiciones y servicios ambientales del espacio, al biólogo Medellín le gustaría que la actividad ayude a que los ciudadanos conozcan de cerca a los seres con los que comparten espacio. “¿Quién no quiere conocer a los vecinos, a aquellos con los que tiene que convivir en sus paseos? ¡Queremos que el BioBlitz también sirva para que los visitantes del bosque se enamoren de la naturaleza que nos rodea y de la que venimos!”.