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Telenovela en el corazón de la capital de México: tribunales, familias políticas y un ataque armado tienen en un limbo electoral a la principal alcaldía

Alessandra Rojo de la Vega y Caty Monreal se acusan de mentir y manipular los votos de la Cuauhtémoc, que aún espera el veredicto de los tribunales

Caty Monreal y Alessandra Rojo,
Caty Monreal y Alessandra Rojo.EL PAÍS / CUARTOSCURO
Carmen Morán Breña

Han pasado un mes y 17 días desde la noche electoral mexicana y el corazón de la Ciudad de México, el que llaman la capital de la capital, sigue sin tener una alcaldesa en firme. Dos candidatas pelearon aquel día por la Cuauhtémoc, a la que se adscriben el centro histórico, las colonias más turísticas y el distrito financiero, 546.000 habitantes que aún desconocen quién cuidará de sus calles y su bienestar. Alessandra Rojo de la Vega y Caty Monreal obtuvieron una diferencia entre 11.000 y 12.000 votos el 2 de junio, un 3,3% en el cómputo definitivo, y se armó la guerra. Menos del 5% en el resultado sirve en México para abrir la caja de los truenos. Siempre hay acusaciones que lanzar: falta de limpieza, mal recuento de sufragios, campaña inequitativa… La morenista Monreal impugnó y reclamó un nuevo recuento. Después le tocó el turno a la candidata de la colación PAN, PRI y PRD. Y así hemos llegado hasta hoy, a punto de que los tribunales electorales de la ciudad determinen una ganadora oficial. Eso puede ser en unas horas, pero nada indica que el asunto vaya a terminar ahí.

El sábado 11 de mayo, en plena campaña, De la Vega denunció un ataque contra la camioneta en la que viajaba. Un pistolero con un casco disparó cinco veces contra el vehículo y huyó. Seis días después, la policía detuvo al supuesto gatillero y se difundió el video de lo ocurrido. Desde entonces, con las elecciones por medio, las candidatas se han acusado de aquel ataque. La víctima dijo que fue orquestado por sus adversarios políticos, la morenista asegura que se trató de un montaje que favoreció a De la Vega en las elecciones y la perjudicó a ella. La estrecha diferencia en las urnas fue el condimento suficiente para que el resultado definitivo de los comicios esté todavía en manos de los tribunales.

Si el tribunal electoral de la ciudad decide que se proceda a un nuevo recuento de los votos ya poco va a solucionar. Ambas se inconformarán y, además, hay otros pleitos que dirimir. De la Vega ya ha impugnado la última resolución que exigía volver a contar. Dice que no hay razones para ello: “12.000 votos son casi el 4% de diferencia, no el 1% que podría dar pie a recontar. Tampoco se cumple el requisito de que los sufragios nulos sean más que la diferencia entre ambas candidaturas, y las supuestas irregularidades que ahora reclaman no las reclamaron en su momento”, explica, y se pregunta. “¿Cuál es entonces la razón de hacer un nuevo recuento?”.

Caty Monreal no confía ya en volver a revisar boleta a boleta. Asegura que las urnas están “embarazadas”, es decir, que se ha alterado la cadena de custodia y ya las papeletas no son las originales. “Si las hubieran abierto hace dos semanas, cuando se pidió, podríamos tener certeza de lo que ocurrió el 2 de junio, pero ahora… En todo caso, ya no será determinante para la impugnación”. La morenista tiene, además, presentados reclamos en el tribunal electoral por otros motivos: violencia política de género y guerra sucia y calumnias que interfirieron en su elección, sostiene. Con lo primero se refiere a las acusaciones de De la Vega, dice, contra ella y su papá, el senador morenista Ricardo Monreal, cuyo feudo político es el corazón de la capital. “Dijo que mi familia había mandado el ataque de su vehículo para callarla, es mentira, su vida nunca corrió peligro, fue todo un montaje y así queda claro en el video”, afirma. “A raíz de aquel montaje y de las calumnias contra mí recibió 33 millones de menciones en portales y medios de comunicación, lo que favoreció el conocimiento [de la sociedad hacia ella] y su victimización le ayudó en las urnas”, asegura. “Generó animadversión contra mí”.

Desde el otro lado del ring, De la Vega defiende el resultado y exhibe su constancia como alcaldesa electa. “Obtuve la mayoría y es legal. Buscaron arrebatar a las malas lo que no pudieron ganar por las buenas y tienen amigos para ello, el presidente del tribunal [Armando Ambriz] es compadre de los Monreal, tienen la fuerza y el poder”, acusa. “Tanto el conteo rápido, como el total y el que se hizo en distritos mediante los abogados, me dieron la victoria, y no era fácil para mí, yo solo soy una ciudadana, no tengo militancia, soy activista”, explica. “Creo que el tribunal tiene que darnos la razón”. De la Vega explica que se ha tenido que enfrentar a “violencias”, entre otras que se le acuse de haber orquestado el tiroteo. “Y esa violencia no va a parar, aunque el tribunal dictamine. Me gustaría decir que todo esto acabará el 1 de octubre cuando tome protesta, pero no lo creo”.

Sobre el tribunal regional, el de la Ciudad de México, caben recursos en la sala superior del federal. El asunto podría alargarse. “Estoy cansada de división, no queremos más odio”, dice De la Vega por teléfono. Mientras, Monreal espera que “triunfe la democracia y se haga justicia. Tenemos derecho a conocer la verdad”. La morenista basa sus sospechas en la “corrupción que caracteriza al PRI”, en la resistencia que ha planteado su adversaria a abrir las urnas y recontar de nuevo y en que los resultados que se obtuvieron en esa alcaldía fueron favorables a todos los morenistas: “Ganó Clara Brugada [la candidata a la jefatura de la Ciudad], ganó Claudia Sheinbaum [la presidenta electa], las diputaciones, las senadurías, todo fue para Morena menos la alcaldía”, se sorprende.

A raíz de la detención del supuesto agresor y de sus declaraciones en la Fiscalía, Monreal sostiene que al agresor “lo contrataron solo para disparar en la parte trasera del vehículo y también dijo que no tenía que poner en peligro la vida de nadie. Fue un montaje”. Por su parte, De la Vega reprochó a la Fiscalía haber hecho público el video del ataque sin que ella tuviera conocimiento, y acusó de “fabricar un culpable en su contra”. “Necesitan políticamente cerrar el caso, así se lleven una o dos personas entre las patas. Porque hoy no nos queda claro ni existen las evidencias suficientes para saber que la persona que se llevaron, y que hoy acusan, sea la misma persona que vimos disparando”, afirmaba a finales de mayo.

Los morenistas señalaron que el video demostraba que el chofer no aceleró de inmediato para repeler los tiros, como declaró De la Vega en su día. Y ambas se acusan de mentiras, inconsistencias y fraude.

De resultas de todo ello, la alcaldía Cuauhtémoc sigue sin saber quién encabezará su gobierno. Y ya han pasado un mes y 17 días desde que se abrieron las urnas por primera vez. El corazón de la capital mexicana sigue esperando.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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