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Miguel Robles-Durán, arquitecto: “La estructura económica global para el derecho a la vivienda nos ha fallado”

El profesor en The New School de Nueva York y cofundador de la consultora transnacional Urban Front, asegura que actualmente se vive la peor crisis de vivienda en la historia

Miguel Robles-Durán, profesor y director del posgrado de ecologías urbanas enla  escuela de Nueva York, en el Complejo Cultural Los Pinos, el 4 de julio del 2024.
Miguel Robles-Durán, profesor y director del posgrado de ecologías urbanas enla escuela de Nueva York, en el Complejo Cultural Los Pinos, el 4 de julio del 2024.AGGI GARDUÑO
Erika Rosete

“La estructura económica global nos ha fallado”, ha asegurado Miguel Robles-Durán, arquitecto y profesor en The New School de Nueva York y cofundador de la consultora transnacional Urban Front, este jueves en el foro Vivienda Justa y Prosperidad Compartida organizado por el Espacio Cultural Infonavit, Urban Front y EL PAÍS. Robles-Durán ha insistido en que es posible construir estructuras de gobierno y de administración de los recursos que no actúen en detrimento de los más vulnerables: “Tenemos que comenzar con la premisa que esta estructura global nos ha fallado dramáticamente, y me refiero a que, por ejemplo, del 2012 al 2022 los precios reales de la vivienda en las economías avanzadas incrementaron 39% [...] y los sueldos en ese mismo periodo han subido 1.8% es absolutamente ridículo”, dijo.

El profesor en The New School de Nueva York ha hecho un repaso sobre su propia historia personal, y cómo desde hace 20 años que salió de su país natal, México, se consideró como un exiliado por distintas razones. El académico explicó que hace dos décadas observaba en el país una imagen “demasiado negativa” en cómo se estaban llevando a cabo proyectos que repercutían directamente en la vida de las personas, entre ellos, el empuje que se estaba dando a la urbanización con muy poco interés de impulsar políticas progresistas o de justicia social y ambiental.

A partir de la gestión de la actual presidenta electa Claudia Sheinbaum, pero entonces como jefa de Gobierno de la capital, Urban Front, la organización que Robles-Durán representa, comenzó a ver algunos cambios en la disposición de las autoridades para trabajar de otras formas. “Hemos aprendido demasiado desde que hemos comenzado a trabajar. Ha sido muy emocionante trabajar con este Gobierno”, ha puntualizado.

Además, el arquitecto ha hecho varias demostraciones con datos actualizados sobre lo que considera una grave crisis global de acceso a la vivienda, de la que México no se salva. Por ejemplo, en las principales ciudades del mundo, más del 40% de los inquilinos gasta más de un tercio de sus ingresos para poder pagar su vivienda. “Una cosa es la estructura teórica y la otra es cómo lograr una materialización seria”, asegura.

Desde el aprendizaje y la experiencia de Urban Front, el académico ha lanzado información que demuestra el desequilibrio en esta industria, y que forma parte de las necesidades básicas del ser humano, por ejemplo, en el mundo más de 150 millones de personas viven sin hogar, es decir, no tienen un techo sobre sus cabezas. Algo contradictorio, según ha señalado, es que existen actualmente más de 250 millones de casas vacías en el mundo, y todas son inversiones especulativas o la mayoría. “¿Qué estamos haciendo y por qué seguimos yendo en esa dirección?”, se ha preguntado. Además, más de 100 millones de personas viven en barrios marginales.

Robles-Durán se ha lanzado contra la especulación inmobiliaria y el poder que este tipo de fondos están teniendo y tendrán en el futuro de la industria de la vivienda. Además, ha hecho énfasis en cómo los más ricos del mundo han triplicado sus fortunas, a partir de la pandemia de la Covid, en 2019, y cómo esa desigualdad se ha hecho latente en los derechos fundamentales de los que menos tienen. “No hay duda, estamos viviendo la crisis de vivienda global más grande de la historia moderna”, asegura.

Entre algunas alternativas para mitigar estas situaciones, Robles-Durán ha llamado a tomar acción para reinventar las asociaciones públicas y comunitarias que logren deshacer las estructuras del “cartel inmobiliario”, es decir, fortalecer esa cooperación entre la ciudadanía, el Gobierno y la iniciativa privada. Además, retirar la producción de la vivienda al control de financieros y especuladores, y poner atención urgente en el cambio climático que, dice, será la razón por la que más de 250 millones de personas sean desplazadas de sus lugares de origen en el mundo, para 2050, agravando la actual crisis de migrantes que se vive internacionalmente.

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Erika Rosete
Es periodista de la edición mexicana de EL PAÍS.
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