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Leonardo Lomelí: “La tensión entre la UNAM y López Obrador era más mediática que práctica”

El secretario general de la universidad es uno de los 10 aspirantes a la rectoría. Apuesta que habrá una relación más fácil con el Gobierno con Sheinbaum o Gálvez en la presidencia, y sitúa la violencia de género como un eje clave de su programa

Leonardo Lomelí en su oficina en Ciudad Universitaria.
Leonardo Lomelí en su oficina en Ciudad Universitaria.AggI Garduño
Beatriz Guillén

Dice su equipo que Leonardo Lomelí ha hecho más de 20 entrevistas desde que se desveló la lista de aspirantes a suceder al rector Enrique Graue y todavía nadie había entrado a su despacho. Es porque, en este espacio esquinado con luz cálida y aire acondicionado, hay demasiados libros. Entre las montañas, uno para sus clases de posgrado (Prosperidad sin crecimiento: bases para la economía de mañana) y otro de la historia de Uruchurtu, el regente de hierro, para el tiempo libre. Lomelí contesta sin titubeos a todas las preguntas de EL PAÍS, pero está más cómodo comentando la época del periodista Carlos De Negri, Gustavo Díaz Ordaz y Miguel Alemán. Recomienda una novela y una serie.

No es la primera vez que Lomelí pasa por este proceso de sucesión. Ya se presentó en 2015 contra Enrique Graue, no ganó, pero se convirtió en secretario general de la universidad, uno de los cargos más cercanos al rector. Ocho años después, tras una pandemia y en una sociedad mucho más polarizada y globalizada, vuelve a postularse. Historiador y economista, es profesor desde 1994 y fue también cinco años director de la Facultad de Economía, ahora, ante posibilidad de cambiar de piso en la rectoría, está tranquilo.

Lomelí mira la explanada de Las Islas de Ciudad Universitaria, el 23 de octubre.
Lomelí mira la explanada de Las Islas de Ciudad Universitaria, el 23 de octubre.AggI Garduño

Pregunta. ¿Cómo se siente de dar este paso a rector, de nuevo?

Respuesta. Muy, muy motivado. Con más experiencia. Yo conozco mejor hoy la universidad que hace ocho años. Han sido ocho años de mucho aprendizaje y, sin duda, hoy tengo una visión más completa.

P. ¿Por qué quiere volver a tratar de ser rector?

R. Porque tengo ideas de cómo debería de ser nuestra universidad, cómo deberíamos de fortalecerla para enfrentar los problemas actuales, pero también para aprovechar los retos del futuro.

P. Ahora mismo, ¿cuáles son las fortalezas de la universidad?

R. Hemos avanzado mucho en los últimos años en los rankings internacionales. Tenemos algunas de las carreras mejor ranqueadas a nivel iberoamericano. Somos depositarios de una buena parte del patrimonio cultural de nuestro país, a través de la biblioteca y de la hemeroteca nacionales. Gestionamos varios de los servicios más importantes de México como el Servicio Sismológico Nacional. Aproximadamente la cuarta parte de la investigación que se produce en el país se produce en la UNAM. Y somos la segunda oferta cultural del país, solo superada por el Gobierno federal sumando todas sus dependencias.

P. ¿Y las debilidades?

R. La matrícula ha crecido un 55% en los últimos años y eso nos genera desequilibrios, tanto por infraestructura como por planta académica. Tenemos que atender más al bachillerato. Tenemos que fortalecer nuestros sistemas de apoyo a los estudiantes, porque la mayoría proviene de hogares con ingresos menores a cuatro salarios mínimos por mes. Además, la población estudiantil está más vulnerable, desde el punto de vista emocional. Esto tiene que ver en parte con la pandemia, pero también con la crisis de inseguridad que se vive en el país y con una crisis de expectativas.

P. Ahora mismo, ¿cómo valoraría la relación que ha tenido la universidad con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

R. Creo que es una relación que, a pesar de que mediáticamente ha pasado por momentos de críticas por parte del presidente, al final ha sido una relación bastante institucional si la medimos por el que es sin duda el indicador más importante del apoyo del Gobierno a la universidad: el subsidio federal. Es un subsidio que no ha caído. El presidente ha cumplido con su oferta de darnos siempre lo mismo más la inflación esperada —cuando la inflación realmente observada supera la esperada a veces sí se da un pequeño rezago—, pero considerando las condiciones por las que ha atravesado el país, a la universidad no le ha ido mal. Entonces yo diría que sí ha habido críticas, pero que también ha habido un respeto a su autonomía y ha habido este apoyo que se ha concretado a través del presupuesto.

P. Entonces, ¿esa tensión era más mediática que práctica?

R. Yo diría que sí. Por supuesto que sus críticas han sido duras y yo lo he dicho varias veces que no coincido con ellas. Pero al final eso no se ha traducido en una falta de apoyo a la universidad.

P. ¿Cree que la relación que se tiene con el Gobierno puede ser distinta ahora que probablemente tengamos una presidenta en 2024?

R. Yo creo que sí, porque para empezar hasta ahorita, las dos candidatas más visibles son egresadas de la UNAM y una de ellas, además es investigadora de la UNAM, con licencia, y la conoce muy bien como estudiante, pero también como académica.

Leonardo Lomelí durante la entrevista, el 23 de octubre en Ciudad de México.
Leonardo Lomelí durante la entrevista, el 23 de octubre en Ciudad de México.AggI Garduño

P. ¿Eso puede facilitar de alguna manera la relación?

R. Creo que puede facilitarla y además creo que habría una disposición a apoyar más a la educación y a la ciencia, y por supuesto a la cultura, porque eso es muy importante. Yo creo que no hay ningún país que haya logrado el desarrollo sin apoyar a la educación.

P. En su programa hace especial hincapié en los asuntos relacionados con la violencia de género. ¿Es suficiente lo que se ha hecho hasta ahora para reducirla?

R. No, no es suficiente, dado que persiste y cuando creemos que ya hemos logrado avances significativos vuelven a reaparecer prácticas, en muchos casos de manera muy sonada. Tenemos que avanzar más: mejorar la capacidad de atención, introducir de manera muy clara las medidas cautelares, para evitar que las víctimas tengan que encontrarse con sus agresores mientras se sigue el proceso. Tenemos que perfeccionar más el marco normativo y mejorar la capacidad de atención de los órganos encargados de atender la violencia de género.

P. ¿Y usted mencionaba también formación para personal, órganos y estudiantes sobre género?

R. Yo creo que en el largo plazo lo más importante es que en los planes de estudio existan materias de género obligatorias y que además se introduzcan como una perspectiva transversal en los programas de otras materias. Pero en el corto plazo, sí, cursos de concientización para todo el personal académico, administrativo y para los funcionarios.

P. En el proceso de sucesión en el que estamos ahora solo hay tres mujeres candidatas y siete hombres, ¿qué le parece esta proporción?

R. Sería deseable que hubiera más. Hace ocho años había dos, entonces, pues avanzamos marginalmente, pero creo que debería ser más rápido.

P. Como vayamos a una cada ocho años…

R. Vamos a tener que esperar 16 para llegar a la paridad.

P. ¿Cree que la UNAM estaría preparada para tener una rectora mujer?

R. Sí.

P. En otro tema, ¿cómo cree que se ha gestionado la crisis por el presunto plagio de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel?

R. Sin duda nos planteó un problema muy, muy complicado, dado que ni siquiera lo teníamos contemplado en nuestra legislación como una falta. Primero evidenció una laguna normativa que afortunadamente ya se corrigió. Es muy grave cuando salen a la luz situaciones de falta de integridad académica. Fue sin duda una sacudida la que recibimos. Creo que si bien ya se cuenta con un marco normativo para prevenir y sancionar ese tipo de conductas, el tema es mucho más profundo. Tiene que ver con explicarle a nuestros estudiantes y al personal académico para que tomen plena conciencia de la gravedad de esta situación.

P. Ahora mismo el dictamen que preparó el comité de ética no ha podido ser difundido por las batallas judiciales. Tanto el Comité como la Universidad han manifestado su deseo de que la ministra desista para poder liberarlo, ¿qué piensa usted?

R. Sería lo más deseable, que permitiera que el comité, que pudo consultar todos los elementos incluidos los que aportó la propia ministra, pudiera dar a conocer su opinión. Yo creo que es lo mejor, creo que es lo que corresponde entre universitarios.

P. Y si no se puede, ¿qué le queda a la universidad? ¿Esperar?

R. Por lo pronto esperar y yo espero que algún día se acaben los recursos legales para diferir este anuncio, si no fuera el caso, tendríamos que hacer una valoración si hay algún otro camino que pueda seguir la universidad para poder finalmente dar a conocer su opinión.

P. ¿Cree que este tema es una herencia difícil para el próximo rector?

R. Sí lo es, pero no porque así lo haya querido el rector, estoy convencido de que el rector quisiera que esto se solucionará antes del final de este rectorado, pero bueno esos son tiempos que están dentro del Poder Judicial.

P. Para terminar, ¿de estos ocho años como secretario que lecciones se lleva que le puedan resultar útiles en la rectoría?

R. Que hay que escuchar a la comunidad, que no hay que aislarse en las oficinas.

P. Y, ¿cuáles serían sus puntos fuertes como rector?

R. Yo creo que la capacidad de diálogo y la capacidad de construir consensos.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Reportera de EL PAÍS en México. Cubre temas sociales, con especial atención en derechos humanos, justicia, migración y violencia contra las mujeres. Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS.

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