El antiguo avión presidencial de México ya está en Tayikistán
La aeronave ha cambiado de color y de nombre en Estados Unidos antes de llegar al país asiático
El Boeing 787, el avión que durante años perteneció al Gobierno de México, ha aterrizado este lunes en Tayikistán, cuyo gobierno es su nuevo propietario, después de haber pasado por un proceso de pintura y cambio de nombre. Ahora, en vez de lucir la bandera y el escudo de México, la aeronave luce en su lateral los colores de la bandera de Tayikistán, que casualmente coinciden —rojo, blanco, verde, pero en horizontal—, con los de la bandera de México. El avión presidencial fue adquirido por Felipe Calderón en su último año de gobierno, utilizado por Enrique Peña Nieto durante su mandato, y puesto a la venta por Andrés Manuel López Obrador en su primer día como presidente de México.
El avión despegó la noche del domingo del aeródromo de San Bernardino, California, donde ha sido revisado y puesto a punto para su entrega a Tayikistán. Aterrizó en el aeropuerto de Dusambé después de 15 horas de trayecto, a las 7.30 de la mañana. Antes, el avión estaba registrado como TP 01. Ahora ha adquirido un nuevo nombre: EY 001. Bob Allen, socio de Nomadic, la empresa que se ha encargado del traslado, ha enseñado en sus redes sociales este proceso. El 13 de mayo, los encargados de la pintura terminaron su trabajo de remodelación y dejaron el avión envuelto en un plástico. Debajo estaban los colores de Tayikistán y la corona con siete estrellas que distingue su escudo.
La compra del avión se cerró hace casi un mes, después de cuatro años de intentos infructuosos. El Boeing 878 costó al gobierno de Felipe Calderón (2006-2018) 7.500 millones de pesos, unos 218 millones de dólares, y el Gobierno de López Obrador lo ha vendido por 1.659 millones de pesos, unos 92 millones de dólares, un precio muy inferior al original. Las autoridades tayikas depositaron el dinero en la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), que lo utilizará para construir dos hospitales en las zonas más pobres de México: Tlapa (Guerrero) y Tuxtepec (Oaxaca).
El Jose María Morelos y Pavón, nombre que llevaba el avión en México, tiene capacidad para 84 pasajeros y estaba previsto para viajes largos, a Europa o Estados Unidos, no para viajes por el país. Tenía camas grandes, baños de mármol y una máquina de correr, para que los presidentes pudieran realizar su ejercicio diario aunque estuviesen de viaje a una reunión de mandatarios mundiales en Europa o Asia. También tenía una oficina y asientos para transportar al séquito de periodistas y funcionarios que acompañaban a los presidentes en sus viajes por el país.
El avión ha pasado por muchas fases, muchos compradores potenciales y muchas polémicas. En junio del año pasado empezó a correr el rumo de que quizás Argentina se convertía finalmente en la compradora. Hasta México llegó la noticia de que el Gobierno argentino estaba a la búsqueda de un nuevo avión para su flota aérea, porque el que tenían hasta ese momento se había quedado obsoleto. La oferta no prosper. También hubo una época en la que arreciaron las críticas por la rebaja tan brusca en el precio de venta, comparado con el precio al que se había adquirido la máquina. Querían venderlo por al menos 130 millones de dólares, pero nadie quería comprarlo por ese precio, sobre todo después de haber descubierto los errores en la fabricación y el tiempo de uso. Por fin, el avión está en Tayikistán, con su nuevo nombre, sus nuevas credenciales y los colores de la bandera del gobierno al que ya le pertenece.
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