López Obrador sobre el nuevo plagio de la ministra Yasmín Esquivel: “Es un asunto politiquero y lo han inflado”
El presidente dice que esperará a que resuelvan las autoridades para tomar una decisión sobre Esquivel, a quien él propuso como ministra del Supremo mexicano
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha pronunciado por primera vez sobre el nuevo caso de plagio cometido por la ministra de la Suprema Corte, Yasmín Esquivel, a una semana de que EL PAÍS reveló que la jueza copió en 209 de las 456 páginas de su tesis de doctorado. El mandatario ha dicho en su conferencia matutina que lo considera un “asunto politiquero” y que los medios han “inflado” el tema al nivel del caso García Luna, el exfuncionario que recién ha sido declarado culpable de narcotráfico en Estados Unidos. También ha acusado que hay “intereses” detrás de las acusaciones contra Esquivel. “Es un asunto completamente político. Politiquero, porque la política es tan limpia que ni los más sucios políticos han podido mancharla. Es un asunto politiquero”, ha afirmado. “Lo de la ministra Esquivel lo han inflado, o sea, casi está al nivel de lo de García Luna”, ha añadido. El presidente ha dicho que esperará a que resuelvan las autoridades para tomar una decisión sobre Esquivel, a quien él propuso como ministra del Supremo mexicano por un periodo de 15 años.
En la mañanera, los periodistas le cuestionaron que aún no haya habido consecuencias contra la ministra por los plagios que se le han documentado, el de su tesis de doctorado en la Universidad Anáhuac y el de su trabajo de licenciatura en la UNAM. El mandatario reviró que igualmente nadie hizo nada ante el “gran plagio” de 2006, en referencia a la elección presidencial de ese año, en la que se declaró ganador al panista Felipe Calderón y en la que López Obrador ha acusado fraude electoral. “Como no pasó nada cuando se robó Calderón la presidencia y no dijeron nada, fue un gran plagio, porque se robaron la presidencia de México y no se quejó nadie, nada más nosotros, o sea, los periodistas no, y los intelectuales tampoco, ni los del Instituto de Investigaciones Jurídicas [de la UNAM]. Entonces lo de la ministra Esquivel lo han inflado”, ha dicho.
López Obrador ha querido dejar el tema en manos de las “autoridades”: “En el caso de la ministra Esquivel, es un proceso legal, eso no nos corresponde a nosotros, vamos a esperar lo que resuelva la UNAM, lo que resuelva el Ministerio Público. Lo que resuelvan las autoridades, y a partir de ahí se analiza, se ve si nos corresponde a nosotros tomar una decisión”, ha dicho. Sin embargo, la Fiscalía de Ciudad de México —donde Esquivel interpuso su denuncia de plagio contra Edgar Ulises Báez, el alumno que presentó el mismo trabajo que ella pero un año antes— cerró la investigación en enero porque ya habían pasado más de 30 años de los hechos denunciados. Y la UNAM ahora mismo tiene prohibido resolver el caso por orden de una juez federal; mientras se resuelve el juicio de amparo que la ministra ha promovido para evitar que el Comité de Ética universitario pueda aclarar lo que sucedió con su trabajo de licenciatura, en 1987.
Así, las autoridades ahora mismo tienen las manos atadas. El presidente fue quien propuso a Esquivel para el cargo de ministra, pero no la puede quitar. La jueza solo puede presentar su renuncia por causas graves, y esta debe ser aceptada por el Ejecutivo y el Congreso. La Cámara de Diputados puede iniciar un juicio político en su contra para retirarle la protección del fuero constitucional y ponerla a disposición de autoridades que la requieran, si fuera el caso.
El presidente ha dicho esta mañana que las denuncias de plagio se usaron como instrumento para descarrilar a Esquivel cuando participaba como candidata a presidir el Supremo. “¿Cuándo surge el caso de la ministra Yasmín? Cuando ella aspira a ser presidenta de la Corte. Vienen las elecciones en la Corte y creo que un mes antes, o menos, [Guillermo] Sheridan, del grupo de intelectuales orgánicos manejados por [Enrique] Krauze, suelta, de acuerdo con otros, a lo mejor sus rivales, los que consideraban que podían perder, y que de esa manera hacían a un lado a la candidata. Y se suben todos, se vuelven paladines de la honestidad, en contra del plagio, del robo, entonces así está ese asunto, o sea, muy manejado de acuerdo a intereses”, ha afirmado López Obrador.
Una investigación de EL PAÍS reveló que Esquivel volvió a cometer plagio en la tesis que presentó en la Universidad Anáhuac para obtener el grado de doctora en 2009. La ministra copió, entre otros, a un exrector de la UNAM, un exministro español de Cultura y un expresidente del Tribunal Supremo de España, un expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como a juristas mexicanos, italianos, españoles y alemanes. Dos de esos autores confirmaron el plagio a este periódico. Dos académicos mexicanos, que revisaron las pruebas a ciegas, sin saber que se correspondían con un trabajo de la ministra, también consideraron que se trata de un plagio. Esquivel, después de la publicación de la investigación y a través de su abogado, aseguró que la “omisión” de citas a autores originales en un trabajo de titulación es una “deficiencia” o “descuido”, pero no plagio, más cuando se trata de autores reconocidos que son referidos comúnmente por estudiantes y profesores de Derecho.
La Anáhuac ha sostenido que no puede hacer nada al respecto, porque su reglamento vigente no permite sancionar las faltas “a partir de los tres años siguientes de la presentación del examen doctoral”. La postura de la universidad ha causado indignación entre la comunidad estudiantil y académica, que ha considerado que el plagio de Esquivel y la falta de castigo lastima su integridad y credibilidad como profesionistas. Por su parte, la Universidad Complutense, que impartió cursos de doctorado a Esquivel, se ha desmarcado de su título y ha dejado toda la responsabilidad a la Anáhuac.
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