Una protesta por los derechos de las personas trans enfrenta a las autoridades con los manifestantes en el Congreso de Ciudad de México

Varias personas de la comunidad trans han sido reprimidas este martes en una manifestación tras entrar por la fuerza en el Congreso de la Ciudad de México para protestar por una iniciativa, presentada por el PAN, que prohíbe que menores de edad se sometan a tratamientos y cirugías de cambio de género y que se castigue con cárcel a quien realicen estos procedimientos. Victoria Sámano, fundadora del colectivo Lleca para la atención de mujeres y personas de la diversidad, denuncia que ha sido agredida por elementos de la seguridad del Congreso cuando ha conseguido entrar al recinto.

“Está prohibido que un menor de edad altere su cuerpo con un tatuaje, pero permitimos que ese mismo menor altere su cuerpo mutilándose el pene”, ha esgrimido la diputada América Rangel, autora de la propuesta, cuando ha hecho uso de la tribuna para presentar su iniciativa. La organización civil Centro de Atención Transgénero Integral asegura que en México los tratamientos hormonales para personas transgénero solo se pueden empezar a recibir a partir de los 18 años, o 16 si es con el consentimiento de los padres. Las cirugías, que tanto utiliza Rangel para espantar a su audiencia, solo pueden realizarse a partir de los 18, y en ambos casos la persona es evaluada psicológicamente durante todo el proceso.

La manifestación no trataba únicamente de protestar por la tramitación de esta iniciativa. Las personas que han marchado afuera del Congreso también se han quejado de los “discursos de odio y desinformación sobre infancias trans” que se repiten cada día en por parte de políticos como Rangel, la necesidad de una ley que proteja la “identidad de infancias trans” y la derogación del tipo penal “peligro de contagio” que criminaliza a las personas que viven con VIH. Después de dar un breve discurso, micrófono en mano, Sámano ha protestado por el discurso de odio que, según ella, genera más transfobia y el asesinato de personas de su colectivo.

Después, lo que parecía ser una simple manifestación de apenas 50 personas se ha convertido en una trifulca que los elementos de seguridad privada del Congreso no parecían haber previsto. Sámano y el resto de activistas han utilizado varas metálicas para destruir los cristales de las puertas del Congreso. Como respuesta las activistas han sido rociadas con gas pimienta y extintores. Cuando Sámano ha conseguido entrar, ella y otras activistas aseguran que han sido agredidas por la seguridad del recinto, que han dejado en su cuerpo visibles heridas y cortaduras por los cristales rotos a través de los que accedió al recinto.

La activista ha sido retenida en el interior del edificio durante al menos una hora hasta que la han dejado libre. Mientras, la entrada del Congreso se ha llenado de policías y los diputados han abandonado el hemiciclo y reanudarán la sesión el miércoles por la mañana. La Mesa Directiva del Congreso asegura que “tras el ingreso de tres manifestantes al recinto que agredieron al personal de resguardo, sus integrantes activaron el protocolo interno sin violentar a ninguna persona manifestante. Durante estos hechos una de las personas manifestantes sufrió lesiones leves debido a una caída sobre los vidrios” que se habían roto al principio.

El grupo parlamentario de Morena en el Congreso de la capital ha responsabilizado al PAN de la agresión por promover discursos de odio, y advirtieron de que los diputados de su partido no permitirían el avance de iniciativas “oscurantistas y retrógradas basadas en la discriminación y los discursos antiderechos que varias integrantes del PAN manifiestan de manera de reiterada en su trabajo legislativo y en sus redes”. La activista Tania Morales, fundadora de la organización Infancias Trans, criticó que la iniciativa solo era un recurso para llamar la atención: “Cuando quien debe legislar no logra ningún resultado favorable para su electorado, necesita llamar la atención de alguna manera. Deplorable que sea a través de mentiras y en detrimento de las poblaciones más vulnerables”.

Lo único que pueden hacer los menores de 16 años trans es elegir su género en el acta de nacimiento. La Ciudad de México emitió un decreto en 2021 que permite a los adolescentes mayores de 12 años modificar la identidad de género en su acta de nacimiento mediante un procedimiento administrativo. Lo puede solicitar cualquier menor mayor de 12 años “que se autopercibe con un género diferente al que se asentó en su registro de nacimiento”. Incluso en este caso el menor necesita una “autorización escrita del padre, madre o tutor” del menor “que le acompañe durante el procedimiento”.

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