La nueva ruta latinoamericana de la fragata ‘Mercedes’
Miquel Iceta, ministro de Cultura español, propone a México, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Uruguay organizar un proyecto para contar la historia común de este barco hundido en 1804
El último viaje de la fragata Santa María de las Mercedes comenzó en 1803 y acabó un año después en el fondo del golfo de Cádiz. La Mercedes salió del puerto de Ferrol con una misión: recuperar los caudales reunidos en los virreinatos de ultramar durante los años de guerra y llevarlos de vuelta a España. La ruta incluía Lima y Montevideo, con parada en el cabo de Hornos, en Chile. Cuando solo le quedaba un día de navegación para llegar a su destino, un inesperado ataque británico la hizo saltar por los aires. El barco se hundió con su tesoro. Murieron 275 tripulantes y se perdieron 600.000 monedas de plata. Dos siglos después, y tras haber recuperado el cargamento del buque, el Gobierno español ha propuesto a México, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Uruguay que la Mercedes y su historia vuelvan a recorrer Latinoamérica.
La propuesta nace del ministro de Cultura español, Miquel Iceta, que considera que es el momento de contar esta historia común más allá del pleito internacional con Odyssey, el cazatesoros que expolió la Mercedes y que fue obligado por los tribunales estadounidenses a devolver los bienes a España. “Este galeón es un barco de pabellón español y la legislación internacional dice que es propiedad de España, pero claro, esas monedas fueron acuñadas en países de América Latina, circularon en América Latina, el metal con el que las fabricaron salió de minas de América Latina. Y dijimos: ¿no es posible trazar un proyecto que nos una a todos? ¿Podríamos siete países hacer un relato común y, si se me permite, una explotación común de eso?”, ha dicho Iceta a EL PAÍS.
El político ha aprovechado el congreso de un centenar de ministros de Cultura en Ciudad de México, en el marco del Mondiacult 2022, para presentar el proyecto a los seis países. En dos días ha concentrado todas las reuniones. De momento, la respuesta ha sido positiva: “Parece que sí hay agua”. Iceta destaca que las reacciones han sido de sorpresa, porque no habían adelantado el tema antes del encuentro presencial, y también de interés. El ministro español ha afirmado que la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, ha adelantado también el apoyo al proyecto.
“Por vez primera se ha buscado la cooperación desde el inicio. Y todos nos han dicho: ‘Vamos a verlo’”, ha apuntado Iceta, que afirma que España no ha llegado con un solo papel redactado, sino con una idea para desarrollar “entre todos”. “Esto puede ser el símbolo de una nueva manera de trabajar. Hasta ahora todo eran disputas de esto es mío, son mis costas, es mi barco, son mis muertos, son mis monedas. En cambio yo creo que hay la posibilidad de decir que esto nos involucró a todos en un momento de la historia muy determinado y por lo tanto forma parte de nuestras historias; no es ni de unos ni de otros: es de todos”, ha presentado el político socialista, que asegura que han sido muy “prudentes” en la presentación de su propuesta.
La Mercedes lleva a un momento histórico sensible en Latinoamérica, especialmente en países como México, donde el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la conquista española un enemigo simbólico. El ministro de Cultura, que reconoce que España todavía se equivoca utilizando términos como descubrimiento de América —puesto que ya eran civilizaciones que existían antes de la llegada de los españoles—, apunta que “no se puede cambiar la historia”.
“No es posible explicar la historia de España sin la dimensión latinoamericana ni la los países de Latinoamérica si se intenta borrar esa presencia española. Por lo tanto, ¿qué hemos de hacer? Leerla conjuntamente”, ha afirmado. El ministro rechaza convertir esta iniciativa en un “gesto” de España sino como “un pretexto, la punta de lanza de una cooperación que se ha de extender a todos los terrenos”. Aunque el político sí reconoce una “instrucción” explícita del presidente Pedro Sánchez de “potenciar al máximo las relaciones con América Latina”: “Eso también quiere decir que quizá no lo hemos hecho suficientemente”.
De momento no se ha concretado el formato del proyecto, pero todo apunta hacia un exposición itinerante que pueda recorrer los siete países y mostrar los objetos recuperados: los cañones, las vasijas o las armas que viajaban en la Mercedes, además de las miles de monedas, que se encuentran en restauración. Idealmente, el ministerio de Cultura confía en poder presentar el resultado al año que viene. Los primeros pasos —cuando acepten el resto de países— será crear una comisión técnica de trabajo. “Creamos este grupo multilateral y vamos construyendo juntos el discurso, donde todos nos sintamos cómodos”, apunta el director de Patrimonio español, Isaac Sastre.
Santa María de las Mercedes zarpó a recuperar el dinero recaudado por las colonias españolas en Latinoamérica en los últimos años antes de su independencia. Era un momento crucial en Europa, inmersa en las guerras napoleónicas, que obligó durante largas temporadas a España a suspender las comunicaciones y los viajes al otro lado del océano.
En 1802, aprovechando un tratado de paz, Carlos IV da la orden de traer los caudales. En la expedición participan cuatro buques, que emprenden el viaje de regreso en 1804. Tras una navegación tranquila, el 5 de octubre, la escuadra es interrumpida por barcos ingleses frente a las costas de Portugal. Un cañonazo directo a la salvaguarda de La Mercedes la hace estallar y hundirse con su cargamento y tres centenares de tripulantes a bordo. Las otras tres fragatas fueron apresadas. Sastre explica que el ataque británico —que rompió el periodo de paz y dio lugar más tarde a la batalla de Trafalgar— se debió al temor de que la cantidad de dinero que llegaba a España pudiera desestabilizar el tablero político y decantar el apoyo hacia Francia.
Dos siglos después la Mercedes volvió a todas las portadas cuando Odyssey consiguió sumergirse y llevarse las 600.000 monedas que resguardaba. Tras años de pleitos, la justicia estadounidense dio la razón a España en una resolución histórica en 2012. Desde entonces, la Armada española en conjunto con el CSIC organizaron varias expediciones a más de 1.100 metros de profundidad para recuperar los últimos objetos que el cazatesoros no se había llevado, entre los que quedaban, por ejemplo, dos culebrinas.
La idea es que estos objetos puedan estar en una exposición que viajé como en su día itineró la Mercedes. “La muestra va a contar con un soporte material importante, pero va a ser mucho más que eso: va a ser el cómo de un barco se puede contar la historia de tantos pueblos, de tantos países”, desarrolla Sastre, “fue la primera globalización, donde España por el papel que ocupaba fue protagonista”.
La llegada de Iceta a México rompe con un largo período sin la presencia de políticos españoles en el país. En febrero, el presidente López Obrador anunció que se congelaban las relaciones entre los dos países: “Una pausa para respetarnos y que no nos vean como tierra de conquista. Queremos tener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo, pero no queremos que nos roben”. Sin embargo, el ministro de Cultura explica a EL PAÍS que estas relaciones, en la práctica, nunca se han suspendido, y que se están preparando nuevos proyectos en conjunto. “España no pretende en su presencia continuada en Iberoamérica ejercer ningún tipo de paternalismo colonial ni cultural”, ha dicho el ministro, que ha reconocido: “Es verdad que en España en algunos momentos ha habido una visión neocolonial o imperial, pero no es la situación actual y precisamente para evitar desencuentros lo mejor es la máxima y más estrecha relación posible”.
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