Un juez procesa al jefe de policía de Xoxocotla por el asesinato material de un criminal local
La Fiscalía aclara que Javier Jiménez disparó personalmente contra Abel Rivera. El presidente municipal y una regidora aseguran que Jiménez estaba con ellos en una reunión
Un juez ha procesado por asesinato a Javier Jiménez, jefe de policía de Xoxocotla desde hacía poco más de un mes. La Fiscalía detuvo a Jiménez a finales de junio. Le acusa de matar a Abel Rivera, que la propia dependencia identificaba como “uno de los presuntos causantes de la violencia en Xoxocotla”. En un comunicado divulgado tras la audiencia, se ha aclarado que Jiménez disparó personalmente contra Rivera el 28 de mayo, dejándole en el hospital. Rivera murió de sus heridas el 10 de junio. La Fiscalía le había detenido días antes, en el hospital, por un viejo asunto de drogas.
La detención ha sorprendido en este municipio del sur de Morelos, rehén de una batalla política que dura ya más de un año. Desde junio de 2021, dos bandos pelean por el poder local, pugna que ha dejado más muertos. En enero, sicarios acribillaron en su casa al presidente municipal entonces, Benjamín López Palacios. En marzo, gatilleros hicieron lo propio con uno de los cuadros políticos más importantes de su equipo, el secretario municipal, Manuel Alejandro Jiménez.
La violencia política en el municipio ilustra otras tantas en decenas de rincones de México. En los últimos años, cada contienda electoral deja cientos de ataques, decenas de asesinatos, sobre todo si atañen al ámbito local. Durante el actual Gobierno, 16 alcaldes han sido asesinados. En el último proceso electoral, que inició en 2020 y concluyó en 2021, mataron a 102 candidatos y aspirantes. Entre elecciones, la violencia sigue, como en el caso de Xoxocotla, que después de un año de conflicto y varias votaciones y asambleas, no aparece acuerdo alguno en el horizonte.
Por el caso de López Palacios, la Fiscalía de Morelos anunció hace unas semanas la detención de dos hombres, uno de ellos Martín Flores, rival del alcalde en la contienda. Durante meses, los dos pelearon ante la justicia electoral y la propia comunidad por la presidencia municipal. En diciembre, finalmente, un tribunal federal dio la razón a López Palacios, dejando a Flores sin argumentos. Fue entonces cuando Flores planeó su asesinato, según la Fiscalía.
Hasta la detención de Flores, muchos en el equipo de López Palacios denunciaban que su mano estaba detrás de los asesinatos. La suya y la de otros integrantes de su equipo, entre ellos su sucesor en la pugna política, Abraham Salazar. Para el equipo de López Palacios, un grupo de maleantes encabezado por Abel Rivera y su hermano, Silvano, había estado apoyando a Flores y Salazar en la batalla, y no había dudado en emplear la violencia cuando la realidad había fallado a sus expectativas.
De momento, la Fiscalía carece de prueba alguna contra los Rivera o el mismo Salazar. A Flores lo detuvieron con otro hombre, uno de los presuntos asesinos materiales del alcalde López Palacios. Hasta la fecha, se ignoran, sin embargo, detalles de la genealogía criminal del detenido, si tenía alguna relación con los Rivera o si Flores fue a buscar a los sicarios fuera del municipio. Y desde luego no hay noticia alguna de los asesinos del secretario Jiménez. Fuentes de la Fiscalía local han informado a EL PAÍS de que un juez ya ha procesado a Flores por el asesinato de López Palacios.
La detención del jefe de policía Jiménez ha sorprendido porque al menos una regidora, además del actual presidente municipal, Raúl Leal, que derrotó a Salazar en la última etapa de la batalla política, sitúan a Jiménez en una reunión con ellos en el momento del tiroteo en que Abel Rivera resultó herido. Ante las dudas, un portavoz de la Fiscalía local ha dicho a este medio que lo mejor que pueden hacer los regidores y el propio alcalde es acudir a declarar.
El mismo jefe de policía relató a este medio antes de su detención, que Rivera salió malherido de un ataque que él mismo dirigió contra un vecino de Xoxocotla, Jesús Capistrán. Según Jiménez, Capistrán, que además ha formado parte de su equipo a lo largo de los años, se defendió del ataque a balazos, hiriendo a Rivera y otras personas que habrían llegado con él. Capistrán, Jiménez y otros vecinos de Xoxocotla han estado implicados en tareas de seguridad en el municipio antes de la actual batalla política.
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