Una nueva detención pone en jaque a Xoxocotla
La Fiscalía arresta al actual jefe de policía por el supuesto asesinato de Abel Rivera, delincuente local, acusado por parte de los vecinos de estar detrás del asesinato del anterior alcalde
La realidad se complica en Xoxocotla, pueblo tomado por la tensión, rehén de posiciones que de momento parecen irreconciliables. Este jueves, vecinos que apoyan al líder de uno de los bandos en pugna, Abraham Salazar, sitiaron el Palacio de Gobierno de Morelos, en Cuernavaca, la capital. Exigían que el gobernador, Cuauhtémoc Blanco, les recibiera. No está muy claro que pretendían del mandatario. Ahora mismo, el alcalde es el líder del bando contrario, Raúl Leal, por decisión de la justicia electoral federal.
Según reportes de la prensa local, decenas de simpatizantes de Salazar rodearon el inmueble, en el centro de Cuernavaca, y lanzaron cohetes a las puertas. La policía, que resguardaba el edificio, respondió con gases lacrimógenos. En un comunicado, el Gobierno estatal señaló que “los daños al inmueble fueron cristales rotos y cerraduras de los principales accesos del Palacio de Gobierno, que fueron destruidas”.
La batalla de Cuernavaca sucedía en el flujo de noticias local a otro bombazo, la detención, el martes, del actual jefe de policía local, Javier Jiménez, por su implicación en el homicidio de Abel Rivera, hospitalizado desde finales de mayo por heridas de bala. Para acabar de complicar la situación, la Fiscalía detuvo a Rivera en el hospital el mes pasado, mientras estaba inconsciente, por un viejo asunto de drogas. La fiscalía indicó que Rivera era “uno de los presuntos causantes de la violencia en Xoxocotla”.
Todo el mundo en el municipio conoce a los dos personajes, Jiménez y Rivera. También a Abraham Salazar, que fungió de presidente municipal durante un par de meses, entre marzo y principios de junio, tras el asesinato de su predecesor, Benjamín López Palacios, líder anterior del equipo de Raúl Leal. Salazar era el suplente de López Palacios y mantuvo una pugna con Leal y su equipo por el poder municipal. La justicia electoral de Morelos le dio la razón en marzo, pero en junio, un tribunal federal volteó la decisión del tribunal inferior y elevó a Leal a la alcaldía.
En el equipo de Leal, muchos creen que Salazar y los suyos tuvieron que ver en la muerte de López Palacios, en los primeros días de enero. No en vano, la Fiscalía de Morelos detuvo hace unas semanas al predecesor de Salazar en la pugna política de Xoxocotla, Martin Flores, por el asesinato de López Palacios. El año pasado, Flores y López Palacios mantuvieron una lucha por el poder municipal. Entonces, Flores era el suplente del alcalde, fallecido en junio de muerte natural y López Palacios, como después Leal, había obtenido el favor del pueblo en asamblea.
Las sospechas hacia Salazar ilustraban en realidad un ramillete de denuncias calladas, expresadas en voz baja en el pueblo. Leal y sus seguidores sospechaban que un grupo de supuestos delincuentes locales, liderados por Abel Rivera y su hermano, Silvano, eran la mano ejecutora de su rival. Preguntado al respecto en entrevista en Xoxocotla en mayo, Salazar negó todo vínculo con los Rivera.
Jiménez y la reunión
La detención de Jiménez, que ocupaba la jefatura de policía del municipio desde hacía menos de un mes, ha sorprendido a Leal y su equipo, más aun por el motivo, el supuesto asesinato de Rivera. En un comunicado divulgado el miércoles, la Fiscalía señalaba: “El 28 de mayo de este año, personal del Hospital General de Jojutla confirmó el ingreso de la persona de sexo masculino identificada como Abel “N”, quien presentaba lesiones producidas por proyectil de arma de fuego, las cuales le causaron la muerte el 10 de junio de esta misma anualidad”. Hasta el comunicado del miércoles, no se había informado de la muerte de Rivera.
La dependencia añadía: “Las investigaciones emprendidas por la Unidad Especializada de Homicidios de la zona Sur Poniente, con apoyo de la Agencia de Investigación Criminal y los Servicios Periciales, arrojaron la presunta intervención de “El JJ” en la agresión hacia Abel “N”. La agencia investigadora no ha informado del tipo de participación que habría tenido Jiménez en el asesinato de Rivera. Un portavoz ha señalado que ahora mismo resulta imposible dar más detalles, porque podría afectar a la audiencia de vinculación de proceso en contra del detenido, que debería celebrarse estos días.
En comunicación con Jiménez desde hace varios meses, el jefe policial dio a EL PAÍS su versión de lo ocurrido el día en que Rivera resultó herido, el 28 de mayo. Según el hombre, de 52 años, Rivera y otros dos hombres atacaron a balazos un vecino de una familia rival en Xoxocotla, Jesús Capistrán. En el ataque, Capistrán se habría defendido igualmente a plomazos, hiriendo de gravedad a Rivera, que murió días más tarde en el hospital.
Jiménez nunca señaló participación alguna en toda esta secuencia, aunque reconoció que conocía a Capistrán, pues habían trabajado juntos. En entrevista presencial con este medio en mayo, en Xoxocotla, el todavía jefe policial señalaba a los Rivera de estar detrás del asesinato de López Palacios. Jiménez los acusaba también de asesinar a Manuel Alejandro Jiménez, integrante del equipo del alcalde muerto y hombre fuerte del grupo de regidores que apoyaba a Leal.
“Todo el mundo sabe que el que mató al Manuel es el hijo de Silvano, Jairo Rivera Palera, que fue con Abel Rivera, hermano de Silvano y con uno que le dicen El Rata. Hay muchos testigos, el problema de Xoxocotla es que nadie va a hablar”, dijo entonces Javier Jiménez.
Estos días, tanto el presidente municipal, Raúl Leal, como una de sus regidores, Sarath Carpanta, han señalado a este diario que en la tarde en que Rivera atacó a Capistrán y Jiménez habría atentado contra Rivera, el jefe de policía estaba en una reunión con ellos, en casa del suegro de Leal. “Fue una reunión para ver cómo resolvíamos temas de la recogida de basuras, de la entrega de fertilizantes a agricultores… Hay muchas áreas que las tenemos paradas por falta de recursos”, dice la regidora Carpante.
Preguntados directamente por la presencia de Jiménez a la hora de los balazos, los dos contestaron sin lugar a malentendidos que él estaba allí. Preguntado al respecto, un portavoz de la Fiscalía local señaló que si de verdad es cierto, que “vayan a declarar ante el Ministerio Público, porque las pruebas de la Fiscalía son contundentes”.
Más allá del caso de Rivera, la trayectoria de Jiménez está llena de claroscuros. Integrante del Frente Popular Francisco Villa, jefe de la policía del Gobierno de Leonel Zeferino, anterior al de López Palacios, Jiménez hubo de dejar el cargo por presiones de los vecinos, ante denuncias de abusos en retenes policiales en el municipio.
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