Ricardo Monreal: “Soy un socio y no un subordinado de López Obrador”
EL PAÍS conversa con el jefe de la bancada de Morena en el Senado en una semana en la que anunció su candidatura a la presidencia, firmó la paz con Sheinbaum y pidió mejorar las relaciones con España
Los esfuerzos corruptores de Ricardo Monreal (Zacatecas, 61 años) no pasan de regalar una y otra vez su último libro. Después de una decena de entrevistas para EL PAÍS con el jefe de la bancada de Morena en el Senado el periodista sale siempre de su despacho con su libro más reciente. El último, Tres años de trabajo legislativo, inspira menos emoción que ver pescar pero él insiste. Ya lleva 34, casi el doble de los que ha publicado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pregunta. Viendo su última foto con Sheinbaum, la 4T escribe mucho y ríe poco.
Respuesta. Sí, escribe mucho (y ríe) pero creo que fue la óptica de la foto porque fue una reunión agradable y un encuentro franco. Un buen ejercicio de amistad, respeto y camaradería.
R. ¿Ya se lleva bien con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México?
R. El reencuentro con Claudia era oportuno e indispensable. Si soy capaz de dialogar y entenderme con la oposición y hasta lograr acuerdos con los más radicales, es un despropósito y una contradicción que no pueda dialogar con mis compañeros de partido.
P. Esos odios tras quedar fuera de la lucha por la Ciudad de México parecían afrentas entre Montescos y Capuletos.
R. Fueron diferencias provocadas por la falta de un procedimiento transparente. Por lo tanto, ahora hay que buscar mecanismos de selección de candidatos que no separen. Lograr piso parejo, no exclusión, apertura, entendimiento y reglas claras para que Morena pueda repetir en 2024.
P. ¿Cómo se gestó el acuerdo?
R. Recibí la invitación del secretario de Gobernación [Adán Augusto López], que me dijo: “¿Estarías dispuesto a que nos reuniéramos Claudia, tú y yo para hablar de la agenda legislativa y otros temas?”, y yo le dije que sí. No solo estaba dispuesto, sino que me parece necesario reunirse para hacer política.
P. La llegada de Augusto a Gobernación ya le ha merecido la pena a su partido.
R. Es un facilitador. Es un estilo distinto (a Olga Sánchez Cordero). Lo veo con más fuerza política y con más confianza y respaldo de la presidencia. Ha recobrado espacios que no le permitieron a la anterior secretaria de Gobernación.
P. ¿Por qué no estuvo el canciller Marcelo Ebrard?
R. En la siguiente reunión tiene que estar él. Hay que tener capacidad de diálogo y en esa mesa tenemos que estar sentado los tres. Marcelo es indispensable.
P. Usted quiere ser presidente, pero López Obrador no lo cita entre los aspirantes.
R. El mensaje es que estaré puntual a la cita con la historia aunque no haya sido referido por el Ejecutivo federal. Tengo mi historia de lucha que me hace simpatizante de él (López Obrador), pero independiente de él. Es decir, soy una mezcla extraña. Una especie de socio de un proyecto de nación, pero nunca un subordinado incondicional. Creo que el presidente de la República es más inteligente de lo que muchos piensan y va a abrir la baraja para que todo el mundo participe. Lo conozco y a eso me atengo. El presidente tiene una enorme influencia. En su tercer año tiene un 65% de popularidad en México y del 90% dentro de Morena por lo que su voz es escuchada y atendida. Por eso siempre he dicho que si no hay inclusión, habrá división y si no hay apertura habrá ruptura. Es decir, estamos a tiempo de conducir un proceso incluyente con las candidaturas durante las primarias.
P. Tal y como está la oposición, el único enemigo de la 4T es la 4T. Parece que solo tienen que esforzarse por controlar las bajas pasiones y llegar unidos. Era un escenario impensable hace solo unos años.
R. Efectivamente, el debate y la disputa son internas. Si nosotros nos ponemos de acuerdo, nadie nos ganará en 2024. Y, si no somos capaces de interpretar correctamente el momento político, corremos el riesgo de no ganar la elección. Por eso tenemos que hacer un gran esfuerzo por lograr un acuerdo y caminar todos juntos. Encontrar un mecanismo de selección de candidatos que no nos divida. Ese es el gran reto que tenemos.
P. ¿De verdad cree que puede ganar?
R. Voy a ganar la interna, que es la más difícil, y después la nacional. La lucha más difícil y compleja son las primarias.
P. Si le toca las nalgas a una simpatizante como su hermano se le termina la carrera.
R. Yo me cuido mucho. Fue un acto involuntario, una situación que no se deseaba, pero hay que cuidarse. Un hombre público ahora es un escaparate. Y la política ahora se ha convertido en un oficio de rendición de cuentas y transparencia con una permanente observación de todo. Es muy vulnerable el ejercicio de la política y muy delgado el hilo de la conducción correcta en lo que digas, lo que hagas, dónde y cómo estés.
P. Básicamente, le piden coherencia dentro y fuera de la vida pública.
R. El ciudadano quiere congruencia, coherencia entre lo que haces y lo que dices. Entre y lo que eres y lo que pretendes hacer en esa posible candidatura.
P. ¿Qué le parece la ausencia de España en las celebraciones del Bicentenario de la Independencia?
R. No conviene abrir más heridas ni agrandar más las diferencias entre España y México. Uno y otro se complementan. Siempre se había mantenido una relación buena y creo que en el pueblo español y el pueblo mexicano no hay fisuras, pero hay que aclarar los malos entendidos. No me gusta que se agriete más la relación. Me parece que estamos atascados en el (pedido de) perdón y creo que hay que superar esa etapa. Finalmente, el presidente ha solicitado mediante carta una disculpa y aunque es historia al presidente le pesa mucho la historia porque es un hombre conocedor. Yo lo respeto y lo avalo, pero creo que superar esa etapa por el entendimiento de los dos pueblos.
P. Le siento muy diplomático dentro y fuera de casa. Hasta se refiere con cariño y respecto a la nueva formación creada por cinco senadores disidentes. ¿Dónde está el truco?
R. (risas) Mira, yo ya viví eso. Quizá por eso soy muy comprensivo con los compañeros que tratan de formar nuevas agrupaciones. Yo participé en la fundación de Morena en 2015 siendo diputado de Movimiento Ciudadano y no nos aceptaron como grupo parlamentario, pero sí como una asociación y eso influyó mucho en el debate.
P. O aspira a recuperar alguna comisión que antes era esquiva.
R. Es un grupo que va a generar debate porque cada uno de ellos tiene una historia. Germán (Martínez) es un gran constitucionalista, Gustavo (Madero) fue coordinador del PAN con Calderón, Álvarez Icaza tiene una historia en la defensa de los derechos humanos y Nancy de la Sierra y Alejandra León tienen una larga historia de lucha política. Creo que el afán es construir un espacio legítimo de debate y deberíamos encontrar una salida para ejercer su libertad de opinión, expresión y manifestación.
P. Tendrá que trabajar más.
R. Me va a obligar más a mí. Mi preocupación es que al haber otro grupo no les podemos ignorar y tenemos que dialogar con ellos porque son cinco votos que pueden ser muy significativos para construir mayorías calificadas pero también mayorías simples.
P. Por primera vez Morena parece que llegará sobrado a la cita electoral. Nada que ver con años anteriores cuando llegaban con la lengua fuera.
R. Creo que la (lucha) por la sucesión presidencial se abrió de manera anticipada. No simpatizo mucho con eso porque ahora deberíamos estar todos caminando en torno al Presidente. El acuerdo que sostenemos con Claudia es no permitir fisuras ni divisiones en Morena. Hablar con nuestros equipos para tener reglas claras y respetar los tiempos, mecanismos y procedimientos. Yo creo que voy a ganar, pero si no fuera el caso, con cualquiera de ellos podría trabajar.
P. Hablando de trabajar, da la sensación de que la Corte, a base de sentencias, legisla más y les rebasa por la izquierda.
R. Tenemos un Poder Judicial mucho más activo que en el pasado y también más independiente en los hechos. Estamos viviendo momentos con un presidente muy fuerte pero también con poderes más autónomos, el propio Legislativo. La revocación de mandato o el juicio político, lo sacamos por unanimidad y el tema del aborto o la marihuana son asuntos que también planteamos y avalamos. Es decir, México está viviendo para bien una etapa donde los poderes ya no están concentrados en una sola persona como en el pasado. Antes el Poder Legislativo y la Corte estaban subordinados al Presidente y a lo que él ordenaba, pero ahora se trata de una institución equilibrada y un resorte que ayuda a contener cualquier exceso.
P. Habla de la marihuana y parece una ley hecha por pachecos. Siempre es para más tarde
R. Saldrá adelante antes de fin de año. Sacamos por unanimidad la Ley de regulación de cannabis, pero la cámara de diputados lo modificó y hay nueve inconsistencias constitucionales, pero saldrá adelante en pocos meses.
P. ¿Cada cuánto habla con López Obrador?
R. Seguido, aunque ahora más espaciado. Pero el respeto es invariable.
P. ¿Está escribiendo algo?
R. Acabo de terminar un libro sobre el trabajo legislativo durante estos últimos años. Se titula ‘Tres años de grandes reformas’. Se lo voy a regalar.
P. Ha publicado 34 libros, ¿quiere eclipsar al Presidente?
R. No, nunca querría competir con el Presidente y menos hacerle sombra. Quiero mantener una relación siempre de respeto e igualdad frente a él.
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