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Las movilizaciones de los normalistas en México tensan la relación con el Gobierno de López Obrador

La represión de varias marchas de estudiantes en Chiapas y Puebla ponen bajo la mira el actuar de las autoridades en un conflicto que escala cada vez más. El presidente pide que las protestas sean pacíficas

Almudena Barragán
Normalistas de Escuela Normal Rural Carmen Serdan desalojados de Casa Aguayo
Elementos de la policía estatal desalojan a estudiantes de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán, en Puebla.Mireya Novo (AGENCIA ENFOQUE)

Los normalistas y las autoridades mexicanas se han vuelto a enfrentar. La fuerte represión contra las protestas de los estudiantes en los Estados de Chiapas, Hidalgo y Puebla han escalado con rapidez hasta llegar a la reunión de la mesa de Seguridad que todas las mañanas mantiene el presidente Andrés Manuel López Obrador con su Gabinete. El Gobierno ha abierto una válvula de escape a la tensión y este miércoles se ha liberado a los 19 normalistas que quedaban detenidos en Chiapas y a 43 que fueron arrestados el martes en Puebla.

“No vamos a reprimir y a resolver por la fuerza nada”, ha dicho López Obrador en su conferencia matutina. El mandatario ha recomendado a los Gobiernos estatales que eviten disolver por la fuerza las protestas y ha llamado a que los manifestantes protesten de manera pacífica. “No recurran a la violencia; hay muchas formas de desobediencia civil pacífica que se pueden aplicar en contra de las autoridades”, ha señalado el presidente. Los estudiantes de docencia, que históricamente se han movilizado contra el Gobierno, han suspendido una tregua que habían mantenido en los primeros años de la Administración de López Obrador y se han lanzado a las calles para exigir la atención que siempre han pedido al sistema educativo.

Una nueva protesta de normalistas de la escuela Carmen Serdán, en Puebla, acabó en represión y detenciones este martes. Los 43 normalistas, 23 de ellas mujeres entre 18 y 20 años, fueron detenidas junto a compañeros de otras Normales de Guerrero y Michoacán cuando protestaban frente al Palacio de Gobierno de la capital, conocido como Casa Aguayo. Los jóvenes reclamaban mejoras en las instalaciones y un mayor presupuesto para atender a los 400 alumnos que estudian en el centro, situado en el municipio de Teteles de Ávila Castillo, en la sierra norte del Estado.

Cerca de 200 jóvenes participaban en la protesta cuando fueron repelidos por unos 300 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública con golpes y gases lacrimógenos. “Una vez que llegamos, tomamos las instalaciones de forma pacífica. Colgamos mantas y comenzamos a hacer un volanteo [reparto de folletos] sobre cuáles eran nuestras demandas”, cuenta Nadia, normalista de la escuela Carmen Serdán que prefiere no dar su verdadero nombre. La joven de 20 años narra a este diario que después de varias horas de protesta pacífica, la policía antimotines del Estado les rodeó y comenzó a dispersar la concentración a golpes. “Nuestras compañeras exigían una mesa de diálogo con el Gobernador que nos negaron”, relata Nadia.

El último enfrentamiento se suma a los altercados que hubo en Hidalgo el martes entre las fuerzas de seguridad y estudiantes normalistas en los que murió un campesino y cuatro personas resultaron heridas. La tensión en Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas ha ido en aumento después del encarcelamiento de 95 alumnos de la escuela rural Mactumactzá, en Tuxtla Gutiérrez (Chiapas) y la muerte de dos alumnas de la Carmen Serdán que cayeron de un camión durante la toma de una caseta de peaje en la autopista Apizaco - Huamantla, entre Puebla y Tlaxcala.

Las brutales imágenes del actuar de la policía contra los jóvenes han despertado la solidaridad en redes sociales y se han convertido en la gasolina que ha avivado el fuego. Tanto en Chiapas como en Puebla, las autoridades dispersaron las marchas con gases lacrimógenos que fueron utilizados hasta desalojar a un grupo de jóvenes que se resguardaban dentro de un autobús. Mientras el humo blanco salía por las ventanillas de la unidad como si se estuviera incendiando, las chicas no paraban de toser con los ojos llorosos mientras eran sometidas en el suelo.

El gobernador de Puebla, el morenista Miguel Barbosa, respondió que el uso de la fuerza no es “ni instrumento ni forma de actuar” de su Gobierno y las autoridades aseguran que las manifestantes tenían bidones con gasolina y bombas molotov. Las alumnas niegan las acusaciones y aseguran que su protesta era pacífica.

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Entre los reclamos de las estudiantes están que se mejoren las aulas donde reciben clase y que se aumente el estipendio de alimentación y hospedaje que recibe cada alumno para vivir en la Normal, en régimen de internado. Según ellas, desde 2019, el gobierno estatal debe 9,8 millones de pesos a la escuela Carmen Serdán. Las demandas de las jóvenes de Puebla recuerdan a las realizadas hace unas semanas por los alumnos de la Normal Rural de Mactumactzá en Chiapas. En aquel caso, también reclamaban hacer el examen de ingreso este ciclo escolar de manera presencial y no en línea. “Nosotras también estamos en desacuerdo de que el examen sea en línea. La mayoría de los estudiantes de nuestra Normal son de comunidades rurales y no tienen acceso a Internet”, señala la estudiante.

El secretario de Educación de Puebla, Melitón Lozano, asegura que las obras en la Normal rural no se han completado porque las alumnas expulsaron a los trabajadores de la empresa que estaba haciendo las reparaciones durante la huelga en solidaridad con los compañeros de Mactumactzá y agregó que cada uno de los estudiantes de la Carmen Serdán recibe la beca Benito Juárez del Gobierno. 4.800 pesos (240 dólares) cada dos meses. “[Las alumnas] querían el diálogo inmediato con el gobernador, pero se colocaron en una posición intransigente sin flexibilidad, sensibilidad y escucha”, ha señalado el secretario en una videoconferencia.

Otro punto del que se quejan en Puebla es la medida que condiciona el número de alumnos que ingresa en la escuela al número de alumnos egresados de la licenciatura, después de cuatro años. “Van a impedir que muchas personas entren. Quieren limitar los ingresos y reducir nuestra matrícula”, reclama Nadia. Las protestas por lo sucedido en Puebla, pese a la reciente puesta en libertad con cargos de todos los estudiantes detenidos, ha seguido tensando la situación. “¿Esta es la 4T? AMLO dijo que todo cambiaría. Mentira. Mentira. La misma porquería”, gritaban los normalistas que este miércoles recorrieron las calles de Ciudad de México para exigir la liberación de sus compañeros.

“Como normalista rural existe una cierta rabia. Hacemos esto porque es lo que nos corresponde. Estas escuelas fueron creadas para brindar educación a los hijos de los obreros y campesinos. Da rabia lo que el gobernador y los Estados están haciendo en contra de nosotros”, protesta Nadia.

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Sobre la firma

Almudena Barragán
Periodista de EL PAÍS en México. Escribe sobre temas sociales con perspectiva de género: desigualdad, violencia y feminismo. Ha trabajado en la sección Verne México y en diversos medios españoles y mexicanos, entre los que destacan El Economista.es y El Financiero Bloomberg. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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