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El Gobierno mexicano se prepara para empezar la vacunación contra reloj

Las autoridades capacitan a personal civil y militar para aplicar las dosis de Pfizer, que necesitan una red de ultracongelación con la que el país no cuenta

El subsecretario de Salud mexicano, Hugo López-Gatell (derecha), y el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
El subsecretario de Salud mexicano, Hugo López-Gatell (derecha), y el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.José Méndez (EFE)

México se prepara para iniciar la inmunización contra la covid-19. Las autoridades sanitarias han empezado a capacitar a personal cívico y militar para hacer llegar a los ciudadanos las primeras dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech este mes, después de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) diera el viernes el visto bueno para su uso en el país. La Secretaría de Salud se enfrenta ahora al desafío de aplicar las vacunas de la farmacéutica estadounidense y su socio alemán contra reloj, ya que el país no cuenta con la red de ultracongelación necesaria para mantener la calidad del fármaco. El objetivo es vacunar en una primera etapa a 125.000 sanitarios que están en la primera línea de atención. Las otras vacunas que México acordó adquirir, la de CanSino y la de AstraZeneca, no empezarán a aplicarse en el país hasta el primer trimestre del próximo año, según prevé el Gobierno.

En total, 300 personas han sido capacitadas durante ocho horas este miércoles para la aplicación de la vacuna en Ciudad de México, según han informado las autoridades en un comunicado. Este jueves, la instrucción continúa en Coahuila, ya que los módulos de vacunación se instalarán en estas dos entidades federativas. Entre los asistentes al primer día de formación, ha habido personal de la Secretaría de Salud, de la Secretaría de Defensa Nacional, de la Secretaría de Marina, del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales y de Petróleos Mexicanos, además de 102 miembros del Ejército, entre tropa, oficiales, jefes y generales.

Las autoridades han considerado que tiene “vital importancia” la capacitación debido a las “características especiales” del fármaco de Pfizer, que requiere máquinas que permitan refrigerarla a 70 grados bajo cero. Cuando la compañía estadounidense anunció la eficacia del 90% de la vacuna que estaba desarrollando, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) frenó enseguida el optimismo por ese motivo: “Ningún sistema de salud en el Caribe, en América del Sur, en Estados Unidos, en Europa está listo para manejar estas vacunas”. El subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, dijo entonces que si los países iban a usar esas vacunas debían “prepararse”.

El subsecretario de Salud mexicano, Hugo López-Gatell, afirmó esa misma semana que el Gobierno no compraría las dosis de Pfizer porque “México no tiene una red de ultracongelación” para conservarlas. El valor de solo una de las máquinas necesarias, según los expertos, puede variar de 300.000 a un millón de pesos (entre 12.000 y 40.000 euros, aproximadamente). “Si hablamos de una sola dosis o un puñado de dosis, esto no sería un reto, pero cuando hablamos de millones de dosis y pensamos que es indispensable que haya equidad en su distribución, entonces tenemos que considerar al país en su conjunto”, explicó el portavoz gubernamental.

La urgencia del Gobierno por implementar su plan de vacunación coincide con un agudo repunte de la epidemia, que ha dejado al menos 116.487 muertos y más de 1,2 millones de infectados en México. López-Gatell reconoció hace una semana que el país atraviesa un “segundo pico” de contagios. Varios Estados como Ciudad de México, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Durango, Querétaro, Aguascalientes o Baja California han presentado una tendencia al alza de contagios en las últimas semanas. En la capital del país, por ejeimplo, la ocupación de camas de hospital roza el 80%. En los últimos tres días, el Gobierno de Ciudad de México ha informado de cifras récord de hospitalizaciones generales, con 6.817 registradas este miércoles, el número más alto desde que estalló la crisis sanitaria.

En este contexto, México se convirtió el viernes en el primer país latinoamericano y el cuarto del mundo después de Reino Unido, Bahréin y Canadá en aprobar la vacuna de Pfizer —la Federación de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó su uso en emergencia horas después—. “Y finalmente, la esperanza. Las vacunas están en proceso”, dijo López-Gatell. En total, el país ha destinado 20.000 millones de pesos (unos 1.000 millones de dólares) y ha contratado más de 34 millones de dosis de Pfizer que llegarán en los próximos días.

El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha avisado de que la vacuna de la farmacéutica estadounidense será la primera en aplicarse. Aunque las autoridades no han explicado en detalle cómo resolverán los requerimientos del costoso sistema de congelación, sí han indicado que tendrán el apoyo de la compañía y del Ejército. Según explicó López-Gatell durante la presentación del plan de vacunación contra la covid-19 el 8 de diciembre, “la solución en parte depende de una tecnología que ha dispuesto Pfizer”: unas cajas de congelación avanzada que permiten movilizar las vacunas y tenerlas viables hasta una semana. “Esto nos permite ampliar la distancia a la que se puede alojar el producto”, aseguró.

Si se consigue garantizar el traslado de la vacuna a 70 grados bajo cero, las dosis deben descongelarse para su uso. Una vez descongeladas tienen que mantenerse a entre dos y ocho grados centígrados, que es la temperatura promedio de almacenamiento de todas las vacunas, y no deben permanecer más de cinco días almacenadas a esos niveles para mantener la eficacia. Cada frasco que se descongele, que cuenta con cinco dosis, debe aplicarse en menos de seis horas. Estos son los focos de la capacitación que realiza la Secretaría de Salud a personal cívico y militar días antes de que llegue la vacuna de Pfizer al país.

El Gobierno espera arrancar este mes con la inmunización al personal sanitario y continuar en 2021. Además de Pfizer, los convenios del Gobierno incluyen las farmacéuticas AstraZeneca (Reino Unido) y CanSino (China). La subsecretaria de Asuntos Multilaterales y una de las funcionarias a la cabeza del despliegue diplomático para conseguir la vacuna, Martha Delgado, ha asegurado este jueves que el fármaco de CanSino podría empezar a aplicarse en México en el primer trimestre del 2021 y el de AstraZeneca, durante el segundo trimestre. Todas las dosis que ha adquirido el Gobierno, de acuerdo con sus previsiones, cubren al 92% de la población.

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