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Asesinado un reportero en Guanajuato cuando cubría el hallazgo de un cuerpo desmembrado

Israel Vázquez se suma a lista de periodistas muertos que roza ya la veintena en dos años

Carmen Morán Breña
El periodista Israel Vázquez, del diario digital El Salmantino, en Guanajuato.
El periodista Israel Vázquez, del diario digital El Salmantino, en Guanajuato.ISRAEL VAZQUEZ FACEBOOK

Israel Vázquez, un periodista del diario digital El Salmantino, en Guanajuato, ha sido asesinado a balazos mientras cubría uno de los sórdidos crímenes con los que se despiertan los medios de comunicación a menudo en México. Vázquez, un joven reportero de 34 años, con dos hijos pequeños, llegó el primero al bulevar de Villa Salamanca, en Salamanca, donde encontró la cabeza de un hombre en un bote blanco y unas bolsas con extremidades humanas. A decir de algunos periodistas del Estado, Vázquez estaba tratando de proteger los restos, también había un corazón, para que los coches no los pisaran cuando fue tiroteado.

“Nunca nos pasó que balearan así a un reportero aquí en Guanajuato, tenemos desaparecidos, y amenazados, pero esto...”, dice Jesús Padilla, del digital am.com.mx. Vázquez acudió solo al lugar de los hechos para reportear con su teléfono móvil. Últimamente era siempre el primero en llegar, antes incluso que la policía, dicen algunos colegas de la zona. Pertenecía a una familia de periodistas, dos hermanos suyos, María Paz y Hugo también son fotógrafos de prensa. Ambos trabajaron en Salamanca al Día. Hugo le dejaba un mensaje de ánimo y coraje hace unas horas, cuando estaba grave en el hospital.

El Salmantino difundió un comunicado de condena al “cobarde y atroz ataque" del "querido compañero Israel Vázquez Rangel, “mientras cumplía con su honorable labor periodística”. Asimismo, exigen a todas las autoridades que colaboren en el esclarecimiento de lo ocurrido, algo que no es común en México donde la impunidad es casi la tónica general.

El Gobierno municipal de Salamanca (273.000 habitantes) ha enviado una nota condenando lo ocurrido. “Lamentamos profundamente este suceso que lastima a todo el gremio periodístico, que diariamente enfrenta situaciones complicadas al intentar cumplir con su labor de informar a la ciudadanía”. El comunicado convoca a los responsables de la fiscalía, del Gobierno del Estado y el federal a una reunión en Salamanca “para dar solución a la violencia que aqueja” al municipio. Y urgen a la fiscalía de Guanajuato a investigar el crimen y detener a los culpables.

México es uno de los países más peligrosos de América Latina y del mundo para los periodistas, muchos de ellos amenazados o con protección permanente. Otros tienen menos suerte. En los dos últimos años está a punto de rozarse la veintena de reporteros asesinados en el ejercicio de su profesión con por motivos relacionados con ella.

“Israel Vázquez trabajó con nosotros cuando era chavito y todavía le podía la fiesta, bueno, como somos los periodistas”, dice Jesús Padilla, responsable del digital am.com.mx, en Guanajuato. “Luego quiso acabar sus estudios y de ahí saltó a El Salmantino. Sus hermanos también trabajaron con nosotros, eran reporteros gráficos, familia de periodistas, pues”, añade. “Él fue esta mañana solo a la zona, solía grabar con su celular, no llevaba cámaras”, afirma Padilla.

Reporteros sin Fronteras reprocha en su página web las relaciones entre el crimen organizado y la clase política, algo que para esta organización, complica de gravedad la tarea que desempeñan los medios de comunicación. "México continúa hundiéndose en una espiral de impunidad y violencia, lo que hace que siga siendo el país más mortífero de América Latina para los medios de comunicación”, dicen en su página web.

Recientemente ha sido asesinado un locutor de televisión de Ciudad Juárez, Arturo Alba Medina, cuando salía del Estudio y volvía en su coche. Y semanas antes, Julio Valdivia, otro periodista en Veracruz. México tiene muchas zonas caliente, pero Guanajuato es en los últimos tiempos una de las más peligrosas, con fosas clandestinas donde se entierran decenas de cuerpos de hombres y mujeres jóvenes que mueren asesinados en una guerra silenciosa. Las bolsas con miembros humanos son un clásico macabro en Guanajuato, donde este mismo domingo aparecían otras frente a un templo católico en Valtierrilla, una comunidad de Salamanca. Y la nota roja del medio en el que trabajaba Vázquez da cuenta cada día de la violencia que ahoga esta ciudad.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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