Los nuevos aranceles de Trump sobre los fármacos del exterior entran en vigor este miércoles con dudas sobre su alcance
Las grandes compañías de medicamentos anuncian cuantiosas inversiones en Estados Unidos para evitar el gravamen. La UE y Japón esperan esquivar el golpe comercial
Si el presidente estadounidense, Donald Trump, no cambia de opinión a última hora, este miércoles ...
Si el presidente estadounidense, Donald Trump, no cambia de opinión a última hora, este miércoles 1 de octubre entrarán en vigor los nuevos aranceles del 100% sobre los productos farmacéuticos de empresas que no cuenten con fábricas en Estados Unidos. Se trata del último giro proteccionista de la Casa Blanca, con el argumento de apoyar a la industria nacional.
Trump anunció los nuevos aranceles el pasado jueves por medio de una publicación en Truth, su red social. “A partir del 1 de octubre de 2025, aplicaremos un arancel del 100% a cualquier producto farmacéutico de marca o patentado, a menos que una empresa esté CONSTRUYENDO su planta de fabricación farmacéutica en Estados Unidos”, escribió el republicano. “ESTÁ CONSTRUYENDO se definirá como ‘inicio de obra’ o ‘en construcción’. Por lo tanto, no se aplicarán aranceles a estos productos farmacéuticos si la construcción ya ha comenzado”, remarcó.
Los productos farmacéuticos se habían librado de los llamados aranceles recíprocos que Trump anunció en abril porque el Gobierno estadounidense mantenía una investigación abierta por los riesgos de seguridad de depender de medicamentos, pero tras el anuncio presidencial de la semana pasada, la decisión parece firme.
El pasado jueves Trump también anticipó nuevos gravámenes a la importación de madera y otros productos elaborados con madera como muebles de baño, de cocina y tapizados, pero ha decidido retrasar la entrada en vigor de estos al 14 de octubre, según precisó una declaración publicada este lunes por la Casa Blanca. Trump justifica que estos productos elaborados con madera aserrada son estratégicos para el Departamento de Guerra, como esta Administración llama al Pentágono.
Los gravámenes sobre los productos de madera son más suaves de lo que se esperaba. La decisión presidencial establece que los aranceles a las importaciones de madera aserrada serán del 10%. Y para los muebles tapizados subirán al 25% a partir del 14 de octubre y al 30% desde el 1 de enero. Los muebles de cocina y los tocadores de baño tendrán un gravamen del 25%, que se duplicará a partir de 2026.
Nuevo golpe al comercio
En cualquier caso, los productos que más preocupan a analistas e inversores son los que afectan a las medicinas. Algunas farmacéuticas han intentado anticiparse al nuevo golpe comercial. Eli Lilly avanzó la semana pasada que construirá una nueva fábrica en Houston (Texas) con una inversión de 6.500 millones de dólares (unos 5.550 millones de euros). La farmacéutica, con sede en Indianapolis, ya había anunciado la construcción de otra planta a las afueras de Richmond (Virginia) con un coste de 5.000 millones de dólares.
En realidad, todas las grandes compañías farmacéuticas europeas ya cuentan con fábricas en Estados Unidos. Casi todas han adelantado planes con nuevas inversiones en territorio estadounidense ante las reiteradas amenazas de Trump. Otros gigantes como Roche, Merck o Novo Nordisk ya producen o planean hacerlo en EE UU. Una docena de farmacéuticas se han comprometido a invertir más de 350.000 millones de dólares hasta el final de la década en territorio estadounidense, según una el diario The Wall Street Journal.
Neil Shearing, economista jefe del grupo Capital Economics, señala que “muchas de las compañías farmacéuticas más grandes del mundo ya tienen producción en Estados Unidos o han anunciado planes para aumentarla próximamente. Esto parecería eximirlas de los nuevos aranceles”. Por eso considera que la decisión “no es tan importante como parece a primera vista”.
Los principales productores, en vilo
En Europa, la Comisión Europea confía en sortear el nuevo varapalo arancelario. Los altos funcionarios de la UE esgrimen el comunicado que Bruselas y Washington emitieron el pasado 21 de agosto sobre el acuerdo comercial que alcanzaron a finales de julio: “Estados Unidos tiene la intención de garantizar sin demora que el tipo arancelario [...] sobre productos farmacéuticos, semiconductores y madera no supere el 15%”, señala el documento.
La Casa Blanca confirma que los nuevos gravámenes no se aplicarán a los países con acuerdos negociados con Estados Unidos que contengan disposiciones explícitas sobre medicamentos, según indicó un alto funcionario de la Administración Trump a Bloomberg. Bajo este supuesto, Japón también esquivará el nuevo impuesto. El acuerdo comercial entre Estados Unidos y Japón establece que los aranceles estadounidenses sobre los medicamentos y semiconductores japoneses no deben superar los aplicados a otros países, incluida la UE.
Las farmacéuticas del Reino Unido, sin embargo, sí que podrían enfrentarse al nuevo arancel. Aunque Londres ha negociado un acuerdo comercial con Washington, aún no han definido la tasa que se impondrá para los medicamentos, explica la fuente de la Casa Blanca.
Pendientes de los precios
Los nuevos aranceles entrarán en vigor mañana con dudas sobre su alcance por la vaguedad de los detalles ofrecidos por la Casa Blanca sobre su aplicación. Uno de los argumentos reiterados por Trump para imponer aranceles sobre los fármacos es que reducirá el precio de las medicinas, pero los analistas no tienen claro que la deslocalización de las fábricas a Estados Unidos pueda abaratarlas a corto plazo.
El hecho de que los pacientes vean aumentos o caídas de los precios dependerá del diseño de las exenciones y si las compañías trasladan finalmente los impuestos a los pacientes, aseguró Aaron Kesselheim, profesor de Medicina de la Universidad de Harvard, en una entrevista en la cadena NBC News. “En última instancia, los aranceles son impuestos para los pacientes”, añadió antes de proseguir: “En la medida en que las farmacéuticas vean aumentos en los costes por los aranceles, los trasladarán a los pacientes”.
Trump lleva tiempo amenazando a las farmacéuticas para que reduzcan el precio de sus productos. El pasado julio, Trump envió cartas a casi una veintena de ejecutivos de las principales empresas multinacionales, instándoles a que rebajaran los precios de sus productos antes del 29 de septiembre o se enfrentarían a serias consecuencias. Algunos medios estadounidenses adelantan que la Casa Blanca ultima medidas para controlarlos.
El sector se mueve para tratar de escapar de las amenazas de Trump. La compañía farmacéutica Pfizer ha anunciado este martes que ha logrado una moratoria de los aranceles sobre sus fármacos durante tres años a cambio de reducir el precio de algunos de sus productos.
El grupo farmacéutico estadounidense, que tiene su sede central en Nueva York, se ha comprometido a vender algunos fármacos con un descuento del 50%. La empresa venderá estos productos rebajados en la plataforma TrumpRx, creada para que los ciudadanos paguen en metálico los medicamentos con precios negociados por el gobierno.
A la espera de detalles
Las compañías farmacéuticas están preocupadas por conocer el impacto que los nuevos aranceles tendrá sobre sus costes y cómo afectará a los precios de sus productos. La publicación de Trump en Truth no aclara el alcance de la medida y los nuevos impuestos dejan dudas sobre su impacto real. Habrá que esperar a la nota del Registro Federal para saber con certeza cuál será el alcance de la medida.
La mayoría de las farmacéuticas probablemente no sufrirá mucho el impacto de los nuevos aranceles. Un informe del banco de inversión Jefferies publicado ayer calificó la decisión como una rara “luz al final del túnel de Trump para la industria farmacéutica”. De hecho, el índice farmacéutico del Europe Stoxx 600 apenas refleja una caída de menos del 3% en la última semana. En Estados Unidos, el índice NYSE Arca Pharmaceutical apenas registra un descenso del 1,5% en los últimos cinco días.
Lo que realmente preocupa a los inversores, sin embargo, es la falta de claridad en el anuncio de los aranceles. Los analistas se preguntan si quedarán exentos los medicamentos de una compañía que tenga fábricas en Estados Unidos o solo aquellos que produzcan en territorio nacional. O si la exención se aplicará a las compañías que estén construyendo o también a las que ya tengan un centro de producción allí.