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Así es la búsqueda del submarino argentino perdido hace 23 días

Casi 5.000 efectivos de 18 países despliegan un amplio operativo que aún no ha logrado resultados

El portavoz Enrique Balbi muestra el área de búsqueda.
El portavoz Enrique Balbi muestra el área de búsqueda.EFE
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El pasado martes, el ministro de Defensa de Argentina, Oscar Aguad, reconoció que los 44 tripulantes del submarino desaparecido a mediados de noviembre están muertos. Dejó entrever incluso que la nave podría no ser encontrada nunca. La afirmación fue impactante, no solo para los familiares de los marinos embarcados , sino también para toda una sociedad que se mantuvo en vilo durante las extensas jornadas de rescate, que incluyeron decenas de embarcaciones y aviones de 18 países, entre los que destacan las fuerzas de Argentina, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Noruega y Rusia. Participaron en total 28 buques, nueve aeronaves y 4040 efectivos en la zona de búsqueda.

Despliegue sobre un área de casi medio millón de Km2

No existen antecedentes en Argentina de un operativo tan amplio, desplegado sobre un área de 482.507 Km2 (poco menos de la superficie de España), con una longitud de casi 1.000 Km y en un radio de otros 1.000 desde el continente, entre la ciudad de Mar del Plata y el Golfo San Jorge. A fines de noviembre, la búsqueda se redujo a 40 kilómetros de radio, aproximadamente 20 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires y seis veces el área metropolitana de Madrid.

Cómo es el ARA San Juan

El ARA San Juan es de origen alemán y tiene una propulsión diesel eléctrica. Tiene 66 metros de eslora y desarrolla una velocidad de 25 nudos en inmersión. La Armada Argentina lo incorporó en 1985 pero en 2007 se lo sometió a una reparación denominada “de media vida”, para extender su uso otros 30 años. Volvió a operar en 2014.

Los rastrillajes transitaron muchas veces entre el ensayo y el error —algo que también fue reconocido por Aguad—, y estuvo contaminada por informaciones erróneas que entorpecieron la comunicación oficial, siempre a cargo del portavoz de la Armada, Enrique Balbi.

El último contacto del ARA San Juan, el único submarino de este tipo que la Armada Argentina tenía en condiciones de operar, fue el miércoles 15 de noviembre a las 7.30 de la mañana, 10 días después de zarpar del puerto de Ushuaia, en dirección Mar del Plata. Allí es donde la nave debía emprender la vuelta en caso de inconvenientes, según lo que dicta el protocolo militar. En esa base naval fueron alojados los familiares de los tripulantes, que montaron un santuario con banderas argentinas y pancartas de homenaje.

MAPA INTERACTIVO. Pulse para ampliar
MAPA INTERACTIVO. Pulse para ampliar

Aviones y embarcaciones de 18 países y apoyo de la NASA

Las dificultades que se presentaron en altamar, la compleja geografía submarina del área en cuestión —con profundidades que superan los 1.000 metros— y la trascendencia internacional de la búsqueda motivaron la colaboración de fuerzas más acostumbradas a estos infortunios, que se pusieron sin reparos bajo la coordinación de los altos mandos locales, hasta el 30 de noviembre, cuando la Armada dio por finalizada la búsqueda “bajo la jurisdicción argentina”. Así, los siete aviones y las 18 embarcaciones del país recibieron el apoyo de un sofisticado instrumental aportado por otras naciones y hasta por la agencia espacial NASA, que operó en la búsqueda con dos aviones.

Vehículo subacuático

Uno de los operativos preparados en caso de dar con el submarino es el que iba a desplegar el buque noruego Skandi Patagonia, que serviría de plataforma en la superficie para el envío de un Vehículo Autónomo Subacuático (AUV) de Estados Unidos, operado a distancia y preparado para buscar al ARA San Juan en las profundidades. Una vez hallado, se envía una cámara de rescate presurizada que se conecta a la escotilla de la nave con capacidad para seis personas. Se pensaba un rescate similar al de los 33 mineros chilenos de 2010, que volvieron a ver la luz tras 70 días gracias a una cápsula parecida a un ascensor.

Entre los equipos más modernos están el buque Yantar, que permite rastrillar 6.000 metros bajo el agua y el vehículo robotizado Panther Plus, ambos aportados por el Gobierno ruso; también el buque oceanográfico Atlantis de Estados Unidos. Estos últimos detectaron hace pocos días una presencia a 700 metros de profundidad, aunque con resultados negativos. El buque argentino Víctor Angelescu también halló un casco a más de 400 metros de profundidad hace una semana, pero el Panther Plus confirmó que se trataba de un viejo pesquero hundido.

Minisubmarino

Otro buque de la Armada noruega, el Sophie Siem, fue acondicionado para la misión y se dispuso a bordo una cápsula de rescate submarino llamada PRMS Falcon, enviado por la marina de Estados Unidos. El minisubmarino de rescate fue equipado con 44 salvavidas, mudas de ropa seca y víveres. Tiene una profundidad máxima de inmersión de 2000 pies (609 metros) y una capacidad máxima para 18 personas.

Los responsables del rescate buscan al ARA San Juan con sonares, equipos que emiten y recepcionan haces acústicos que se desplazan por la columna de agua y retornan a la sonda en forma de imágenes acústicas. “Como si se dibujara el fondo del mar”, explicó Alejandro Tassone, investigador del Conicet. El especialista detalló que la nave debe ir a una velocidad de navegación de cinco nudos, es decir, unos 10 kilómetros por hora. Un proceso demasiado lento para zonas y aguas tan profundas.

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