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Tarjetas clonadas entre los escombros del sismo en México

Decenas de vecinos de Ixtaltepec, en Oaxaca, denuncian el robo de parte del dinero que el Gobierno les entregó para reconstruir su casa. Hay al menos 40 casos

Pablo Ferri
La señora María Elena Jiménez, una de las damnificadas por las tarjetas clonadas.
La señora María Elena Jiménez, una de las damnificadas por las tarjetas clonadas.DANIEL VILLA

Han pasado dos meses y las calles de Ixtaltepec siguen llenas de polvo y tierra. Polvo de tabiques rotos y ladrillos viejos. Tierra de los patios, que vuela libre sin la contención de las bardas perimetrales. El sismo del 7 de septiembre lo tiró todo en este pueblo del sur de México: paredes, techos, vallas. Todo. Y el polvo...

En estos días de viento, los vecinos del pueblo tienen los ojos rojos, irritados. Aunque ese parece el menor de sus problemas. Grandes, pequeños, medianos, hay problemas a montones. Algunos siguen con miedo a dormirse y que la última réplica del temblor les agarre desprevenidos. No importa que duerman al raso, sin techo alguno que amenace con caerles encima. Hay quien pelea con los técnicos por conservar siquiera una pared de la casa y así ahorrar en la reconstrucción. Y desde luego hay muchos -la mayoría- que se han visto envueltos en eternas pesadillas burocráticas, con tal de aparecer en la lista de beneficiarios del Fondo Nacional de Desastres, Fonden.

Más allá de los problemas habituales que pueda generar un terremoto, figuran otro tipo de situaciones, estas de naturaleza cuántica, motivo de grandes preocupaciones estos días en la zona. Problemas que son problemas según quien mire. Problemas que existen y no existen. Es el caso de Ixtaltepec y las tarjetas clonadas.

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En los últimos días, al menos 40 vecinos han denunciado que el dinero que les repartió el Gobierno para la reconstrucción ha desaparecido total o parcialmente. Que estaba en sus cuentas y ahora ya no está. El Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, Bansefi, encargado de repartir el dinero del Fonden, dice que el problema existe y no existe. Efectivamente, hay al menos 40 vecinos que han denunciado extracciones indeseadas de su dinero en cajeros de Guadalajara, Cancún, Guanajuato... En un comunicado divulgado este miércoles, el Bansefi explicaba que no sabe si es verdad o no y añade que "atiende caso por caso para constatar el hecho y proceder al reembolso".

Mientras tanto, cientos de vecinos del istmo de Oaxaca colapsan las oficinas de la entidad. Se ha corrido la voz, hay tarjetas clonadas y todos quieren comprobar que su dinero está y que su problema -al menos este problema- no existe. Son vecinos de Ixtaltepec, pero también de Ixtepec, Juchitán, Santa María Xadani... Todos los pueblos golpeados por el sismo del 7 de septiembre y las miles de réplicas posteriores. Hay quien se levanta a las 3 y a las 4 de la mañana para hacer cola. Y lo hacen hasta tres veces por semana. Y pasan horas y horas en la cola, muchas al sol.

Pero, ¿cómo se clonan las tarjetas que el Bansefi acaba de repartir? ¿Es culpa del cajero de Ixtaltepec? Una trabajadora del Bansefi decía este jueves en Ixtaltepec que ya no le tenía "mucha fe al cajero ese". En todo caso, asumiendo que el problema exista y no sea una extraordinaria invención colectiva de un grupo de vecinos ¿cómo es posible que alguien robe a un grupo de personas vulnerables, sin casa, sin techo? No que les robe, que planee el robo y lo ejecute.

En problemas así, que existen y no existen, la única certeza es la conjetura. María Elena Jiménez y familia sospechan por ejemplo que algo pasó con el cajero. María Elena fue la primera vecina del istmo de Oaxaca en recibir una de las tarjetas del Bansefi en octubre. De hecho, se la entregó el mismo presidente de México, Enrique Peña Nieto, en una de sus vistas a la zona. "Ese día me llevaron dos muchachos del Bansefi. Me dijeron 'para que vea usted que tiene dinero vamos a probar'. Y fuimos al palacio y retiré 500 pesos. Y todos contentos. Pero cuando ya quise retirar lo demás no pude. Y luego fui a la oficina de Bansefi en Juchitán y me dijeron que tenía 5.000 pesos nada más".

Colas en la oficina del Bansefi en Juchitán.
Colas en la oficina del Bansefi en Juchitán.DANIEL VILLA

Cuando dice palacio, la señora Maria Elena se refiere al cajero de Ixtaltepec, que está junto al palacio municipal. Cuando dice que sólo le quedaban 5.000 pesos, quiere decir que debería tener 14.500. Los 15.000 de la primera entrega del Fonden menos los 500 que sacó al principio.

Es el caso también de Vilma Toledo. Hasta el sismo, su casa estaba en la calle Francisco Madero de Ixtaltepec. Este miércoles en vez de la casa había un solar, ya limpio, y una pared al fondo, la única que pudo salvar. "El 10 de octubre me dieron las dos tarjetas. El 17 de octubre fui a checar si estaba el saldo. Muchos estaban checando y yo fui. Y sí estaban los 15.000. Y hoy fui -el miércoles- y me quedaban 70 pesos". El día que fue a comprobar si le habían ingresado el dinero, el 17 de octubre, lo hizo en el cajero del palacio.

Su vecina, Velma Cruz, cuenta: "El mismo día que vino el presidente, llegaron dos muchachos al domicilio. Yo no quise ir a retirar luego luego [enseguida], porque no tenía dónde guardarlo". La casa de Velma también se cayó entera. Ahora viven bajo una lona de la Fundación Telmex. El pueblo está lleno de carpas y lonas: de Telmex, de la cooperación china, de la colombiana. Hasta los menonitas, dicen en el pueblo, han traído sus casas de láminas.

"El 16 ya fui a retirar por primera vez y saqué 5.000 pesos para pagar a los albañiles", dice Velma, que hace unos días vio como las paredes de su casa cobraban forma de nuevo. "Y luego", añade, "volví el día 3 de noviembre y ya no había". Velma sacó dinero también del cajero del palacio.

La madre de Vilma cuenta un caso parecido, igual que el señor Germán Santiago Antonio y otras cuatro personas, que este jueves esperaban junto a palacio la llegada del personal de Bansefi. El señor Germán se preguntaba si es "gente de ahí", de Bansefi, quien lo estaba haciendo, quien está clonando las tarjetas.

La teoría del cajero es la más extendida, pero Velma recuerda que cuando pasaron a dejarle las tarjetas, los sobres que las contenían estaban abiertos. "Y por qué estaban abiertos y no cerrados, ¿por qué?", dice.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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