Javier Duarte llega a México para ser juzgado por corrupción
El exgobernador de Veracruz arriba este lunes al país para enfrentar las acusaciones de lavado de dinero y delincuencia organizada
Javier Duarte ya está en México. El polémico exgobernador de Veracruz aterrizó en la Ciudad de México el mediodía de este lunes extraditado desde Guatemala, donde fue capturado el 15 de abril en un hotel de lujo. Duarte se ha convertido en el emblema de la corrupción política y en un dolor de cabeza para el PRI, el partido que lo expulsó de sus filas en octubre pasado mientras el político acumulaba acusaciones de enriquecimiento y delincuencia organizada. El exmandatario fue trasladado al Reclusorio Norte, donde oyó por primera vez de un juez local las acusaciones formuladas por la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), delincuencia organizada y lavado de dinero.
El exgobernador de 43 años dejó la madrugada del lunes su celda en el cuartel militar de Matamoros, en Guatemala, para ser trasladado al aeropuerto internacional de La Aurora. Las autoridades guatemaltecas entregaron al exmandatario a tres funcionarios de la Agencia de Investigación Criminal mexicana, que lo escoltaron durante todo el trayecto. Duarte estaba vestido con un chaleco antibalas y se le vio con el rostro afeitado y sin la barba que había lucido en las audiencias en Guatemala. El acusado había dicho que llegaría a México con la cara limpia y la frente en alto pues no ha cometido ninguno de los delitos que se le imputan.
Duarte arribó a México en un avión privado de la Fiscalía de este país. En el aeropuerto internacional lo esperaban más de un centenar de periodistas y 25 vehículos de autoridades mexicanas. Todos ellos formaron parte del enorme convoy que acompañó al exgobernador en su trayecto hasta el Reclusorio Norte.
Duarte volvió a México nueve meses después de fugarse. El 12 de octubre, el entonces gobernador de Veracruz apareció en el informativo matutino de Televisa. “Me quedo en Veracruz, no es un tema de huir. Daré la cara para enfrentar esta situación”, dijo aquella mañana al periodista Carlos Loret de Mola. El gobernador mentía. Ese día presentó su licencia al Congreso local para retirarse del cargo. Tres días después abandonó su estado en un helicóptero que le facilitó Flavino Ríos, el gobernador interino que Duarte dejó en su lugar.
Duarte ha encarado a un juez en México por primera vez. La defensa del exgobernador pidió un receso pocos minutos después de haber iniciado la audiencia en el Reclusorio Norte para estudiar el expediente formulado por la PGR.
El exmandatario enfrentará diversas acusaciones integradas en tres causas penales, dos del fuero común y otra más del fuero federal, por las que podría ser condenado a 80 años de prisión. La Fiscalía General le imputa los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada. El Gobierno de Veracruz, por su parte, lo señala por abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado, tráfico de influencias y coalición en agravio del servicio público. El exgobernador consideró estos señalamientos “irrisorios, vagos y sin fundamento” el pasado 27 de junio en una audiencia en Guatemala en la que aceptó ser enviado a México.
La PGR deberá comprobarle a Duarte una sofisticada red criminal estructurada con varios testaferros para comprar con decenas de millones de dólares de las arcas públicas terrenos, ranchos, predios rústicos, departamentos y viviendas en varios partes de México. La trama inició a finales de 2010, cuando Duarte llegó al Gobierno de Veracruz. En ese entonces invitó a varios amigos a hacer negocios.
El grupo compuesto por Alfonso Ortega, Moisés Manzur, Mario Rosales, José Juan Janeiro Rodríguez y Rafael Rosas Bocardo creó en febrero de 2011 una inmobiliaria para comprar dos casas de lujo en la exclusiva zona de Las Lomas, en la Ciudad de México, además de 21 parcelas en el Estado de Campeche que fueron después vendidas a empresas fantasmas. La Auditoría Superior de la Federación asegura que no ha podido comprobar el destino de 1.700 millones de dólares erogados en cuatro años de gestión del Gobierno de Javier Duarte. La PGR también calcula que unos 350 millones de pesos (18.5 millones de dólares) fueron desviados de la Secretaría de Educación de Veracruz para comprar propiedades.
“No cometí tales delitos y es mi deseo acreditarlo así ante el Poder Judicial de la Federación de mi país”, dijo Duarte el 4 de julio en Guatemala, cuando aceptó ser extraditado para hacer frente a las acusaciones del fuero federal.
Cautela en la extradición
El Gobierno del presidente guatemalteco Jimmy Morales había pedido celeridad a sus contrapartes mexicanas en el proceso de extradición de Duarte. “Tenerlo aquí representa un riesgo”, dijo Francisco Rivas, ministro de Gobernación (Interior) del país centroamericano, el 6 de julio. El Gobierno mexicano, sin embargo, no quiso acelerar la extradición que tenía luz verde desde el 7 de julio. No obstante, la Administración del presidente Enrique Peña Nieto fue muy cauteloso con el proceso para no vulnerar el debido proceso del acusado. Estos descuidos pueden resultar en la liberación de los imputados. Las autoridades mexicanas no pueden permitirse que Javier Duarte pise la calle en libertad sin que sea juzgado por los delitos que se le imputan.
Duarte estuvo tres meses en Guatemala. El político fue capturado el sábado 15 de abril en el hotel de lujo Rivera de Atitlán, en el municipio de Panajachel, en el centro del país centroamericano. El exgobernador se encontraba hospedado en el sitio junto a su esposa, Karime Macías Tubilla, que hoy se encuentra en libertad y sin ninguna orden de aprehensión en su contra. Elementos de la Fiscalía mexicana rastrearon al político más buscado de México siguiendo a los tres hijos de la pareja, que habían abordado un avión privado en el aeropuerto de Toluca (en el centro de México) con la intención de reunirse con su padre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.