315 años para el primer condenado por la masacre de la Narvarte en México
El juez sentencia a un expolicia por uno de las casos más sonados de los últimos años. Otros dos implicados siguen en proceso
La justicia mexicana ha condenado a 315 años de cárcel a uno de los implicados en la masacre de la colonia Narvarte. Se trata del expolicia Abraham Torres, uno de los tres acusados del asesinato de cinco personas en la Ciudad de México en 2015.
Fue uno de los escándalos del año. De acuerdo al relato de la fiscalía de la capital, el 31 de julio de 2015, Torres y otros dos acusados acudieron al domicilio que habitaban tres de las víctimas. Las tres eran mujeres. Mile Virgina Martín, Nadia Vera y Yesenia Quiroz compartían departamento en la colonia Narvarte, un barrio de clase media cerca del centro de la ciudad. La noche del 30 de julio, otra de las víctimas fue a visitar a Nadia. Era el fotógrafo Rubén Espinosa. Ambos se conocían de sus años en Veracruz, donde habían trabajado hasta hacía poco tiempo. Nadia, como activista cultural. Rubén, como fotógrafo. Como vivía lejos de alli, Rubén durmió aquella noche en la casa de la Narvarte.
En la mañana del viernes, la quinta víctima llegó al departamento. Alejandra Negrete, la señora de la limpieza, trabajaba allí desde hacía poco tiempo. Otra de las compañeras de departamento salió temprano y dejó en la casa a los cinco. Mile Virginia, que era natural de Colombia, Yesenia, una joven del norte de México, Negrete, Rubén y Nadia.
La fiscalía de la Ciudad de México sostiene que entre las 12 y las 15 de la tarde, los agresores acudieron al departamento, sometieron a los cinco y los mataron. Cinco balazos. Los investigadores defienden que el móvil de la masacre es el robo. De hecho, uno de los delitos por el que el juez condena a Torres es el de robo agravado.
Desde el principio, los abogados de las víctimas han criticado que la fiscalía no profundice en otras líneas de investigación. Por ejemplo, la opción Veracruz. Rubén y Nadia habían abandonado el estado costeño hacía tiempo por las presiones que sentían en el ejercicio de su trabajo. Ambos eran críticos con el gobernador Javier Duarte, ahora prófugo de la justicia. Decían que los cuerpos policiales del estado les perseguían. Poco tiempo antes de morir, Nadia dijo incluso en una entrevista que responsabilizaba a Duarte de cualquier cosa que pudiera pasarle.
Peritos de la fiscalía de la Ciudad de México llegaron a viajar a Veracruz a interrogar a Duarte, pero todo quedó en nada. La teoría del robo se impuso y el descontento -sobre todo virtual, en redes sociales- fue menguando. Los abogados, sobre todo los de Nadia, mantienen sin embargo que la investigación es incompleta y que hay cuestiones que no se han tenido en cuenta.
En cualquier caso, uno de los implicados ya tiene sentencia. Falta por ver qué pasa con los otros dos.
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