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Cuéntame pone freno al acoso

Un proyecto anima a denunciar los abusos en los autobuses de Quito

Una mujer protesta contra el acoso en un autobús en Quito.
Una mujer protesta contra el acoso en un autobús en Quito.ZUMA PRESS

—No nos quedemos callados, si actuamos podemos detener el acoso y la violencia.

Quien habla es Carla Andino. No es una activista, sino una promotora de derechos reclutada por el programa municipal Cuéntame, cuyo objetivo es erradicar las conductas abusivas que sufren las mujeres y niñas en el transporte público en Quito. En Ecuador, seis de cada 10 mujeres han sido violentadas de alguna manera. La iniciativa cuenta inicialmente con 17 personas que trabajan, sobre todo, en los 500 autobuses que circulan en los tres corredores viales de la ciudad. Desde primera hora de la mañana y hasta las ocho y media de la noche, Carla y sus compañeros machacan a los usuarios del transporte público con sus mensajes.

—Si se siente acosada, avise al conductor o a los vigilantes en las paradas. Ellos le guiarán para que tramite su denuncia.

La promotora insiste a través del altavoz de un bus que avanza de sur a norte. Los usuarios la escuchan atentos; algunos que se quitan los audífonos. Un hombre de traje se acerca a pedir más información. Incluso, a veces —cuenta Andino—, alguna persona denuncia a otra que justo en ese momento está viajando en el mismo autobús.

Los 1.800 empleados del sistema de transporte saben que si reciben una denuncia lo primero es detener al agresor y separarlo de la víctima hasta que llegue uno de los trabajadores del proyecto Cuéntame. Hay cabinas para acoger a las víctimas de violencia en las cinco paradas de mayor afluencia de gente. Allí reciben el apoyo psicológico y jurídico en caso de que quieran ir a los tribunales. Los promotores, además, suelen recibir una citación judicial para declarar sobre cómo estaba la víctima tras sufrir la agresión y, en algunos casos, son los encargados de reunir pruebas como los vídeos del circuito interno de transporte.

Uno de los casos más graves se produjo en marzo pasado, cuando un joven de 24 años eyaculó sobre una pasajera. La víctima denunció el caso nada más bajarse de la unidad y poco tiempo después el agresor fue sentenciado a un año y medio de cárcel.

ONU Mujeres

En las últimas semanas, Andino relata cómo varias niñas han sufrido tocamientos por parte de adultos mayores que luego niegan lo ocurrido. “Ellos luego dicen que solo rozaron a las niñas, y no entienden lo malo de su conducta”, afirma. No todos los casos son judicializados: de los 90 incidentes reportados en lo que va de año, 21 fueron a la Fiscalía y solo ha habido cinco condenas para los abusadores, según Alexandra Pérez, gerente del sistema de transporte capitalino. Las cifras no son llamativas, pero el proyecto Cuéntame pretende ir más allá e incidir en el millón de personas que cada día usan el transporte público. “Queremos dar seguridad para que las víctimas denuncien la violencia de género aunque ocurra fuera del transporte público”, dice Pérez.

El proyecto empezó en 2015 y en este primer año de vigencia se han judicializado nueve casos. La iniciativa está dentro del programa mundial Ciudades Seguras, que promueve ONU Mujeres. “Se quiere hacer un proceso sostenible, en el que las mujeres encontremos un espacio de ayuda”, explica Pérez.

La iniciativa supone un gasto anual de 60.000 dólares. La coordinadora del proyecto, Catalina Garcés, subraya que habrá más cabinas de atención a las víctimas y que también coordinarán con otros proyectos similares: “Queremos incidir en todos los espacios públicos, hemos empezado por el transporte, pero iremos más allá”.

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