Una explosión de gas libera a 60 migrantes en el norte de México
Un grupo criminal los secuestró en Tamaulipas hace una semana
La libertad llegó en forma de explosión para 60 migrantes centroamericanos en Reynosa (Estado de Tamaulipas, norte de México). Una concentración de gas provocó, la tarde del lunes, una detonación que permitió al grupo escapar de una casa de seguridad donde un grupo criminal los mantenía secuestrados desde hace una semana.
A causa de la explosión cinco migrantes resultaron heridos con diversas quemaduras de primer grado en el cuerpo. Sin embargo, solo tres de ellos fueron trasladados al hospital, dos se encuentran en estado crítico. Los lesionados —todos de nacionalidad guatemalteca— han sido identificados como Domingo Mastum, de 36 años; Ángel Diego Valdo, de 16 años; y Pascual Izet, de 31 años.
Al momento del estallido el resto del grupo —la mayoría procedente de Guatemala— logró salir corriendo de la casa de seguridad en diversas direcciones, según han relatado los vecinos. Las autoridades de Tamaulipas están recorriendo los alrededores de la casa para intentar localizar a quienes escaparon tras la detonación. Se desconoce si alguno de ellos también resultó herido durante la explosión.
Reynosa es un punto muy cercano con la frontera con Estados Unidos, a unos 30 kilómetros está la ciudad de McAllen (Texas) y el río Bravo es la única frontera que separa a ambas ciudades. Este punto es uno de los más transitados por los migrantes, principalmente de origen centroamericano, para ingresar de forma ilegal a Estados Unidos.
El tránsito de migrantes ha sido aprovechado por las organizaciones criminales de la región para secuestrar a quienes peregrinan para llegar a Estados Unidos. Tras retenerlos, les obligan a trabajar para ellos en el tráfico de drogas u otras actividades ilícitas, también piden a sus familias cuantiosos rescates a cambio de su libertad.
En Tamaulipas, los enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y los Zetas han convertido a la región en una de las más violentas de México. El Gobierno desarrolló en 2014 una estrategia de seguridad que ha aumentado el número de policías y militares a cargo de la vigilancia del Estado.
Los migrantes centroamericanos han sido uno de los grupos más afectados por la ola de violencia en la región. En 2010, los Zetas asesinaron a 72 migrantes en el municipio de San Fernando después de que éstos se negaran a trabajar para la organización criminal. Tras este episodio, al menos 200 cuerpos de migrantes asesinados han sido encontrados en la región. Los sicarios suelen detener los autobuses en los que los migrantes viajan hacia Estados Unidos y al comprobar que no cuentan con documentos los privan de su libertad.
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