Chapultepec, la avenida que divide a los ciudadanos de la capital mexicana

La ancestral pelea por el espacio público en México tiene un nuevo cuadrilátero: la avenida Chapultepec, que conecta el Centro Histórico con el poniente de la capital. Un proyecto para modernizar esa vía mantiene enfrentados a defensores y opositores a días de que el instituto electoral local realice una votación para decidir si se construirá o no el ‘Corredor Cultural Chapultepec’. Los que lo avalan argumentan el aprovechamiento de un espacio en desuso y olvidado; los que lo rechazan advierten que se privatizará el espacio público y que es un peligro construir sobre suelo fangoso.

“No somos Nueva York, somos una chinampa”, expresó uno de los opositores del corredor, vecino de la colonia Roma. Su analogía refiere a los huertos flotantes del lago de Xochimilco, al sur de la ciudad. En su origen, la Ciudad de México fue erigida sobre un lago, lo que resta firmeza al subsuelo y ha provocado el paulatino hundimiento de algunas construcciones en la zona Centro. Los vecinos temen que la colosal estructura tenga el mismo efecto sobre sus viviendas y aumente los riesgos en caso de sismo.

El proyecto pretende conectar el bosque de Chapultepec -considerado el “pulmón” de la ciudad de México- con la Glorieta de los Insurgentes a través de un paseo peatonal de dos pisos que medirá 1.3 kilómetros de largo. Su costo es de 1.000 millones de pesos (unos 60 millones de dólares) a cargo del banco Invex, y de sus ganancias, el Gobierno local sólo obtendrá un 5%. La planta baja será un corredor comercial en el que las empresas participantes tendrán una concesión por 40 años, con posibilidad de duplicar ese periodo. Es por esto que entre los defeños se le ha dado el nombre de Shopultepec, en sarcástica referencia al centro comercial en que creen que se convertirá la histórica avenida, una de las pocas que aún tienen un acueducto y sobre la que se construyó la primera línea del Metro.

El Corredor es impulsado desde el mismo Gobierno de la ciudad, pero ha tenido tal rechazo social, que el instituto electoral del DF organizó una votación para decidir su futuro. Con apenas una semana de anticipación, el organismo convocó a unas sesiones informativas para presentar argumentos en pro y en contra, en las que los ánimos se han encendido casi hasta los golpes.

“Ayúdenme, me están dando con todo”, suplica a sus simpatizantes Simón Levy, titular de la Agencia gubernamental que gestionó el proyecto. Durante la sesión en la que expuso sus argumentos en la colonia Condesa, un barrio residencial de clase media alta con restaurantes y bares de moda, varios hombres lo cuestionaron y alguno le gritó “¡corrupto!”, tras lo cual otro simpatizante se levantó para amedrentarlo. Por otro lado, en la sesión para argumentar el rechazo, una de las representantes vecinales denunció sobornos de 500 o 1.000 pesos (30 ó 60 dólares) a los ciudadanos a cambio de su voto a favor del proyecto, y su consejo para ellos fue: “Acepten el dinero y voten en el sentido que quieran”.

Los argumentos

Entre los opositores hay urbanistas que aseguran que la avenida está situada sobre la zona de la ciudad más vulnerable a los sismos. Simón Levy afirma que el proyecto está avalado por estudios de viabilidad urbanística. Los del “sí” apuestan por un paseo libre de automóviles y lleno de árboles, donde además de compras, se podrá asistir a eventos culturales. Los del “no” dicen que para recuperar espacios no se necesita construir nada. Todos coinciden en que Chapultepec es una calle “fea” que necesita recuperarse, pero muchos dicen en las redes sociales que #AsíNo. Algunos vecinos como el reconocido flautista Horacio Franco, están a favor de la modernización pero piden que esté bien planeada, “qué bueno que haya infraestructura, pero ojalá le pusieran la misma atención a la educación”.

La elección será el próximo domingo 6 y podrán votar los habitantes de la céntrica delegación Cuauhtémoc, sean o no cercanos a Chapultepec.