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Ecuador se juega su reputación en los mercados

Su elevada dependencia de los ingresos del crudo y la dolarización de su economía le sitúan en el peor de los escenarios posibles

Alicia González
Vista de la planta industrial de la compañía estadounidense OXY en Lago Agrio, en la Amazonía ecuatoriana, en mayo de 2006.
Vista de la planta industrial de la compañía estadounidense OXY en Lago Agrio, en la Amazonía ecuatoriana, en mayo de 2006.PAUL NAVARRETE (AFP)

Los vientos soplan de cara para Ecuador. Su elevada dependencia de los ingresos del crudo, ahora que el precio del barril se ha desplomado, y la dolarización de su economía le sitúan en el peor de los escenarios posibles. Tanto, que el mercado no descarta una nueva suspensión de pagos ante el vencimiento de 650 millones de dólares que el país debe afrontar el próximo día 15, un extremo que el Gobierno descarta con rotundidad. Sería la octava suspensión de pagos en los últimos 180 años, la última tan reciente como en 2008.

Ecuador es el segundo país de Latinoamérica más afectado por la persistente caída del precio del crudo, solo por detrás de Venezuela. Más del 40% de sus ingresos y del 50% de sus exportaciones proceden directamente del petróleo, que también supone su principal fuente de ingresos en divisas. Los años de bonanza del petróleo han permitido a su presidente, Rafael Correa, aumentar el gasto público y la inversión hasta alcanzar el 44,1% del PIB en 2014, según los cálculos de Coface, compañía de seguro de crédito a la exportación. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce al Gobierno los “impresionantes resultados en los indicadores económicos y sociales a lo largo de la última década”.

Pero los vientos de cola quedaron atrás. El Gobierno admite que en lo que va de año Ecuador ha perdido unos 7.000 millones de dólares en ingresos y ya ha acometido un recorte de gastos equivalente al 4% del PIB. Pese a ello, el déficit rondará este año el 4,5% del PIB e incluso más, si como prevé el FMI la economía entra en recesión este año y los ingresos menguan aún más.

“Recomendamos a las autoridades que persistan en su esfuerzo por racionalizar el gasto, contener el crecimiento de los salarios del sector público, continúen adelante con el plan de ajustar los subsidios de los carburantes sin dejar de proteger a los más pobres, mejorar la recaudación fiscal y la reforma del sistema de pensiones”, apuntaban los técnicos del Fondo el pasado mes de octubre.

Para 2016 el presupuesto se ha elaborado sobre la base de un precio del barril de Oriente, la categoría que produce Ecuador, de 35 dólares, muy lejos de los 79,7 con los que elaboró el presupuesto de 2015 y ligeramente por debajo de los 39 dólares en que cotiza en la actualidad. Un nivel del todo insuficiente para mantener los programas sociales y la inversión en infraestructuras de los últimos años. De hecho, varios expertos (FMI, ING y Coface) calculan que “para mantener la estabilidad fiscal, el país necesita que el barril de petróleo cotice a 120 dólares”.

El Gobierno admite que en lo que va de año Ecuador ha perdido unos 7.000 millones de dólares en ingresos

No es la primera vez que Ecuador afronta la presión de los precios petroleros a la baja. En 2009, cuando los precios del crudo también sufrieron un notable descenso, el Gobierno fue capaz de mantener su política expansiva gracias al fondo de estabilización, un recurso que se ha exprimido en su totalidad y con el que no cuenta en esta ocasión.

Por si fuera poco, a diferencia de la mayoría de las economías emergentes, Ecuador no ha podido utilizar la devaluación de su divisa para hacer más competitivas sus exportaciones, ahora que el dólar cotiza al alza. Su economía está dolarizada desde el año 2000, lo que le permitió mantener la estabilidad en la peor parte de la crisis financiera, pero se ha convertido en un lastre para su recuperación.

Eso explica las medidas arancelarias impuestas por Quito a determinados productos procedentes de Colombia y Perú, que han denunciado la medida ante la Comunidad Andina de Naciones.

Las dudas sobre este escenario se reflejan en el coste de financiación. El bono con vencimiento en 2024 rondaba ayer el 12,3%, la mayor rentabilidad entre los emergentes con la excepción de Venezuela.

Una historia de impagos

Lo cierto es que Ecuador arrastra una notable historia de impagos de su deuda soberana, la última tan reciente como en 2008, lo que explica que el acceso a la financiación externa no resulte barata. La inversión extranjera directa apenas representó el 0,8% del PIB en 2014 y no basta para cubrir el déficit exterior del país.

De ahí que el vencimiento de 650 millones de dólares que el Gobierno de Correa debe pagar el próximo 15 de diciembre haya puesto en guardia a los mercados. El Gobierno insiste en que completará el desembolso. Si lo cumple, sostiene Bloomberg, será la primera vez que haga frente a sus obligaciones internacionales en los últimos 180 años.

“China se ha convertido en el principal financiador del Gobierno de Ecuador”, explica Patricia Kause, de Coface. “Se calcula que entre 2009 y 2014, los créditos de Pekín han superado los 12.000 millones de dólares”. La mayoría de esos préstamos se devuelven en forma de barriles de petróleo y en concesiones mineras y futura producción eléctrica. La desaceleración china y la y los recortes de Ecuador ponen en entredicho muchos de esos proyectos. Correa deberá cortejar ahora a otros inversores.

Quito defiende un recorte de la producción de la OPEP

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se juega mucho con la cotización del precio del crudo. De ahí que el país, el miembro más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), haya defendido un recorte de la producción del cartel de cara a la reunión del próximo día 4 de diciembre en Viena.

Ecuador se ha convertido en el primer país de la OPEP en reconocer, ya en agosto pasado, que estaba produciendo petróleo en pérdidas. Por ello ha sugerido un recorte de la producción anual del cartel del 1,6%, lo que bastaría a su juicio para impulsar los precios “significativamente”.

Ecuador se alinea así con las tesis de Venezuela, Argelia, Nigeria y Angola. Sin embargo, el propio Correa ha reconocido que será “muy difícil” que la OPEP acepte su propuesta, ya que Arabia Saudí, que controla las decisiones del cartel, rechaza la medida para evitar que los productores de fuera de la organización ganen cuota de mercado.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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