Nicaragua pospone hasta 2016 el inicio de las obras del Canal
Un grupo de expertos internacionales pide detener el proyecto, a cargo de una empresa china. La empresa no ha explicado los motivos del retraso
La empresa china HKND, dueña de la concesión para la construcción de un Canal Interoceánico en Nicaragua, ha retrasado el inicio de las obras del proyecto —previstas para el primer trimestre de 2015— y ha anunciado que “la construcción de las esclusas y la gran excavación comenzarán a finales de 2016”. La compañía, cuyo propietario es el magnate de las telecomunicaciones Wang Jing, no ha explicado los motivos de este nuevo retraso y asegura que está “optimizando los parámetros de diseño del Canal”, mientras crea “otras obras de logística y de acondicionamiento”.
Wang inauguró oficialmente el proyecto en diciembre de 2014 en un acto en el que participó la cúpula del gobierno del presidente Daniel Ortega. Ese día el empresario chino puso la primera piedra de lo que sería la obra, pero desde entonces no se han realizado mayores trabajos de construcción ni se han anunciado avances en las gestiones para convencer a inversionistas internacionales para que financien el proyecto, valorado en 50.000 millones de dólares.
El Canal tendría una extensión de 278 kilómetros, atravesaría el país desde el Caribe hasta el Pacífico y permitiría el paso de cargueros de enorme calado, que ahora no pueden atravesar el Canal de Panamá, recientemente ampliado. La obra de ingeniería requerirá de enormes trabajos de excavación y la expropiación de terrenos, lo que afectaría a miles de nicaragüenses que habitan la zona de la ruta del proyecto. Paralelo al Canal se construirían puertos, aeropuertos y zonas de libre comercio. “Con nuestro trabajo vamos dar paso a un país más fuerte, a un pueblo más fuerte”, prometió Wang.
El anuncio del retraso de las obras ha coincidido con un encuentro de expertos internacionales que, convocados en Managua por la Academia de Ciencias de Nicaragua, analizaron el Estudio de Impacto Social y Ambiental (EISA) que sobre el proyecto realizó la empresa británica Environmental Resources Management (ERM). En la reunión participaron científicos de universidades de Europa y Estados Unidos, especialistas en biología, marina, ingeniería civil y ambiental, hidrología, hidráulica, calidad de agua, sismología y manejo de recursos naturales, entre otras especialidades. Su conclusión fue que el EISA era “superficial” y no cumple con los “parámetro internacionales”. Según los expertos, el proyecto está lleno de riesgos y no aclara las medidas que se tomarán para preservar el medio ambiente. En su declaración final, este grupo de académicos recomendó “detener el proyecto, analizar los impactos y riesgos cuantitativamente, y entonces tomar las acciones apropiadas”.
El gobierno de Nicaragua desacreditó las conclusiones de los científicos. Manuel Coronel Kautz, presidente de la Autoridad Nacional del Gran Canal, dijo que los expertos “no tienen preparación” y les llamó “gente que anda allí en reuniones, vienen invitados por personas que les pagan y a dar criterios donde no tienen compromisos”.
El Canal ha generado una gran oposición en la comunidad científica de Nicaragua, organizaciones ambientales y de derechos humanos, pero principalmente entre miles de campesinos que habitan la zona afectada por la obra, que han organizado 53 marchas en todo el país y exigen la derogación de la ley que entregó la concesión a Wang Jing por 100 años.
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