Bollos de mantequilla: los buenos, los regulares y el que roza la perfección
Una persona que nació y creció entre los dulces típicos de Bilbao prueba siete ejemplares de distintas pastelerías y panaderías de la ciudad y alrededores. Este es su dictamen
Los niños nacen con un pan debajo del brazo, salvo en Bilbao, que llegan con un bollo de mantequilla. Este dulce de sencillez extrema ha sido compañero fiel en las infancias de incontables bilbaínos, y algunos no hemos dejado de consumirlos con alegría en la etapa adulta. Cuando nuestra ciudad era gris y apenas venían algunos señores a hacer negocios, los bollos rellenos de crema de mantequilla eran una especie de secreto local, pero con la erección del Guggenheim y la llegada del turismo, ha corrido la voz y su popularidad ha aumentado exponencialmente. La oferta también se ha multiplicado, y no es tan fácil saber dónde encontrar ejemplares auténticos.
Como bilbotarra crecido entre bollos de mantequilla suministrados por madre y tías, y cumpliendo una vez más con una importante labor social, me he prestado al experimento de probar siete ejemplares de distintas pastelerías y panaderías de mi ciudad y sus alrededores. No los he puntuado, sino que he hecho una tier list, que es más de ahora, clasificándolos en cuatro niveles en función de su calidad: bollo para turistas, bollo normal, bollo con Denominación de Origen (DOP) y bollo nivel Dios. Si quieres mi inapelable dictamen, mira el vídeo de arriba.
Bollos de mantequilla probados en la cata
- Arrese
- Heladería Alaska
- Martina de Zuricalday
- Zuricalday (Getxo)
- Don Manuel
- Leku-Ona (Mungia)
- Labeko
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