Calabacines con limón y menta

Salteamos rápidamente la hortaliza y, mientras aún conserva su carnosidad, la aliñamos con una vinagreta cítrica, dejamos reposar para que se empapen bien de su sabor y los servimos frescos

También se puede hacer con calabacines verdes normalesMònica Escudero

El calabacín es una verdura con fama de sosa, pero si encuentras unos de tamaño pequeño o mediano, que suelen tener la carne más prieta y menos agua, pueden ser un auténtico manjar. Para la receta usé la variedad amarilla -que, según mi frutero de cabecera, se vende mucho para hacer calabaguetis- porque los había comprado para probar y los tenía a mano, pero puede hacerse perfectamente con los normales de color verde.

¿Por qué esta vez el tamaño sí importa? Porque cuanto más grande se hace esta hortaliza, más proporción de agua tiene, y por tanto también menos sabor y más facilidad para quedarse blandurrio durante la cocción. La técnica del salteado “en seco” -sin añadir aceite- hace que los calabacines se sequen un poco, lo que junto a su textura naturalmente esponjosa hace que absorban rápidamente cualquier vinagreta, por eso es importante repartirla entre las diferentes tandas y mezclar rápido, en lugar de ponerla toda de golpe al principio. El calor de los calabacines también cocinará ligeramente el ajo, que perderá un poco de fuerza (el limón también ayuda en eso).

Está muy buenos fresquitos -mejor no fríos directamente de la nevera, si los haces con antelación es recomendable sacarlos un rato antes para que se templen-, y se pueden comer tal cual como entrante o acompañamiento o convertirlos en un plato añadiendo legumbres cocidas, pasta o arroz integral y queso fresco, huevo duro, sardinas en aceite o atún de lata (entre otras muchas cosas).

Tiempo: 20 minutos

Dificultad: La de picar el ajo (y siempre puedes rallarlo).

Ingredientes

Para 4 personas (como acompañamiento o entrante)

  • 4 calabacines medianos o 6 pequeños de carne prieta
  • 1 limón
  • 1 diente de ajo (o al gusto)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Unas 16 hojas de menta
  • Sal
  • Chile (opcional) o pimienta

Instrucciones

1.

Quitar las puntas a los calabacines y cortar en rodajas (si algunos tienen una parte más gruesa, cortarlos primero a lo largo en ese trozo y después en medias rodajas). 

2.

Preparar una vinagreta con un diente de ajo picado, zumo y ralladura de limón al gusto, entre cuatro y seis cucharadas de aceite y sal. 

3.

Saltear los calabacines en dos o tres tandas en una sartén amplia que no se pegue a fuego alegre, sin añadir aceite y removiendo a menudo. Cuando cada tanda esté lista, pasar a un bol o ensaladera, añadir un poco de vinagreta y remover bien. 

4.

Con la última tanda añadir la vinagreta restante, y volver a remover bien. Pasados unos diez minutos, añadir la menta (guardar algunas de las hojas más pequeñas para servir). 

5.

Dejar reposar todo una media hora en la nevera para que se integren los sabores y se refresque un poco y servir, si se quiere, con unos copos de chile o pimienta recién molida.

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