Abre al público la espectacular almazara diseñada por Phillippe Starck en Ronda
Inspirado por bodegas de autor como Marqués de Riscal, el diseñador francés diseña un singular recinto para la producción de aceite que también acoge un museo, un restaurante y un espacio para catas
Cuenta el diseñador Philippe Starck que ha decidido vivir en plena naturaleza por su pasión por el minimalismo, por quedarse con lo que realmente es importante. Tras pasar por Formentera o los bosques parisinos, lo hace ahora en una granja en Sintra, Portugal, donde reside rodeado de encinas y olivos. “Agua, sal y aceite de oliva. Eso es lo necesario para sobrevivir”, afirma horas antes de viajar a Ronda (Málaga, 33.401 habitantes), donde este viernes inaugura uno de sus trabajos más singulares: el monumental museo LA Almazara.
Un cubo rojo que se levanta en un olivar cuyo perfil está inspirado en el de un toro. De sus paredes lisas sobresalen un cuerno de acero corten y una enorme aceituna del mismo material, además de una terraza que ejerce de boca del animal. “Es más arte, más escultura que arquitectura. Algo de otro mundo”, señala Starck de un proyecto que define como “la cristalización de las pasiones españolas” y que aúna elaboración de aceite con turismo, cultura y gastronomía.
La finca de 26 hectáreas en la que se levanta este singular edificio se ubica a poco más de dos kilómetros de la ciudad malagueña. Estos días está inundada de un agradable aroma a tierra mojada gracias a las últimas lluvias. Tanto el paraje como la almazara son el resultado de un proceso que arrancó en 2010 durante una visita a las bodegas Marqués de Riscal. Pedro Gómez de Baeza, un histórico del sector de las finanzas españolas, comentó entonces al empresario Santiago Muguiro que el modelo que la compañía había desarrollado en Álava, de la mano del arquitecto Frank Gehry, podría traducirse también al sector del aceite de oliva. Ambos elaboraban ya una producción ecológica en Ronda, así que apostaron por la ciudad malagueña para esa idea. Y sumaron a Philippe Starck, socio y encargado del diseño de los envases de aquellos aceites y que alucinó cuando le invitaron a participar en esta nuevo reto. “El aceite de oliva es para mí algo sagrado. Y cuando me hicieron la propuesta dije que sí”, asegura por teléfono quien reformó en 2022 la sala Joy Eslava y que tiene entre sus múltiples diseños iconos como el exprimidor con forma de calamar.
Un lustro después, en 2014, nació la sociedad La Almazara, de la que Gómez de Baeza fue presidente hasta su fallecimiento el pasado verano. Su puesto lo ocupa ahora el empresario Juan Villar Mir y entre sus consejeros delegados está Santiago Muguiro, que también ejerce de director del espacio. Su teléfono echa humo desde hace días para que todo esté en orden en la inauguración de este viernes. “Ha sido un proceso largo, pero creemos que la iniciativa puede marcar un antes y un después en el sector del aceite”, subraya Muguiro, que quiere transitar el mismo camino que numerosas bodegas, desde Marqués de Riscal a las rondeñas, que atraen a numeroso turismo extranjero. La inversión supera los 20 millones de euros.
“Gran respeto por España”
La finca cuenta con un coqueto mirador, también rodeado de olivos y encinas, que regala una imagen completa de la almazara diseñada por Starck y que él mismo define como “un lugar insólito, increíble y milagroso”. Su imagen es poliédrica, cubista. La influencia de Picasso se deja notar, como también la del surrealismo español, con ese ojo del que sale humo blanco cada vez que se enciende una de las chimeneas que calienta el interior. “Mi idea ha sido mostrar un gran respeto por España y por Andalucía, que es la tierra más pasional que he conocido en mi vida”, señala Starck que también homenajea a dos celebridades locales: el torero Pedro Romero y Abbás Ibn Firnás. Considerado uno de los precursores de la aviación, consiguió volar durante unos minutos en el siglo IX. Una réplica del aparato que usó se puede ver aquí.
La almazara ejerce como tal, pero en ella solo se realiza la parte más noble de la producción de aceite. Las aceitunas llegan ya lavadas a la tolva que, gracias a un enorme tubo que se adentra en el edificio para llegar a la prensa, ubicada en la planta baja. El interior del recinto, además de un gigantesco estoque y una enorme lona ideada por la hija de Starck, cuenta también con un museo que repasa los usos históricos del aceite —de conservas a iluminación, elaboración de jabón o incluso para la suspensión hidráulica del Citroën DS, alias Tiburón— y muestra cuestiones como los tipos de cultivo actual, el peso en la gastronomía mediterránea o su valor para la economía española, donde se produce el 45% del aceite de oliva del mundo, según el Ministerio de Agricultura.
También hay un pequeño auditorio y un restaurante donde se servirán tapas y raciones junto a vinos rondeños, cuya terraza —sujetada por tres enormes cadenas procedentes de un barco petrolero— enmarca una espectacular vista a la Sierra de Grazalema. La experiencia oleoturística (por 25 euros) se completa con un paseo por la finca para dar a conocer otros procesos como la recogida de la aceituna o el trabajo con los olivos, que aquí se cultivan en ecológico, sin fertilizantes ni pesticidas. Su producción —con variedades de aceituna arbequina, hojiblanca, picual y marteña— se comercializa bajo la marca LA Organic, aunque también se realizará una edición especial con el zumo extraído de los olivos más viejos del terreno.