Cinco restaurantes para comer en Asturias (al lado del mar)
Una selección de sitios donde disfrutar de una buena comida, con diferentes propuestas, a partir de 35 euros, y el Cantábrico de fondo
Asturias no es tierra habitual de chiringuitos, pero sí de bellas playas y de un imponente mar Cantábrico en el horizonte. Al lado de los arenales y de la costa hay infinidad de lugares donde comer y disfrutar de la gastronomía asturiana, que ofrece una de las despensas naturales más ricas en pescados, mariscos, carnes, legumbres, verduras (con mención especial a la calidad de los tomates astures) y lácteos. Hemos seleccionado cinco restaurantes —el nombre de la sección manda— donde comer bien al lado del mar. Son pocos, lo sabemos, para los 472 kilómetros de costa y la cantidad de magníficos restaurantes que tiene el Principado, muchos de ellos cerca del mar, pero los elegidos tampoco defraudan.
1.
Quince Nudos (Ribadesella)
Con una decoración marinera, se encuentra a escasos metros de la Playa de Santa Marina, en Ribadesella. El propietario y cocinero, Bruno Lombán cambió su vocación como geólogo por los fogones, y en el verano de 2012 abrió Quince Nudos, un pequeño restaurante escondido en un tranquilo callejón, convertido en templo de los arroces del oriente asturiano. Su repertorio de platos mira al mar Cantábrico, con una selección de pescados de la lonja, con especial atención, ahora en temporada, al bonito del norte. Entre los entrantes cuenta con algunos clásicos, como las croquetas de pitu de caleya (seis unidades, 15 euros), el insuperable guiso meloso de oreja, chile chipotle y curry rojo (18,50 euros), o una fresca ensalada con surtido de tomates asturianos. El plato fuerte es el arroz. El repertorio es amplío, en las tres variantes: caldoso, meloso y seco. Y va del de langostinos y nécoras (34 euros), al de bogavante del Cantábrico (42 euros), al de toro estofado con vino de Cangas del Narcea (28,50 euros), con carrilleras de ibérico (29,50 euros), del señorito, con pescados, según mercado (28,50 euros), al de verduras y emulsión de ajo negro (29 euros), o de gamba roja de Huelva y toque picante (32 euros). De postre, la sopa de mango con helado de miel (7,5 euros).
Dirección: Avelina Cerra, 6, Ribadesella (Asturias). Teléfono: 984 112 073.
2.
Casa Rula (Selorio)
A tres kilómetros de la playa de Rodiles, en Selorio, al lado de la desembocadura de la ría de Villaviciosa, hay un chigre, Casa Rula, conocido también como Bar El Cruce, en el que apetece siempre entrar. Tiene encanto e historia, la de una familia que desde hace cuatro generaciones atiende este negocio, en el que se inició el fundador, Mariano García, que vendía refrescos en la playa en los años cincuenta. Una década más tarde abrió un bar con tienda, hoy convertido en parada obligatoria de aquellos que desean disfrutar de una cocina, en este caso de leña, de la que hasta el pasado mes de septiembre se ocupaba Alicia García, y cuyo testigo ha tomado su hija, Adoración Martínez. El producto en esta casa está identificado, el tomate madurado en la mata, el pescado procede de Lastres o de Tazones, las carnes de Joselito o el foie de Sarlat (Francia). En la carta hay desde unos mejillones en escabeche, hechos en la casa, (12 euros), chipirones de potera pochados lentamente con cebolla con arroz blanco (19 euros), rollo de bonito (18 euros), pitu de caleya guisado con patatas fritas (16 euros), los callos al estilo asturiano con patatas fritas (14 euros), longaniza ahumada, desgrasada en el cocido de garbanzos, patatas y pimentón (14 euros), o arroz con berberechos (18 euros). De la sala y de los vinos se encarga el esposo de la cocinera, Andrés Piñera, con un buen repertorio de etiquetas nacionales e internacionales, cuyo precio medio no supera los 24 euros. De postre, helado de quesu gamoneu con tortitas de aceite (6,50 euros).
Dirección: El Terienzu de Selorio, Villaviciosa (Asturias). Tel. 985 99 62 33.
3.
Auga (Gijón)
Con vistas al mar Cantábrico, en Cimadevilla, en el Puerto Deportivo de Gijón, se encuentra desde 2011 uno de los restaurantes que pocas veces defraudan con su cocina. Al frente de ella se encuentra Gonzalo Pañeda, uno de los cocineros más solventes de la gastronomía asturiana, al que gusta pasar inadvertido. Es su seña de identidad, como lo es una propuesta de platos que no dejan indiferente al comensal. Porque, según aseguran, no dejan nada a la improvisación. Todo está ensayado como en una representación teatral. Nada puede fallar. Tampoco en sala, donde ejerce el director y sumiller, Antonio Pérez. Juntos han conseguido una estrella Michelin, como ya hicieron en su anterior restaurante gijonés, La Solana. En los platos hay técnica, rigor y el mejor producto. Como entrantes ofrecen algunas tapas para compartir e individuales, como los tacos de bonito con un licuado de lechuga, tomate y aceituna (11 euros), el caldo de cocido, con pies de cerdo y anguila ahumada (11 euros), pero tampoco faltan dos platos típicos de cuchara del recetario astur, como la fabada (21 euros) o los callos guisados (21 euros), ni los magníficos pescados con los que trabaja, como el salmonete, con un pil pil hecho con sus espinas, alga codium y cebolla encurtida (33,50 euros), la merluza de pincho de Celeiro, sobre sopa de patatas, cítricos y cardamomo (30 euros) o el bonito poco hecho con puré de hortalizas y pimientos secos (28 euros). Para los carnívoros hay distintas carnes de vaca, cordero o cochinillo. De postre, sopa de fruta de la pasión con chocolate amargo (7,25 euros). Tiene un menú degustación por 103 euros.
Dirección: Claudio Alvargonzález, s/n, Gijón (Asturias). Tel. 985 168 186.
4.
Éleonore (Salinas)
El escenario de Éleonore es único. Unas inmensas cristaleras ofrecen unas vistas 180º grados a la bahía de San Juan. Da igual que el Cantábrico luzca de azul brillante o de gris plata, la sala huele a mar. El interior es un espacio en el que no se ha escatimado ornamento —mármoles, terciopelos, tonos empolvados, fotografías, libros y una cocina a la vista del cliente, con electrodomésticos vistosos, como un frigorífico Smeg en color crema–. Se nota la mano en todo, en los detalles y en la propuesta gastronómica, de la cocinera y propietaria, Cristina Arias. Repostera de profesión, ha trasladado el refinamiento de la buena pastelería a unos platos ejecutados con técnica y precisión. Ofrece tres menús degustación, que va modificando en función de la temporada. El menú Olivia está disponible únicamente en horario de comidas y se compone de 12 pasos (75 euros, maridaje de vinos, 45 euros), el menú Allegra se sirve en horario nocturno hasta el 30 de septiembre, y se compone de 14 platos (90 euros, 55 euros con selección de vinos), y Éleonore lo forman 15 pases (125 euros, 55 euros, la armonía de vinos). Entre sus platos clásicos, la centolla del Cantábrico con yema de huevo sobre un crujiente de clara, o el steak tartar de solomillo con mermelada de alcaparras y mantequilla de pimienta rosa, o el rodaballo a la brasa con una meuniêre de avellanas y pomelo. Uno de sus postres más sobresalientes es el limón: corazón de caviar cítrico, menta y limón, ganache de chocolate blanco y yuzu. La sala y la bodega, con más de un centenar de referencias, la atiende Guillermo González. El último domingo de cada mes ofrece un brunch (70 euros), con ostras, quesos, salmón, pasta fresca y una selección de panes y pastelería de la tienda obrador The Pantry by Éleonore.
Dirección: Pablo Laloux, 13 Bajo, Salinas (Asturias). Tel. 672 427 070.
5.
Mesón El Centro (Puerto de Vega)
En el Occidente asturiano, en Puerto de Vega, un pueblo pesquero en el concejo de Navia, donde atracan barcos con importante mercancía del mar, está la despensa de la que se nutre a diario uno de los restaurantes más reconocidos de la zona, Mesón El Centro. Su cocinera, María Antonia (Mary) Fernández, y su marido, José Ramón Pérez, que se ocupa de la sala y de la bodega, han convertido este pequeño local, abierto en 1994 y ubicado en la parte alta del pueblo, con terraza incluida, en un remanso de paz y en un lugar de peregrinación para aquellos que buscan un buen producto a un precio razonable. La especialidad no es otra que los pescados y mariscos, de temporada, buen porte y bien ejecutados, con el toque especial de la cocinera. Toda la carta está pensada para compartir, como las bravas que se acompañan de huevo, el salpicón de ñocla (buey de mar), el falso carpaccio de pulpo, el tartar de bonito, las croquetas de cigalas y albariño, y la ensaladilla con gambas. Tiene un menú degustación por 35 euros, que incluye, además del carpaccio de pulpo, salpicón de rape, navajas sobre escabeche, tosta de maíz con tomate confitado con guacamole y sardina marinada, bomba de calamar con alioli, merluza sobre crema de puerros y postre.
Dirección: Plaza de Cupido, Puerto de Vega (Asturias). Tel. 985 648 567.