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Ideas para reconstruir el planeta

La sostenibilidad no es solo un problema de eficiencia, también de eficacia. La economía circular, es decir, la creación de valor económico sin extraer recursos ni generar residuos; o la reducción del uso de combustibles fósiles gracias a un mayor impulso de las renovables, son dos de los pilares clave para la recuperación global

Imagen del foro Ahora Regeneración 2024, celebrado el pasado martes en Green Patio de Madrid.Foto: JUAN BARBOSA | Vídeo: EL PAÍS

Una pequeña filósofa con una cabeza grande y un lazo enorme en el pelo, conocida por su odio a la sopa, ha puesto un montón de vendas a un globo terráqueo que parece estar herido. Un termómetro mide la temperatura de la esfera terrestre y la niña, la famosa Mafalda, comprueba con el dorso de la mano cuán grave podría ser la situación. No parece contenta. La viñeta, creada por Quino hace más de cuatro décadas, es todavía vigente y, por desgracia, representa el contexto actual: un planeta azotado por las emisiones contaminantes causadas por la actividad humana, que nos llevan al borde de una sexta extinción masiva. Todo esto ocurre en un escenario de polarización política, el resurgimiento de la ultraderecha y los populismos, conflictos bélicos en múltiples frentes y constantes ataques a la democracia.

La esperanza, sin embargo, no está pérdida. Como la pequeña Mafalda, que ha puesto los ungüentos necesarios para aliviar al mundo, la sociedad, las empresas y las organizaciones internacionales están haciendo lo mismo. El objetivo es regenerar, trascender el cuidado del medio ambiente y reimaginar un mundo nuevo, enfocándonos más en utopías que en distopías, tanto en temas de la naturaleza como en lo social y lo económico. De todo esto trató Ahora Regeneración (repensemos el presente, cambiemos el futuro), un encuentro que ha llevado la conversación un punto más allá, con la voz de expertos en diversos ámbitos que dialogaron y debatieron, pero que sobre todo aportaron ideas para sanar al mundo de los distintos males que lo achacan.

Manuel de la Rocha, secretario de Estado y director de la oficina de Asuntos Económicos y G20 de Presidencia de Gobierno.Claudio Álvarez

“El futuro de nuestra sociedad pasa, en su mayor medida, por todas aquellas actitudes que tomemos frente a estos retos y por los compromisos de empresas, de gobiernos y de ciudadanos”, dijo Pilar Gil, vicepresidenta y directora financiera (CFO) de Grupo PRISA, durante la inauguración de este evento que se celebró el pasado martes en Madrid. “Transitar hacia un modelo económico menos intensivo en combustibles fósiles y más inclusivo supone un esfuerzo enorme, pero es necesario y urgente”, recalcó. La meta es repensar el presente para cambiar el futuro. “Regenerar es dar una nueva vida, dar un nuevo ser a aquello que se ha deteriorado y se ha dañado”, abundó Rosa Junquera, directora de sostenibilidad de PRISA.

Junquera explicó que, según un informe reciente del Foro Económico Mundial, incluso si todos los países y empresas alcanzasen la neutralidad de carbono en 2050, probablemente no sería suficiente. Necesitaremos seguir eliminando CO₂ durante décadas después para revertir la acumulación de emisiones históricas. Por ello, Ahora Regeneración —un encuentro liderado este martes por PRISA, organizado por EL PAÍS, impulsado por el Santander y patrocinado por Veolia y Redeia— no solo se limitó a compartir ideas y conocer experiencias exitosas, sino que de alguna manera se convirtió en una voz de alerta sobre un mundo que necesita urgentemente que implementemos soluciones profundas y significativas.

Manuel Maqueda, profesor de economía circular y regenerativa en Harvard.

Voces de alarma

Una de las primeras voces de alarma provino de Manuel Maqueda, profesor de economía circular y regenerativa en Harvard. Cofundador y coproductor del documental Albatross, Maqueda mostró al público imágenes impactantes de estas aves alimentando a sus crías con plástico, un material omnipresente y perjudicial para el medio ambiente. “Solucionar el problema del plástico tiene que ver con el diseño”, afirmó durante su intervención. “El 80% de los impactos ambientales y sociales se determinan en la fase del diseño”, aseguró este experto. “¿Realmente necesitamos beber agua embotellada cada vez que tenemos sed?”. La sostenibilidad no es un problema de eficiencia, sino de eficacia. “Debemos pensar como la naturaleza, idear soluciones nuevas. En esencia, eso es la economía circular: crear valor económico sin extraer recursos ni generar residuos”. Y de todo ello va el Pacto Verde Europeo. Ese ambicioso plan de la Unión Europea que tiene como objetivo transformar la economía del bloque en una economía sostenible y neutral en carbono para el año 2050.

Pero este plan está en peligro de seguir avanzado. “Está muy tocado. Durante los últimos años se está produciendo, sin ninguna duda, un inicio de un retroceso respecto a posiciones que desde la UE se han defendido”, aseguró Cristina Narbona, presidenta de la Comisión de Transición Ecológica del congreso, y exministra de medio ambiente. “Hay un negacionismo rampante, con posiciones políticas que están frenando su desarrollo. Ayer [el lunes pasado], salió de milagro la aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza, pero está cogida por los pelos. Estamos al límite”. Ello se debe a varios factores, dice Narbona: se ha fallado en tener una mayor proximidad en el territorio en el despliegue de las energías renovables; además se ha ido demasiado rápido en el caso de España. En el campo europeo, uno de los sectores con mayor oposición al Pacto Verde, además ha habido una terrible campaña de desinformación y manipulación en contra de la agenda 2030 (un plan de acción de desarrollo sostenible). “Mucha gente no sabe lo qué… y en eso estamos trabajando; en saber por qué el relato y la proximidad nos ha fallado en términos de convencer a la gente de que el enfoque de la agenda 2030 es muy progresista y beneficioso para quienes viven de la naturaleza”.

Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.JUAN BARBOSA

“Lo que está pasando en Europa, pasa en muchos sitios: es el miedo a un cambio acelerado que el ciudadano no entiende o no entendemos bien qué puede significar, qué implicaciones tiene”, afirmó Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, durante el encuentro. “La Ley de Restauración de la Naturaleza es el tercer ejemplo, en el último año y medio, en el que una normativa ambiental al final del proceso de repente sufre un ataque visceral”, dijo durante una entrevista con Montserrat Domínguez, directora de Contenidos de Cadena SER. La normativa a la que hizo referencia Ribera casi no logra pasar en el último instante. Los ministros de Medio Ambiente de la UE la ratificaron con una mayoría cualificada: se necesitaba que el 55% de los Estados miembros estuvieran a favor y que representaran al menos el 65% de la población total de la Unión. Al final, se consiguió con un 66%. El objetivo de esta legislación es no solo conservar los espacios protegidos, sino también recuperar más del 80% de las tierras y costas europeas. “El factor miedo se ha utilizado para hacer oposición”, comentó. “A un agricultor le preocupa muchísimo la sequía, por tanto, quien sale diciendo voy a defenderte a ti agricultor negando que exista el cambio climático o acusando al meteorólogo o a la estela de vapor de un avión de tus males, está mintiendo descaradamente. Está utilizando el miedo de la gente para generar una respuesta con el hígado”, ahondó Ribera.

Ese temor mutará los objetivos planteados. Existe un desencanto hacia la democracia, hacia el futuro, hacia la política y todo lo que tiene que ver con cualquier tipo de transición. “El miedo va a alterar el eje de configuración, por ejemplo, del Pacto Verde, que no será sustituido, pero va a ser mitigado en su intensidad por la presión de esos populismos”, añadió José María Lassalle, escritor y profesor universitario. Este marco pone en riesgo los avances en sostenibilidad, un concepto que se queda corto frente a los desafíos que presenta el planeta. “Hace 20 o 30 años podríamos haber buscado la sostenibilidad centrándonos en garantizar que los niveles de consumo, de recursos o impacto ambiental se mantuvieran indefinidamente sin agotar los recursos ni causar daños irreparables a los ecosistemas”, aseguró (en una carta enviada a Ahora Regeneración) Christiana Figueres, exsecetaria ejecutiva de la Convención del Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. “Ahora hay que mirar más allá y centrarnos en la regeneración, usando nuestras tecnologías y políticas públicas y privadas, para revitalizar los ecosistemas que hemos dañado. Se trata de revertir el daño de las actividades humanas”, subrayó.

Lucas Arangüena, 'global head of Energy Transition SCIB' del Banco Santander. Pablo Monge

Una parte de la ciudadanía entiende que hay que moverse hacia ese cambio de visión y se hace evidente en la forma en la que consumen. Las empresas sienten esta presión. “Todo esto tomó mucha fuerza desde el covid, la sociedad pidió cambios”, mencionó Lucas Arangüena, global head of Energy Transition SCIB del Banco Santander. “Los grandes clientes del banco, que son grandes compañías del mundo, están inmersos en la sostenibilidad que es ya imparable. No hay vuelta atrás”. Arangüena explicó que muchas de las inversiones que se están haciendo, y que están financiando, tiene que ver con renovables (eólica y solar), pero también con el almacenamiento energético estacionario (baterías), en moléculas limpias como el hidrógeno verde, y en captura de carbono. Para lograr la neutralidad de carbono para 2050 implica también mucho más dinero. “Triplicar o cuadruplicar la inversión anual [en energías verdes] a lo largo de esta década”, agregó Arangüena.

“Hablamos del mayor ciclo de Capex [gasto en capital] que va a vivir la humanidad en toda su historia y eso significa grandes cantidades de recursos”. Pero en realidad, agregó, lo que se necesita es reasignar el capital de magnitudes tectónicas. “Seguimos invirtiendo en calderas de gas, cuando deberíamos hacerlo en bombas de calor, a nivel doméstico”. En este escenario, América Latina se ha convertido en potencia para la expansión de las energías renovables y en una zona de oportunidades frente al reto de la descarbonización. “Es la región de soluciones”, dijo Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF Colombia. En la transición energética, la contribución a las emisiones de la región es pequeña, además juega un papel importante en la absorción de CO₂. “La Amazonía es el pulmón del mundo”, apuntilló.

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