
Irún, escenario de un embudo migratorio (al que casi nadie presta atención)
Irún, una ciudad vasca de 64.000 habitantes, se ha convertido en el último gran obstáculo para miles de migrantes africanos que intentan llegar a Francia.
Contexto. Aunque el río Bidasoa ha sido históricamente un lugar de paso entre países, los controles policiales actuales y las devoluciones inmediatas cuestionan el espíritu de libre circulación que define al espacio Schengen.
¿Por qué? Lejos de los focos mediáticos que se concentran en Canarias, Melilla o el Estrecho, Irún se ha convertido en un embudo humanitario silencioso. Esto es porque, en la práctica, Francia aplica controles fronterizos.
- Desde septiembre de 2024, los controles en la frontera se han endurecido aún más con el nombramiento de Bruno Retailleau, político de la derecha dura francesa, como ministro del Interior.
Una noche en Irún antes de seguir. Los migrantes que llegan a Irún suelen pasar la noche en el centro gestionado por Cruz Roja en la calle de las Hilanderas. En 2024, más de 6.200 personas pasaron por este recurso, el doble que el año anterior.
- La gran mayoría —90% hombres, 8% mujeres y un 2% de niños, con una media de edad de cuatro años— han llegado a España por la ruta canaria. Los países de origen más comunes son Malí, Senegal, Guinea-Conakry y, cada vez más, Mauritania.
©Foto: Álex Iturralde
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