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Federico Trillo: “El PP debería negociar con Vox antes de las elecciones y fichar a Espinosa de los Monteros”

El exministro de Defensa insiste en que no se conoce la autoría intelectual y logística del 11-M y sugiere la participación de ETA y de los servicios secretos franceses

Después de Memorias de entreguerras, Federico Trillo (Cartagena, Murcia, 73 años), militar y jurista, ministro de Defensa entre 2000 y 2004, publica Memorias de anteayer (Deusto), sobre la refundación del PP, donde da cuenta de las dudas que suscitó la elección del sucesor de Manuel Fraga, cuando el partido se debatía entre Isabel Tocino y José María Aznar. En el libro relata que recibió, con una semana de diferencia, una oferta del exministro fran...

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Después de Memorias de entreguerras, Federico Trillo (Cartagena, Murcia, 73 años), militar y jurista, ministro de Defensa entre 2000 y 2004, publica Memorias de anteayer (Deusto), sobre la refundación del PP, donde da cuenta de las dudas que suscitó la elección del sucesor de Manuel Fraga, cuando el partido se debatía entre Isabel Tocino y José María Aznar. En el libro relata que recibió, con una semana de diferencia, una oferta del exministro franquista para llevar la asesoría del grupo parlamentario popular y otra del equipo de Felipe González para hacerse cargo de la asesoría del gabinete de presidencia en La Moncloa. Eligió el PP a Aznar y Trillo al PP. Cuenta que con Alfonso Guerra, que había sido “el hombre más temido por la derecha”, ahora coincide mucho ideológicamente. El último tomo de sus memorias responde a su “preocupación por la deriva del PP”.

Pregunta. ¿Apoyaría hoy, si fuera ministro de Defensa, el embargo de armas a Israel?

Respuesta. Yo no estaría en un Gobierno que decretara ese embargo porque es una medida antisemita y el principal pecado colectivo de Europa es el antisemitismo.

P. El PP lo hizo en 2014 [aprobó la suspensión de la venta de armas a Israel, “ante la sospecha”, según explicó recientemente a EL PAÍS el entonces ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, “de que podían ser utilizadas contra población civil”]

R. Eso es Rajoy.

P. Dice en el libro: “Tras la utilización política por nuestros adversarios de la tragedia del 11-M, vi venir la shit storm [“tormenta de mierda”] que se venía sobre nosotros". ¿Cuándo empezó a preocuparles en La Moncloa esa shit storm? ¿Les inquietaba la reacción de la opinión pública si era un atentado yihadista?

R. Yo salí tranquilo del Gobierno porque desclasificamos dos papeles del CNI en los que se nos insistía en que había sido ETA, a pesar de lo que luego ha dicho quien era entonces su director, Jorge Dezcallar [quien en su autobiografía asegura: “El Gobierno trató el asunto como un problema de partido (...) Este tratamiento llevó al PP a pensar que, si el atentado lo había cometido ETA, podría revalidar su mayoría absoluta (...) Intentó mantener la duda hasta el día 14, la jornada electoral”. Cuatro meses antes de los atentados, el CNI había advertido al Gobierno del PP del riesgo creciente de atentado islamista en España e incluso había identificado al argelino Allekema Lamari, uno de los siete terroristas que se suicidaron el 3 de abril de 2004 en Leganés (Madrid)]. Lo que más me inquietaba era que con el atentado y sus consecuencias quedara claro que nuestra aportación en la guerra de Irak no había sido combatiente. Mandamos un buque hospital cuando ya había caído la estatua [de Sadam Husein], aunque es verdad que apoyamos políticamente a Estados Unidos en su intervención.

P. ¿Qué valor le da a la verdad judicial?

R. Todo en términos judiciales. Puede haber errores, pero es la verdad establecida, la oficial.

P. Por aclarar unas declaraciones suyas en una entrevista en la que le plantean el 11-M como una posible venganza de los servicios secretos marroquíes por el incidente en el islote de Perejil, cuando respondió que “hablar de los servicios secretos marroquíes es hablar de los servicios secretos franceses” y otras que hizo cuando salió la sentencia del 11-M. ¿Piensa, como declaró Aznar, que “los responsables del atentado no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas? ¿Duda de la autoría?

R. Los autores materiales están claros. La autoría intelectual y el apoyo logístico no están nada claros. Basri, el gran visir de Hassan II [rey de Marruecos entre 1961 y 1999] le dijo a Jaime Mayor Oreja [ministro del Interior español entre 1996 y 2001]: “Los ejecutores eran nuestros, pero no hemos sido nosotros. Yo monté los servicios secretos marroquíes y te garantizo que no están capacitados para hacer algo así. Esto ha tenido el apoyo clarísimo de Francia”. Eso lo dijo Basri y lo ha repetido Mayor Oreja. ¿Por qué pudo producirse eso? Mayor Oreja contestó que porque España estaba tomando un protagonismo atlántico que Francia estaba perdiendo. Chirac [presidente de Francia entre 1995 y 2007], que empezó siendo un gran aliado de nuestro Gobierno, terminó siendo una persona que entorpecía mucho la presencia internacional de España.

P. ¿Usted cree que los servicios secretos franceses o ETA tuvieron algo que ver con el 11-M?

R. Es lo que dicen los que entienden más que yo de los servicios secretos franceses y marroquíes. Yo, de los servicios secretos, tengo un lema: la realidad supera la imaginación. En la autoría intelectual, yo creo que ahí hay algo más de servicios secretos. Y en la logística, que puede haber algo porque no es fácil contar con esa cantidad explosiva.

P. ¿Quiere decir algo relacionado con ETA [la sentencia lo descarta, y culpó a una célula islamista]?

R. Sí.

P. El libro se centra en su etapa con Manuel Fraga y Aznar. ¿Qué opinión tiene de sus sucesores: Rajoy, Casado, Feijóo? ¿Se identifica con el PP actual?

R. Siento gran estima por Feijóo. Creo que la derecha es muy injusta con él porque ha estado a la altura de las circunstancias con la amnistía [al procés] o al plantear el problema más candente, la inmigración, en términos muy equilibrados [ha propuesto un visado por puntos condicionado a una cultura “próxima”]. Estoy convencido de que llegará a primer ministro. Con Rajoy conseguimos la mayor mayoría absoluta, pero obviamente, no se supo aprovechar y la salida habla por sí misma [tras la moción de censura por la corrupción del caso Gürtel]. Con Casado tenía muchas esperanzas, tenía la cabeza muy bien amueblada, pero no supo acertar en la dirección del partido y perdimos dos años.

P. De las últimas iniciativas o discursos del PP, ¿cuáles le han gustado más y cuáles menos?

R. La preocupación mayor en este libro es la deriva del PP, no tanto la deriva del socialismo. Cuanto más se ha alejado el PSOE del respeto a la Constitución, más echo en falta una respuesta como la que tuvimos entonces [durante el Gobierno de Felipe González] desde el centroderecha. Faltan iniciativas concretas como alternativa. He propuesto muchas veces que anuncie qué leyes se van a derogar de inmediato y cómo. Me gustaría que el PP dejara claras sus coordenadas en política exterior y defensa, que opinara de verdad sobre el aumento de los gastos militares, nuestra colaboración con la OTAN... Echo de menos que fije una posición clara. No se puede uno quedar en las obviedades, en lo que hace Sánchez. El PP debe ofrecer soluciones y eso se echa en falta. Además, falta un equipo alternativo. Aznar hizo un gobierno en la sombra. Todo el mundo sabía quién iba a ir a cada sitio. Ahora no se sabe. Yo no tengo ni idea de quién lleva Defensa en el PP, por ejemplo. No sé a quién dirigirme.

P. Hablaba de leyes que querría derogar. ¿Por qué cree que Rajoy retiró el proyecto de ley de Alberto Ruiz-Gallardón sobre el aborto?

R. Por miedoso, que es una de sus características peores.

P. ¿Le consta, como firmante del recurso ante el Constitucional contra la ley del aborto del Gobierno de Zapatero, que el PP se planteó retirarlo?

R. A mí nunca se me dijo y nunca hubieran tenido mi beneplácito. Yo le comenté a Feijóo que seguiría adelante con la recusación de los magistrados y luego la llevamos a Estrasburgo, donde tampoco la han admitido. De todo estuvo informado Alberto.

P. En 2017 dimitió como embajador en Londres después de que Rajoy asumiera el informe del Consejo de Estado que responsabilizaba al ministerio que usted había presidido por el accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles. ¿Entendió la postura de María Dolores de Cospedal, que pidió perdón a las víctimas, y de Rajoy? ¿Se sintió traicionado?

R. En el dictamen del Consejo de Estado no aparece ni mi nombre, ni el cargo de ministro o el ministerio de defensa.[El dictamen concluyó: “Hay, anteriores a la fecha del siniestro, hechos que habrían permitido a la Administración ponderar el especial riesgo concurrente en el transporte de tropas en que se produjo el accidente. Pudieron ser advertidas circunstancias que habrían llamado a la adopción por los órganos competentes de medidas que pudieran haber despejado el riesgo que se corría”]. Lo que dice es que hay una responsabilidad objetiva de la Administración que justifica el pago que habíamos hecho a los familiares y por eso les deniega una nueva indemnización, como pretendían. A mí lo que me dolió es que Rajoy y Cospedal [entonces ministra de Defensa] no se leyeran el dictamen.

P. Cuando se reveló el contenido de ese informe, usted afirmó que no iba a dimitir, pero lo hizo apenas una semana después. ¿Qué pasó en esos días?

R. Pues que Rajoy, que era el presidente del partido y del Gobierno que me tenía acreditado en Londres me retiró la confianza de esa manera tácita.

P. ¿Rajoy llegó a pedirle que dimitiera?

R. No.

P. Desde su ministerio, según denunció una de las familias, se enviaron cartas al padre de una de las víctimas diciéndole que su hijo se avergonzaría de él porque había preguntado por las muestras de ADN recogidas en Turquía. Le entregaron un ataúd con tres pies. Este padre falleció el pasado mayo. ¿Le hubiera gustado pedirle perdón? ¿Lo intentó?

R. Yo no soy responsable, como dejó claro la Audiencia Nacional, que ni siquiera me llamó a declarar, de los problemas que tuvieron los enterramientos. Pedí perdón por mis colaboradores, pero no me pueden atribuir a mí y al Gobierno esos errores.

P. Decidió el 27 de mayo de 2003 celebrar a las seis de la tarde del 28, apenas 60 horas después del accidente, el funeral por las víctimas del Yak-42, pero hasta la mañana del funeral no se sabía que habían concluido las identificaciones. ¿Por qué había tanta prisa?

R. Había prisa porque entonces los familiares tenían prisa, cosa que luego no recordaron, y porque estaba pendiente la decisión sobre la celebración o no del día de las fuerzas armadas en Canarias. El equipo médico que luego resultó desgraciadamente condenado nos garantizó que eran muy identificables y que podían estar aquí en ese tiempo.

P. ¿Sigue pensando que el Yakolev era un avión “excelente”?

R. El Ministerio de Defensa tiene en vuelo cada día 250 aviones y el ministro tiene que fiarse de lo que le digan los especialistas. Todos me aseguraron que era un avión excelente. Luego comprobé que los Yakolev eran los aviones de menor siniestralidad que había en ese momento en el mercado. [Familiares de las víctimas aseguraron que sabían que el Yak-42 era un “avión basura” porque algunos militares se lo habían advertido e incluso habían presentado quejas oficiales a las que nadie hizo caso].

P. Relata en el libro la refundación del PP como una especie de remontada épica hasta las elecciones de 1996. ¿Por qué cree que no está capitalizando hoy su partido el desgaste del Gobierno y Vox, como señala la encuesta de 40dB. para EL PAÍS, se está llevando el 14,5% de sus votos?

R. Más que una remontada épica fue hacer posible una alternativa capaz de ganar al PSOE, que se iba corrompiendo. Fraga decidió la renovación de los cuadros. Cuando le pidieron que fuera candidato se negó porque entendía que él dividía al país por su pasado [franquista]. Vox y su líder son hijos directos del PP. Nada puede diferenciar a un Espinosa de los Monteros [Iván, exportavoz de Vox en el Congreso] de cualquiera de mis compañeros de la refundación. Pero hay cierto fariseísmo. El PP nunca ha sido democristiano y a mi juicio no lo debe ser. Tenemos que asumir una ideología liberal conservadora, la que tuvimos siempre. Vox se lleva esos votos del PP por desencanto, porque el PP no hace lo suficiente.

P. Utiliza en el libro, para referirse a las negociaciones para la investidura de Aznar, una frase que ha empleado Pedro Sánchez en un contexto similar: “Al no tener una mayoría garantizada en la Mesa, tuve que hacer de la necesidad virtud y procurar un entendimiento sostenido con CiU y PNV”. ¿A quién cree que debería acercarse el PP si no logra una mayoría suficiente en las próximas elecciones: a Junts, al PNV o a Vox?

R. A Junts, mientras esté regido por el prófugo [Carles Puigdemont], de ninguna manera. La actitud que ha mantenido Sánchez negociando con él denigra al Estado. El PNV va siempre con quien mejores condiciones le ofrezca y es difícilmente superable la subasta a la que han sometido a Sánchez, por tanto, en ese campo tenemos poco futuro que negociar. Con Vox hay mucho que negociar y me gustaría que fuera un entendimiento previo, para que el electorado supiera a qué atenerse. Se puede lograr perfectamente. Desde Alianza Popular [la marca previa al PP] nos tragamos a personas que venían de la democracia cristiana y que hasta el día anterior al congreso de la refundación ponían verde a Fraga. Fraga se los tragó y los hizo vicepresidentes.

P. ¿Le ha tentado Vox o Iván Espinosa de los Monteros?

R. Con Santiago Abascal comparto peluquero y siempre es agradable encontrarse con viejos amigos. El PP le ayudó personalmente. Son lazos muy viejos como para que ahora quiera renegar del PP. Con Espinosa de los Monteros la relación es excelente. Se interesó mucho por mi experiencia en Defensa y en política exterior.

P. ¿Como para ficharle?

R. Lo mejor sería que el PP le fichase a él.

P. Recuerda en el libro una conversación con Julio Anguita: “Vosotros, los del Opus”, le dijo,según recoge, “sois como Gramsci, queréis actuar en la corriente de la sociedad y de la cultura”. ¿Qué opina del proceso abierto en Argentina por trata y explotación de personas contra varios responsables del Opus Dei denunciados por las llamadas numerarias auxiliares, una figura que también hay en España?

R. Julio era un tipo sensacional. Luego, por el tema del hijo... pero iba allí porque quería [se refiere a Julio Anguita Parrado, periodista que cubría la guerra de Irak para El Mundo y que murió por un ataque de misil iraquí]. Nunca he querido discutir con las familias que se sentían ofendidas. No hay sacrificio más grande para un ser humano que perder un hijo. Dios eligió el de su propio hijo. No he seguido lo que comenta del Opus, ni lo seguiré. Para mí, el Opus es un camino de encuentro con Dios dentro de la iglesia católica.

P. El papa Francisco recortó poder al Opus Dei y en alguna ocasión comentó usted que le parecía un “reaccionario”.

R. Era un tema de reforma administrativa que encubría otro tipo de celotipias internas de la curia y está todavía en estudio. Creo que el Papa era reacionario en unos temas, progresista en otros. Tenía una personalidad muy ambivalente, propia de su formación peronista. Este [León XIV] es una maravilla. Tiene tres carreras: matemáticas, teología y derecho; está formado en las misiones en la parte dura del Perú; es americano; habla cuatro idiomas… si fuera una persona no creyente diría que ha sido la inteligencia artificial, que es como los creyentes llamamos al espíritu santo. ¡Como encontrar una perla así!

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