La cadena de pizzerías que dinamiza la escena musical londinense

Pizza Exprés se ha convertido en una institución al añadir a su producto gastronómico conciertos en directo y ahora también tiendas de vinilos

Discos a la venta en el establecimiento de PizzaExpress del Soho de Londres.Carmen Valiño

Peter Boizot fue uno de esos personajes imprevisibles que supo sacar partido de una segunda mitad del siglo XX en la que la imaginación y la audacia eran características que permitían sobresalir por encima del común de los mortales hasta convertirse en millonario. Tras cursar estudios de Historia en Cambridge, en su etapa de trotamundos, Boizot viajó por Alemania, Francia y Suiza y acabó en Roma, trabajando para la agencia Associated Press y vendiendo postales en la plaza de San Pedro.

Cuando volvió a Londres, y tras comprobar que era imposible encontrar una pizza en condiciones, decidió traer un horno desde Nápoles, buscar un proveedor de mozzarella y cerveza italiana y montar su primer restaurante en el centro de la ciudad, que arrancó en 1965. La idea fue todo un éxito que convirtió a Boizot en millonario y, a la vez, le permitió explorar algunas de sus otras pasiones. La principal, el jazz. En 1969 aprovechó el sótano de uno de sus restaurantes, ubicado en el Soho, para montar lo que hoy en día se conoce como el PizzaExpress Jazz Club. Por este inusual garito han pasado durante estos años algunos de los nombres más destacados del género, además de artistas que han saltado más allá del mismo como Amy Winehouse, Norah Jones, Diana Krall o Jamie Cullum. Boizot dejó de ser propietario de PizzaExpress en 1993 y, a lo largo de los años, la empresa ha pasado por distintos propietarios. En la actualidad, y tras un severo reajuste de su negocio tras la crisis del covid que supuso el cierre de decenas de sus restaurantes y el despido de 2.400 empleados, está en manos de sus obligacionistas, que se hicieron cargo de los 415 millones de libras que acumulaba la empresa, entonces en manos del fondo de capital privado chino Hony Capital. Aun así, con 368 locales en marcha solo en el Reino Unido, el espíritu de Peter Boizot se conserva en el núcleo original de PizzaExpress. La compañía mantiene un total de cuatro locales de música en directo en Londres, en los que programa de manera habitual música, principalmente jazz, swing y sonidos afines. La cadena de restaurantes, además, ha participado activamente en festivales como Pizza in the Park y PizzaExpress Jazz Festival o, más recientemente, el Steinway Festival o el London Catalan Festival.

Una vez dado el paso de convertir sus locales en gozosos santuarios en los que disfrutar de comida italiana en condiciones y acompañarla de actuaciones musicales en directo, no resultaba descabellado pensar que la fusión de ambas cosas haría que PizzaExpress ampliase su negocio de delicias planas y circulares, aunque, en este caso, sin toppings y nutritivas tan solo para el oído. Así, hace algo más de un año nacía PX Records, discográfica impulsada por la cadena de pizzerías que se ha dedicado a publicar en formato físico y digital las actuaciones en directo de artistas consagrados como el saxofonista de jazz Scott Hamilton, Matt Johnson, cantante de The The, o bandas emergentes como Native Dancer, sin olvidarse de rescatar actuaciones del archivo de más de cuatro décadas que acumulan sus locales, que celebran en torno a 1.500 conciertos al año.

Desde el pasado 26 de abril, PizzaExpress ha dado un paso más, inaugurando tiendas de vinilo en los barrios londinenses del Soho, Holborn y Chelsea, dentro de sus locales dedicados a música en directo. Una apuesta que incluye dosis repartidas de marketing oportunista, romanticismo y coherencia de marca, sin que necesariamente haya que decantarse por un ingrediente principal.

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