Surf en el paraíso

Hace 22 años, el fotógrafo francés Michel Haddi viajó a Tahití. Cuando llegó a Teahupo’o, arrancaba allí el Mundial de Surf, deporte con el que no tenía relación. Todo cambió y la disciplina se convirtió para Haddi en una religión. La prueba: estas imágenes de su libro ‘Tahití Surf’. El mismo enclave de la mayor isla de la Polinesia Francesa será el escenario de las pruebas de surf de los Juegos de París.

Uno de los participantes en el Mundial de Surf que tuvo lugar en 2002 en Teahupo’o, donde se produce la ola izquierda que los surferos conocen popularmente como “el muro de las calaveras”.Michel Haddi

El día en que una lancha rápida, primero, y una moto acuática, después, acercaron al fotógrafo francés Michel Haddi a pocos metros del lugar donde explotaba una ola de varios metros de altura en Teahupo’o (Tahití), todo cambió en su vida. Haddi, que guardaba una personalísima relación con el mar tras haber practicado el submarinismo desde que tenía nueve años, descubrió un mundo que le había sido ajeno hasta entonces. “El surf es mi religión”, sostiene d...

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El día en que una lancha rápida, primero, y una moto acuática, después, acercaron al fotógrafo francés Michel Haddi a pocos metros del lugar donde explotaba una ola de varios metros de altura en Teahupo’o (Tahití), todo cambió en su vida. Haddi, que guardaba una personalísima relación con el mar tras haber practicado el submarinismo desde que tenía nueve años, descubrió un mundo que le había sido ajeno hasta entonces. “El surf es mi religión”, sostiene desde aquel viaje inolvidable, “una forma de ser muy inspiradora, mucho más que un mero deporte”. Durante dos semanas, esta estrella de la fotografía de moda, cine y música, que había viajado a miles de kilómetros para retratar allá a la actriz y modelo Linda Hardy, se incrustó en la vida diaria de los surferos de Teahupo’o, donde casualmente se celebraba el Mundial de la especialidad, con el estadounidense Kelly Slater como gran reclamo. Haddi considera que allí encontró “el jardín del edén”. “Algunos consideran que surfear es algo semejante a meditar…, mientras no te creas Buda encima de una tabla y entre olas, claro”, explica Haddi. Y ahora, cuando el surf está a punto de convertirse por segunda vez en disciplina olímpica (tras los Juegos de Tokio, ahora le llega el turno a los de París, cuyas pruebas tendrán lugar en Teahupo’o, Tahití, donde se produce una de las olas izquierdas más temidas por los surferos de todo el mundo), publica su propia biblia personal, Tahití Surf. ¿Arcángeles de piel bronceada surcando las olas en grandes tablas en busca de medallas? Se diría que así es. La religión del surf.

El estadounidense Kelly Slater, 11 veces campeón del mundo, en 2002 en Teahupo’o.Michel Haddi
El paraje de Fenua Aihere.Michel Haddi
Una flor típica de Tahití en el mercado de Papeete.Michel Haddi
Un empleado del hotel Bonjouir Lodge Paradise en Teahupo’o.Michel Haddi
Shea lopez, uno de los vigilantes que patrullaban en 2002 en el muro de las calaveras.Michel Haddi
Una flor en el mercado de Papeete.Michel Haddi
Un surfista local, en el Bonjouir Lodge Paradise.Michel Haddi
El Momo Bar, uno de los cuarteles generales de los surfistas que se dan cita en Teahupo’o.Michel Haddi


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