A la moda por el ‘streaming’: actrices y marcas de lujo, un amor prolífico
Las plataformas audiovisuales se han convertido en la cantera favorita del negocio del lujo, que ha encontrado en las actrices de las series de éxito el reclamo perfecto para dar visibilidad a su discurso y ganar el favor de los consumidores más jóvenes que exigen diversidad e inclusión
No había pasado ni una semana del estreno de la cuarta temporada de The Crown, en noviembre de 2020, y los tabloides británicos ya cifraban el talento de Emma Corrin en más de cinco millones de euros. Y eso solo para la moda. La actriz, a punto de cumplir 25 años, era entonces una perfecta desconocida incluso entre sus paisanos (apenas tres papeles secundarios por todo currículo), pero fue meterse en la piel de la casadera lady Diana Spenc...
No había pasado ni una semana del estreno de la cuarta temporada de The Crown, en noviembre de 2020, y los tabloides británicos ya cifraban el talento de Emma Corrin en más de cinco millones de euros. Y eso solo para la moda. La actriz, a punto de cumplir 25 años, era entonces una perfecta desconocida incluso entre sus paisanos (apenas tres papeles secundarios por todo currículo), pero fue meterse en la piel de la casadera lady Diana Spencer y dispararse su popularidad a escala planetaria. De cero a cien en lo que dura un capítulo de la serie de Netflix. Le llovieron los premios, incluido un Globo de Oro. Y los contratos de lujo. En 2021, protagonizaba su primera campaña como imagen de Miu Miu, fotografiada por Steven Meisel. Ya lleva tres. El pasado marzo, cerraba el desfile de la colección otoño/invierno 2023-2024 de la otra marca de Miuccia Prada. Como modelo estelar.
“Emma se ha convertido en un magnífico activo publicitario en muy poco tiempo. Sus agentes deben de estar recibiendo ofertas por decenas de millones de dólares. Su edad, presencia y habilidad camaleónica para lucir todo tipo de looks suponen un gran atractivo”, concedía a The Mirror el consultor de imagen Brodie Cooper, experto de la agencia estadounidense PRrppd al que siempre tiran de la lengua en estos casos. “Como Diana de Gales, Emma tiene su propia personalidad para vestir, que es lo que me emociona de trabajar con ella”, decía por su parte Harry Lambert, su estilista de cabecera, el mismo que consiguió que las firmas de prêt-à-porter exclusivo se peleen por Harry Styles. Ahora le toca a ella: de Richard Quinn y JW Anderson a Valentino y Chanel, pasando por Ralph Lauren y, claro, Miu Miu (su aparición luciendo el conjunto de chaqueta de punto y braga verde fue uno de los titulares más sonados de la reciente Mostra de Venecia), todo el mundo en el negocio del lujo quiere algo de Corrin.
Con una audiencia milmillonaria como nunca en la historia, y sumando (a pesar de la pérdida de suscriptores en ciertos casos, las plataformas de vídeo a la carta/bajo demanda aumentaron sus visualizaciones un 14% globalmente en 2022, según el último informe de la consultora especializada Conviva), resulta evidente por qué las nuevas estrellas de la televisión en streaming lo son también de la moda. El alcance superlativo de sus presencias, exponencialmente amplificado además por su dominio de las redes sociales, y el calado inclusivo de los shows en los que intervienen (el conjunto de estas plataformas ofrece la mayor representación LGTBIQ+ jamás vista en el medio, con 2.777 títulos a elegir, contabilizaba Nielsen a finales de abril) hacen de ellas las perfectas embajadoras de marca en tiempos de exaltación de la diversidad.
Con audiencias millonarias, las estrellas de la tele en ‘streaming’ son las nuevas supermodelos
El fenómeno de Corrin es, en ese sentido, proverbial: en 2021, vía Instagram, se declaraba queer y no binaria, siendo la primera persona que no se identifica con los convencionalismos de género —responde al pronombre elle— en alcanzar la portada de Vogue, en julio de 2022. Que la actriz se haya revelado asimismo como usuaria de binder, banda o camiseta compresora que disimula los senos, es antes una solución que un problema para no pocos diseñadores.
“Es nuestra heroína: una romántica, una joven que imagina su lugar dentro de sus diferentes fantasías”, referían en Prada al fichar a Hunter Schafer para su batallón de amigas de la casa hace un par de años. Modelo antes que actriz (en el catálogo de la agencia Elite desde 2018, ha desfilado para Marc Jacobs, Vera Wang, Maison Margiela, Mugler o Versace), las puertas del olimpo de la moda se le abrieron en realidad gracias a su personaje de Jules en la exitosa Euphoria de HBO+. Apeada de la pasarela, hoy es más de comparecer en las primeras filas de Milán, Londres y París, reclamada como icono de estilo por Marni, Burberry o Schiaparelli. Un triunfo de visibilidad en toda regla para la comunidad trans, a la que pertenece y se entrega en activismo. Para pisar tapete ceremonial, la estadounidense, que el 31 de diciembre cumplirá los 25, se deja hacer por Law Roach, el más influyente de los estilistas de Hollywood y artífice de la fenomenal imagen de la jefa de todo esto, Zendaya.
Imagen de campañas de Valentino y Bulgari, portavoz de Lancôme, embajadora de Tommy Hilfiger y, desde marzo, de Louis Vuitton, lo de la actriz y cantante afroamericana y la moda es un romance que viene de lejos, tanto que es posible remontarse a sus días de estrella de Disney preadolescente. En 2014 puso rostro a aquella efímera etiqueta de moda de Madonna, Material Girl, y dos años más tarde se lucía anunciando Michael Kors mientras experimentaba ella misma como diseñadora de zapatos. Pero, de nuevo, no fue hasta que el streaming llamó a su puerta para protagonizar Euphoria que consolidó su estatus de favorita del negocio del vestir, con una ubicuidad que no se conocía desde los días de Sexo en Nueva York (campanazo seminal de HBO) de Sarah Jessica Parker. Su empeño en arriesgar y no aburrir en la alfombra roja y los minieditoriales fotográficos que se marca en Instagram avalan su dedicación. Sus campañas en pro de una mayor representación de las mujeres racializadas son música a oídos de la actual industria indumentaria, que, para el caso, las sigue prefiriendo tan televisivas como blancas.
Jodie Comer, de Killing Eve a Loewe. Julia Garner, de Ozark a Gucci. Millie Bobby Brown, de Stranger Things a Calvin Klein y Louis Vuitton. Úrsula Corberó, de La casa de papel a Jacquemus. Ester Expósito, de Élite a la Semana de la Moda milanesa como influyente. Y, ahora mismo, Bella Ramsey, la actriz también británica y no binaria (descubierta a los 13 años en Juego de tronos) revelación de The Last of Us, que en marzo asistía a su primera Semana de la Moda de París invitada por Dior y en mayo saltaba directamente a la arena de la gala del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York, la del homenaje a Karl Lagerfeld, de la mano de Thom Browne, su valedor en las alfombras rojas a instancias del estilista Fabio Immediato (que trabaja además con Pedro Pascal, su coprotagonista en la serie de HBO+). El patrón es claro.