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Por Navarra, a golpe de pedal

Rutas de BTT, carreteras sin apenas tráfico, Vías Verdes para toda la familia o tramos de enduro más exigentes. Un viaje en bici por el norte nunca defrauda

Una pareja descansa en un alto de la reserva natural de Larra-Belagua, en el Pirineo navarro.
Una pareja descansa en un alto de la reserva natural de Larra-Belagua, en el Pirineo navarro.Javier Campos

Pocas veces un territorio relativamente pequeño en extensión –aunque enorme en todos los sentidos– ha ofrecido tanto a los amantes de la bicicleta. Hasta 3.000 kilómetros de sendas y rutas, que se dice pronto, atraviesan el interior de Navarra. Itinerarios repartidos en cientos de caminos señalizados para todos los niveles, familias incluidas, que son ideales para descubrir la naturaleza, la cultura y la gastronomía del destino con mayor calidad de vida de España.

La variedad climática de la región ha perfilado paisajes repletos de contrastes. Los bosques, valles, foces, cascadas y cuevas se suceden por el Pirineo. Estos parajes verdes y húmedos dan paso a campos de cereal, lagunas y viñedos a lo largo de la Zona Media. Ya en el sur, llano y repleto de huertas, emerge el paisaje desértico más septentrional de Europa, las Bardenas Reales. Durante el pedaleo, el turista contemplará de cerca un patrimonio arquitectónico en el que los caseríos encalados y las casonas de piedra tradicionales se entremezclan con castillos, monasterios e iglesias medievales, muchas de ellas en pleno Camino de Santiago, que entra desde Francia por Roncesvalles. Lo mejor para no perder detalle es apearse (cuando toque) de la bici y pasear sin reloj por las calles y plazas de esas localidades.

Uno de los tramos en bicicleta por la Vía Verde del Plazaola.
Uno de los tramos en bicicleta por la Vía Verde del Plazaola.Javier Campos

Para reponer fuerzas y saborear las delicias que se cocinan en esta tierra, la oferta de restaurantes es generosa. En sus platos no faltan verduras; carnes, con el chuletón y las costillas de cordero en lo más alto del podio; hongos; quesos y vinos; postres de leche como la cuajada y los canutillos... Con las pilas recargadas, el camino siempre es más llevadero. No hace falta tener el nivel de Miguel Induráin, un navarro universal, para disfrutar de un deporte que aquí cuenta con 2.000 kilómetros de BTT, hasta cinco Vías Verdes para completar en familia, enduro para los más valientes, carreteras secundarias en buen estado (y sin masificaciones), tramos del itinerario EuroVelo... Otra opción seductora es participar en algún paseo guiado por profesionales del pedal o apuntarse en cualquiera de los eventos ciclistas que se celebran en estas fechas, cuando el calor aún no aprieta. El Club Navarra en Bici permite planificar este viaje sobre dos ruedas, y contratar de forma cómoda del alojamiento a los restaurantes, actividades, servicios y rutas.

visitnavarra.es

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