Bruce Lee, ‘mochis’ y fideos artesanales en 13 nuevos restaurantes asiáticos de Madrid

Un recorrido por céntricos locales de la capital donde se pueden degustar exóticos platos de seis países diferentes: China, Corea, India, Japón, Líbano y Vietnam. Para chuparse los dedos

Uno de los platos del restaurante chino Hunan, en Madrid.Carlos Marques

Un puñado de restaurantes y otros locales de cocina oriental brotaba como las setas en los aledaños de la Gran Vía madrileña poco antes de la pandemia. Hoy, unos resurgen y otros se estrenan. Y el fenómeno impregna medio Madrid. Se encuentran en avenidas, callejones e incluso en algún mercado de la capital. Sorprenden con clásicas elaboraciones autóctonas y modernos exper...

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Un puñado de restaurantes y otros locales de cocina oriental brotaba como las setas en los aledaños de la Gran Vía madrileña poco antes de la pandemia. Hoy, unos resurgen y otros se estrenan. Y el fenómeno impregna medio Madrid. Se encuentran en avenidas, callejones e incluso en algún mercado de la capital. Sorprenden con clásicas elaboraciones autóctonas y modernos experimentos donde cabe también la cocina fusión.

Recorremos 13 nuevos enclaves y sus aledaños con seis cocinas del mundo como protagonistas: las de China, Corea, India, Japón, Líbano y Vietnam, en un céntrico tour. Con sus más y menos, hay vida más allá del ramen.

China: entre vapores y lubinas

1. Hunan

Una de las especialidades del restaurante chino Hunan, cerca de la Gran Vía madrileña.Carlos Marques

En Madrid se cuentan por cientos los locales de cocina internacional. Prueba de ello son las múltiples webs y aplicaciones de reservas y críticas gastronómicas. Los restaurantes chinos acaparan gran parte de la oferta, y no solo en el barrio de Usera, donde abundan. La variedad de su gastronomía y sus coloridos platos vuelven a atraer todas las miradas. Estamos en el TriBall, la céntrica zona que se esconde a un dorsal de la Gran Vía conocida por su regeneración urbana y su amplia gama de locales alternativos. En 2018, abrió al inicio de la calle de la Ballesta Hunan, un restaurante de público diverso, adornado en su interior con mimbres y papel pintado, que se aleja del concepto más comercial. Es conocido por reproducir una de las ocho cocinas chinas regionales. Los amantes del picante y los fieles a los aromáticos encontrarán aquí formas de deleitarse. Incluso los atrevidos con alguna rareza, como rana o intestino de cerdo. En la carta hay refinadas propuestas como coliflor orgánica a la cazuela o gambas vaporizadas con fideos de patata dulce, que se sirven en tarteras tradicionales. Además, versiones de estofados, ahumados, fritos, braseados… Cerca, y también en la onda milenaria, queda el restaurante de Sichuan (Caballero de Gracia, 8).

Dirección: calle de la Ballesta, 4. Menú: desde 30 euros.

2. Lanzhou Beef Noodles

Tallarines artesanos del restaurante chino Lanzhou Beef Noodles, en Madrid.LANDIS LIANG

La gastronomía asiática es habitual en la oferta culinaria de la parte más céntrica de la ciudad, con gran número de establecimientos de comida rápida. Rumbo a un vecino callejón de película en esta intrincada zona, y frente a la famosa izakaya Hattori Hanzo (Mesonero Romanos, 17), se esconde Lanzhou Beef Noodles, un diminuto local con apenas 10 mesas y un año de vida que registra colas en horas punta. Al fondo, el chef amasa las tiras de fideos en la cocina vista, antes de vertirlas en ollas humeantes. Lo que triunfa aquí son los tallarines con ternera de Lanzhou. Cada 10 platos, con vistas al negocio, dan uno gratis.

Dirección: travesía Horno de la Mata, 5. Tallarines Lanzhou: 7,50 euros.

3. Kung Fu

Interior del restaurante chino Kung Fu.

Los olores y sabores de la cocina oriental, encuadrada mayormente en el continente asiático, suponen un reto para los paladares extranjeros. Con el fin de adaptarse a ellos, surgen los intentos de fusión, como con la gastronomía española. Dejando a un lado la remodelada plaza de Soledad Torres Acosta, y algún hito como el portentoso chino El Buda Feliz 1974 (Tudescos, 5), se encuentra otro enclave vecino que cierra un triángulo sobre el mapa para amantes de lo exótico. Tomamos una calle anexa para adentramos en Kung Fu, otro local auténtico con suelo de ajedrez que luce al fondo una silueta de un Bruce Lee cocinero, empuñando una espumadera y una sartén.

Por su decena de mesas, es habitual ver a patriotas autóctonos sorbiendo con palillos ante un bol. El servicio es mandarín, aunque en esta ocasión se inspira en recetas de la provincia de Guizhou (rival de Hunan y Lanzhou). Son expertos en lubinas al estilo chino que sirven en bonitas cerámicas y se riegan con cerveza Tsingtao. Cocinan clásicos como el cangrejo kung fu o el pato de Pekín a la naranja. También merecen la pena sus sopas agripicantes. Entre los dulces, encontramos el clásico mochi japonés o el tapioca con leche de coco y mango.

Dirección: calle Luna, 12. Menú: 20-25 euros.

Corea: pollo frito y ‘dumplings’

4. Mama Uma

Restaurante coreano Mama Uma, en el interior del Mercado de Barceló.

De China a Corea, y de Callao a la vecina zona de Tribunal, donde nos colamos en el interior del Mercado de Barceló. Arriba, al final de la escalera mecánica, recibe Mama Uma, una barra de cocina coreana con público familiar, que llena a media tarde. “Corea está de moda, aunque su gastronomía sea desconocida”, confiesa Gonzalo Torres, de 39 años, su espigado dueño amante de los superalimentos y, según él, de “un país agreste para el turista”. Regresó hace dos años a España para abrir este negocio con tres platos básicos, a precios asequibles: bibimbap (de arroz, carne y verduras), KFFC (pollo frito) y dumplings, una suerte de empanadillas. Para beber, ofrece vinos de ciruela o arroz. La fórmula de puesto gastronónico en un mercado funciona aún mejor en el vecino Mercado de San Ildefonso (Fuencarral, 57), y un genuino corner como Akma Fusión, donde sirven tenera bulgogi y platos de kimchi bajo la luz rojiza de un neón.

Dirección: Mercado de Barceló (Barceló, 6). Desde 4,90 euros.

India: cinco niveles de picante

5. Masala Darbar

En los años setenta y ochenta del pasado siglo comenzaron las primeras incursiones de cocina internacional en Madrid, y triunfaron entre otros el ya desaparecido chino Zhou Yulong, en el parking de plaza de España. También, los japoneses Musashi (Conchas, 4), el famoso japotalego de Santo Domingo, y Donzoko (Echegaray, 3), en el Barrio de Las Letras. En esta última zona es buena idea sondear una de las cocinas más populares: la hindú, que no solo ha tenido siempre éxito en el cercano barrio de Lavapiés. Desde 2021, Masala Darbar invita a una aventura envolvente en el desierto con paredes que simulan dunas, aunque sus dueños son de Bangladesh. Por sus mesas circulan elaborados platos con hasta cinco niveles de picante y atención a los alérgenos. En su delicioso repertorio no hay cerdo, pero sí panes de queso o cebolla, arroces como el basmati, pescados diversos, verduras, ternera y los populares chicken tandoori (un plato de pollo especiado) o lamb balti (de cordero con curri). Además, hay otras propuestas vegetarianas: “Lo veggie siempre funciona”, asegura Farhan Rasel, uno de los socios de local. La mitad de sus clientes son ingleses; la otra, españoles que buscan “cocina más ligera”. Quizás, tan liviana como la japonesa.

Dirección: calle Huertas, 53. Menú degustación: 21,50 euros.

Japón: entre ramen y farolillos

6. Art & Sushi

Barra del restaurante japonés Art&Sushi, un local donde también se organizan exposiciones temporales.

En Madrid la variedad de cocina internacional es mayormente asiática y latina. En mitad de todo, los japoneses triunfan. Se aprecia en cualquier rincón, incluso en el noble bulevar de Carranza, contenido entre las céntricas glorietas de Bilbao y San Bernardo. Aquí se encuentra Art & Sushi, un local de cocina-fusión con mesas bajas y muestras de arte temporales. Al otro lado de la barra, afanados chefs trabajan cortes de sushi, nigiris, temakis… También preparan langostinos en tempura, baos rellenos y ceviches que se sirven entre copas de vinos blancos y cavas. Como contrapunto, en el vecino La Uramakería (Manuela Malasaña, 3) elaboran combos de sushi en envases para compartir y llevar o repartir a domicilio.

Dirección: calle Carranza, 9. Menús: 15,30 o 45 euros.

7. Balón Tokio

Las bolitas de harina típicas de Osaka, llamadas 'takoyakis', son protagonistas del restaurante japonés Balon Tokio.

Bajamos a la popular zona de Atocha para visitar Balón Tokio, el local de Ryuta Ichinohe. ¿Qué llevó a este japonés de 29 años a cambiar Tokio por Madrid? Esencialmente, darle popularidad a sus famosas bolitas de harina típicas de Osaka o takoyakis. Comenzó en un tugurio junto a la calle de Huertas con tres mesas, una barra y un grifo de cerveza Asahi, donde ofrecía sus bolas rellenas de pulpo, verduras y jengibre. Ahora, ha replicado el negocio con una tienda tamaño ascensor y una máquina expendedora de pedidos. Para crearlas, vierten una masa en planchas con forma de hueveras y las moldean con punzones, y después se sirven con salsas (japonesa, queso, chili, sésamo…). También están los onigiri (bolitas de arroz) y los dorayakis (tortitas dulces). Para beber, hay sake de ciruela y té verde. Ostentan un récord: crear 600 bolitas para un evento celebrado en la Embajada de Japón en la capital.

Dirección: calle Echegaray, 29 y Tortosa, 6. ‘Takoyakis’: 6 unidades, 6,50 euros.

8. Igo Ramen

Los farolillos japoneses y la estética manga destacan en el local de gastronomía japonesa Igo Ramen.

De regreso a los aledaños de la plaza de Callao, se encuentra otro nuevo local digno de Lost in Traslation, la película de Sofia Coppola que se adentraba en los karaokes de Tokio. En Igo Ramen triunfan el ramen y el karaage (pollo rebozado), suenan sintonías niponas, lucen farolillos japoneses sobre las mesas de madera y la barra y las servilletas están decoradas con dibujos de manga. Tienen otro local muy tokiota en la calle Tudescos, con eslóganes en leds y camareras vestidas como geishas. Otro japonés cercano es Kaiten Sushi (San Bernardo, 10), con un bufé giratorio.

Dirección: calle Navas de Tolosa, 9 y Tudescos, 4. Menú: desde 12,95 euros.

9. Kippu

'Sukiyaki', del restaurante japonés Kippu, en el barrio de Salamanca. ALBERTO T.

Lo que lleva a muchos a visitar un restaurante asiático es, posiblemente, la idea de vivir una experiencia diferente. Tras un recorrido por el centro, nos asomamos al barrio de Salamanca. En un viaje en el tiempo, llegamos a un local de ladrillo visto que contrasta pasado y presente. En Kippu reciben unos cubos iluminados sobre la barra y apetitosas bandejas de medio metro con crujientes Tempura Rolls, Miso Maguro Uramaki o el famoso trío gunkan: tres piezas genuinas de solomillo, pez mantequilla y atún toro. Conviene rematar con un cóctel de sake, entre el puntual famoseo. A dos pasos está Tora (Padilla, 5), restaurante de alta cocina nipona.

Dirección: calle General Pardiñas, 70. Menú degustación Keiken: 50 euros.

10. Tori-Key

Plato de 'tsukune' del restaurante japonés Tori-Key.

Hiroshi Kobayashi es otro vivaz emprendedor originario de Tokio, de 44 años y cerca de 10 de ellos vividos en España. Su fuerte es el pollo de corral gallego con el que elabora sus yakitori, brochetas japonesas. En la carta de Tori-Key no hay sushi ni ningún tipo de pescado crudo, porque ha apostado por la especialización en carnes. Para ello, utiliza la parrilla al carbón. Asegura no usar glutamato (un potenciador del sabor) ni colorantes. Recomienda el tsukune, su plato estrella: una delicada brocheta de picadillo de pollo que se moja en una yema de huevo cocida a baja temperatura. Además, elabora gyozas, rollitos, edamame y postres como la torrija de té verde con helado de vainilla. Kobayashi pasó por El Chaflán y Miyama, y hoy regenta su exclusiva taberna cerca de la calle Santa Engracia.

Dirección: plaza Descubridor Diego de Ordás, 12. Desde 45 euros.

11. Umiko

Los cocineros del restaurante japonés Umiko, en Madrid: Juan Alcaide y Pablo Álvaro Marcos (a la derecha).

Las brochetas yakitori del chef Alberto Chicote y la cocina de fusión japonesa de Ricardo Sanz abrieron paso a la innovación culinaria en el sector. Desde entonces, la dinámica no ha cesado. Juan Alcaide y Pablo Álvaro Marcos son un dúo de cocineros curtidos en los fogones madrileños que han cosechado un Sol Repsol con su nuevo restaurante Umiko, a un paso del Congreso de los Diputados. En su salón y sobre la barra futurista sirven exquisiteces de cocinas de Oriente y Occidente, como el ramen de carabinero o los nigiri de paella. En la misma calle han abierto Umiko Bake, una pastelería que fusiona dulces patrios y japoneses.

Cocina del restaurante japonés Zuma, en la madrileña plaza de Colón.

Algo más allá, hacia la plaza de Colón, también se ha estrenado Zuma, en el antiguo Hard Rock Café. Es una sucursal de la cadena, con sendas barras de sushi y robata, música house y ambiente moderno. Algo más allá quedan Sibuya (Ibiza, 33) y Casa Srito (Marqués de Riscal, 6).

Dirección: calle Los Madrazo, 6. Desde 85 euros.

Líbano: Beirut en la mesa

12. Mune

Imagen de diversos platos del restaurante libanés Mune, en Madrid.

Cruzamos la calle Alcalá para adentrarnos en el barrio de Chueca. Está visto: cada zona atesora su oferta. Entre el gentío, los mil y un bares, tiendas de moda y galerías de arte, la diseñadora libanesa Dalia Nahas ha recreado un local de ladrillo visto en forma de taberna libanesa. Mune luce sólidas cerámicas de Beirut y sirve delicias como la colorida ensalada Fatush o el Kafta Bitahini, un plato de albóndigas de cordero con salsa tahini y arroz basmati. Hay mezzes vegetarianos para compartir, y también se comparte la robusta mesa central. Ofrecen solomillo a la parrilla, postres y vinos libaneses. Y brunch los sábados (de 11.00 a 13.00). Se han estrenado con otro bonito local en la calle del Prado, en el barrio de Las Letras.

Dirección: calles Pelayo, 57 y Prado, 3. Desde 30 euros. ‘Brunch’: 20 euros.

Vietnam: rollitos y adaptaciones

13. Vietnam

Imagen de diversos platos del restaurante vietnamita Vietnam.

Finalizamos el recorrido sobre la céntrica calle de Huertas, en un barrio que encierra sus sorpresas, como Yugo The Bunker (San Blas, 4), con una estrella Michelin desde 2019, que recrea un búnker de la II Guerra Mundial. Los dueños vietnamitas del también auténtico restaurante Vietnam pusieron el huevo hace hace nueve años, pero ahora se renuevan ofreciendo su repertorio también a domicilio. Sirven cocina tradicional entre bonita artesanía y exótico papel pintado. Aquí mandan los rollitos en todas sus variedades y los platos vegetarianos, como el Bun bo Nam Bo Chay, con base de tofu. Hacen adaptaciones con solomillo, secreto ibérico o zamburiñas. Y presumen de que sus clientes son en un 80% españoles. Nada como soñar viajando sobre un plato.

Dirección: calle Huertas, 4. Menú: desde 13,90 euros.

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