Quizás 2011, un bolero inspirador

Que el vino es la pasión del ingeniero informático Jesús Peña, tercera generación de los Maguila, como se conocía a su abuelo cacereño, queda claro con solo echar un vistazo al nombre de sus vinos: Angelitos Negros, Cachito Mío, y Quizás, rendido homenaje al bolero. Tres tintos, joven el primero, roble el segundo, y de larga crianza el tercero, que tratan de trasmitir la cadencia nostálgica de las populares canciones que los identifican. Una opción que tiene mucho de complicidad familiar, y un poco de afán por salirse de la norma.

La joven bodega de Jesús Peña, inaugurada en 2013, cuent...

Que el vino es la pasión del ingeniero informático Jesús Peña, tercera generación de los Maguila, como se conocía a su abuelo cacereño, queda claro con solo echar un vistazo al nombre de sus vinos: Angelitos Negros, Cachito Mío, y Quizás, rendido homenaje al bolero. Tres tintos, joven el primero, roble el segundo, y de larga crianza el tercero, que tratan de trasmitir la cadencia nostálgica de las populares canciones que los identifican. Una opción que tiene mucho de complicidad familiar, y un poco de afán por salirse de la norma.

La joven bodega de Jesús Peña, inaugurada en 2013, cuenta con algunas viñas muy viejas, plantadas en vaso, de la Tinta de Toro, adaptación epigenética a las tierras zamoranas de la versátil Tempranillo. Y el asesoramiento técnico de Pepe Hidalgo, una garantía enológica.

Con tales mimbres es fácil que el resultado sea tan emocionante como los boleros inspiradores. Particularmente este Quizás 2011, que sabe conjugar corpulencia y frescura, sustancia y ligereza, en un concepto de vino de Toro que huye de la rusticidad para ofrecer una fruta densa, madura, de especias y tostados, con el toque de las hierbas aromáticas y hojarasca de bosque. Sabroso, tánico, con una carga frutal que danza ágil en la boca, antes de disiparse. Una promesa cumplida.