9 fotosIrse (a dormir) por las ramasIrse (a dormir) por las ramas 03 ene 2011 - 15:27CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceRamas y más ramas. Solo unos ojos de buey dejan pasar la luz. "Los nidos son refugios introvertidos", defiende Bertil Harström. "Quería que el huésped se sintiera como un pájaro". Para reforzar esa sensación, la escalera se pliega automáticamente después de subir. Este nido es una de las cinco habitaciones que los dueños encargaron a destacados arquitectos suecos. Consigna: libertad absoluta. Solo comparten un estándar de tamaño y seguridad. Así, el equipo Tham & Videgard sorprendió con un cubo de cristal (ver en portada). Lo próximo, ¡una capilla colgante! Estos pinos junto al río Lule, a 60 kilómetros del Círculo Polar Ártico (con calefacción), se protegieron con una estructura de metal. Interiorismo de diseño... sin agua corriente. Precio: 420 euros la doble, bufé incluido. www.treehotel.seCubo de cristal de los arquitectos Tham & Videgard en el Treehotel (Suecia)LINDMAN PHOTOGRAPHYEstas siete cabinas (arriba, la sauna) con vistas a una cascada se apoyan en pilares de acero de apenas un centímetro de grosor. "Son como agujas, acupuntura sobre la roca", explica el arquitecto Jan Olav Jensen. Así no dañan un bosque protegido en el que ni siquiera podían meter máquinas. "Usé materiales ligeros porque había que cargarlos 100 metros andando". Para integrarse en el entorno, se abrieron grandes ventanales sin cortinas, la madera interior se pintó de negro y la exterior se envejeció con vitriolo de hierro. Solo alojan en verano. Desde 155 euros. www.juvet.comJENSEN / SKODVINTony Wilson pasó la infancia en un bosque. Después ejerció de abogado, hasta que en 2002 compró una granja de 60 hectáreas con una arboleda de manukas (y olivos: vende su aceite). Junto a sus hermanos arquitectos diseñó estas cinco cabañas con jacuzzi, DVD, chimenea... y balcón a la bahía de Mangamanu, destino surfero. "Importamos las ventanas de Alemania y los colchones de Suecia, pero fabricamos los muebles", presume. El capricho cuesta 400 euros la doble. www.hapukulodge.comHUSSIEN BURRACuelgan de cables de acero anclados al duramen (parte seca del tronco) de varios abetos. Como ramas artificiales. "Tienen que balancearse con el viento, si hicieran resistencia dañarían el árbol", repite Manu Grymonpré, dueño de diez cabañas en el macizo de Las Guillerías. Amplias y con terraza, carecen de luz (salvo una linterna y unas velas) y agua. Las proyectó el propio Grymonpré, mecánico, con el arquitecto Jordi Bernuz. La estructura se revistió de castaño sin barnizar. Y les puso nombres de pájaros, como pit roig (petirrojo). Desde 77 euros. www.cabanesalsarbres.comSe llaman Eryn, Eve y Melody: tres habitáculos con forma de avellana (o melocotón) construidos desde 1997 por el carpintero Tom Chudleigh. "Como hasta las puertas son curvas, no se pueden comprar... tuve que fabricarlo todo", cuenta por teléfono. Cada una costó 120.000 euros y dos años de trabajo. Se sustentan con cables (en la más pequeña, Eve, el dueño aconseja que los huéspedes no tengan sobrepeso, por si las moscas). El interior mide menos de tres metros de ancho. ¿A cambio? El silencio de tres hectáreas de bosque ("el más barato de alquilar") a un par de horas de Vancouver. No tienen baño, pero sí equipo de música. Cuestan de 100 a 150 euros, sin desayuno. www.freespiritspheres.com"Se inspira en una luciérnaga y una crisálida", comenta su arquitecto, Peter Eising, "... aunque también en una cebolla". Este símil más cotidiano describe bien su estructura en capas. La espiral de tablillas de pino y álamo soporta a 20 personas y se sostiene con arneses de acero sobre una secuoya joven. La cocina y los baños están en tierra. Construida en solo cuatro meses como campaña publicitaria de Yellow (las páginas amarillas), sirvió de restaurante en 2009. Plato estrella, la fondue de queso. Ahora ha cerrado temporalmente para tramitar unas licencias. ¿Lo bueno? Podría desmontarse y llevarse a otro bosque sin causar impacto ambiental. www.yellowtreehouse.co.nzEstas siete cabinas (arriba, la sauna) con vistas a una cascada se apoyan en pilares de acero de apenas un centímetro de grosor. "Son como agujas, acupuntura sobre la roca", explica el arquitecto Jan Olav Jensen. Así no dañan un bosque protegido en el que ni siquiera podían meter máquinas. "Usé materiales ligeros porque había que cargarlos 100 metros andando". Para integrarse en el entorno, se abrieron grandes ventanales sin cortinas, la madera interior se pintó de negro y la exterior se envejeció con vitriolo de hierro. Solo alojan en verano. Desde 155 euros. www.juvet.comJENSEN / SKODVIN