20 fotosBerlín con 'spray'Berlín con spray 27 jul 2010 - 10:53CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceElvis revive en la entrada de un portal de Hussenmannstrasse, antiguo Berlin este. Las calles que alojaron el rodaje de 'La vida de los otros' conforman hoy un tranquilo y encantador barrio residencial, Prenzlauer.J. PASTOREl sórdido pasado de Berlín permanece visible: quedan estragos de metralla en algunas fachadas. Pintada de Grosse Hamburguer Str., en el barrio judío, a un paso de la Sinagoga y el cafe-museo... ¡de los Ramones!.J. PASTORBalcón hacia Oranienburger Strasse desde el interior de Tacheles, símbolo del movimiento okupa y testigo (protegido) de los locos años 90 de Berlín. La caída del muro desató una corriente alternativa en múltiples dimensiones y este edificio semiderruido acogió a numerosos artistas contracorriente. Hoy, cuando la sombra del desalojo planea sobre su destartalado y recargado interior, es un atractivo turístico más en el céntrico barrio de Mitte.J. PASTOREl patio de Tacheles es un lugar sorprendente. Una furgoneta-bar atiborrada de 'grafitis', un taller de soldadores con vocación artística y exposición permanente, mezcla de 'rastas' y trajes de etiqueta en la terraza veraniega del mítico bar Zapata (no marcharse sin echarle, al menos, un vistazo) o este rincón semioculto donde el omnipresente 'spray' compone un desnudo femenino.J. PASTORImposible no reparar en semejante diseño, visible desde el patio de Tacheles. Al menos, para el viajero patrio. Una anécdota reseñable más antes de abandonar este centro alternativo que vaga entre la decadencia y la incertidumbre: la cesión gratuita del inmueble ha expirado y el fondo bancario propietario presentará a finales de mes una petición judicial de desalojo.J. PASTORNo solo de conceptualidad vive el 'grafitero'. Esta excelente dosis de brocha y creatividad al servicio de un reclamo publicitario, en pleno año mundialista, resulta visible desde la céntrica Friedrichstrasse, en Mitte. Eso sí, en Suráfrica el 'jogo bonito' vistió de rojo.J. PASTORLa fachada del fondo, de generosas proporciones, se avista desde un punto neurálgico de la ciudad: el puente Oberbaumbrücke. Paso fronterizo sobre las aguas del río Spree en tiempos del Muro, fue restaurado tras la caída de éste con un nueva sección central diseñada por Santiago Calatrava. Dos días después de tomarse esta foto se celebraba una fiesta de dudosa legalidad bajo la corbata de tan 'elegante' mural: un helicóptero de la Polizei sobrevolaba el lugar.J. PASTORUna escueta ráfaga de aerosol blanco señala la fecha y el lugar sobre uno de los muros de Oberbaumbrücke, puente que arrastra dramáticos recuerdos. En mayo de 1975, en la cercana ribera Gröbenufer, entonces Berlín oriental, Cetin Mert, de cinco años de edad, murió ahogado al caer al río Spree: los soldados de la RDA prohibieron su rescate tanto a transeúntes como a los bomberos de Berlín Occidental. En otoño de ese mismo año se firmó un tratado para acciones de socorro en aguas fronterizas.J. PASTORPara una inmensa mayoría resulta sencillo identificarse con el mensaje de esta gigantesca fachada, en Mülhenstrasse 13. Berlín seduce, así de fácil. Por muchos motivos y, especialmente, por su ambiente, algo tan intangible como concreto. Tan fascinante demostración de lo vivo, permitido y fomentado que está el arte urbano en las calles de Berlín, rivaliza con otro emblema cultural: la East Side Gallery, justo en la acera de enfrente.J. PASTORSe dice que somos lo que comemos y jamás el dicho fue tan cierto, aunque sea un ejemplo algo escabroso. El tamaño en Berlín no importa si hablamos de pintura urbana: del 'grafiti' testimonial a una pintada de formato medio. O ya que nos ponemos, la fachada entera. Este monstruo 'comehumanos' acecha al cruzar el puente Oberbaumbrücke hacia el oeste.J. PASTOREn pocos meses desde de su caída (noviembre de 1989) el Muro de Berlín prácticamente desapareció. Con tal saña se empleó la población berlinesa contra su odiado cemento gris. De sus más de 40 kilómetros originales apenas se conservan algunas franjas, que son ahora Monumentos históricos protegidos. El tramo más lustroso se estira kilómetro y pico en Mülhenstrasse y acoge los murales pintados por un centenar de artistas internacionales que integran la conocidda East Side Gallery.J. PASTOREl original fue pintado en 1989. Más de veinte años después, el artista ruso Dimitri Vrubel renovó esta emblemática obra mural que recrea el histórico beso entre Breznev y Honecker. 'El beso' es uno de los pocos supervivientes de la actual East Side Gallery. Esta peculiar galería, expuesta sobre el cemento original del Muro, fue renovada con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de su caída, pero respetó y remozó algunas de sus piezas más renombradas.J. PASTOREntre el centenar de artistas que firman los murales de la East Side Gallery, se han respetado los testimonios anónimos (y no tan anónimos) de quienes han recorrido, admirándolo, este kilómetro y trescientos metros de historia y arte urbano.J. PASTORLas reacciones de los turistas ante los restos del Muro de Berlín en Mühlenstrasse son de lo más variopinto. Los murales de la East Side Gallery son testigos de saltos, piruetas, poses de anuncio y hasta carreras en toda regla. Todo por una foto diferente y original ante un Monumento histórico que también se aleja de lo convencional.J. PASTOREl fotógrafo se cuestionaba al disparar la instantánea si se encontraba verdaderamente ante una estrella del rock. No era tal la modelo, sino una turista más en busca de una pose rompedora en la capital europea de la modernidad. Como fondo, un Monumento histórico también atípico: el cemento original del Muro de Berlín, reconvertido en galería artística. Murales de la East Side Gallery, en Mühlenstrasse.J. PASTORLa entrada del Yaam resulta infranqueable con perros o botellas de cualquier tipo. Esta especie de centro lúdico-social alternativo cuenta con cancha de baloncesto, pista de voley-playa, servicio de alquiler de bicis, un 'half pipe' para los amantes del 'skate' y el consecuente chiringuito playero. Porque el Yaam, en Stralauer Plaze, también tiene playa, claro. El variopinto paisanaje no desmerece en absoluto.J. PASTORBerlín es territorio ciclista. La ciudad es plana, sus conductores sumamente cívicos y el carril bici se extiende por la mayoría de sus calles. Solo hay un grupúsculo que no lo respeta como debe: los turistas desacostumbrados a esa franja lisa y omnipresente en las aceras berlinesas.J. PASTOREl hombre más rápido (y vivo) también tiene su colorido espacio en una tapia berlinesa. Concretamente, en Stralauer Plaze, junto al río SpreeJ. PASTORElevado sobre una pequeña colina en Mauerpark, uno de los múltiples parques berlineses, se conversa otra franja original del Muro de Berlín. Chillones retazos de aerosol la decoran, lejos de las lindezas estéticas de Mühlenstrasse. Una versión más macarra para los restos de una tapia históricamente bipolar: fue el muro de la libertad a un lado y de la vergüenza al otro. Si se visita Mauerpark en domingo, su gigantesco mercadillo tiene mucho que curiosear.J. PASTORLa 'Topografía de los horrores', en Niederkirchner str., ubica otro emplazamiento histórico, no lejos del conocido y archifotografiado Checkpoint Charlie: restos de los sótanos de edificios como el Hotel Römer-bad (finales del XIX), que durante la dominación nazi acogieron el cuartel general de las temidas SS. El recorrido conserva una franja del Muro de Berlín en crudo, sin aditivos en forma de artíticos murales o grafitis de estridente colorido.J. PASTOR