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El colegio que obró el milagro de devolver vida a Fuentelfresno Un modelo de escuela rural alternativa, basada en educación activa, consigue atraer a familias a un pueblo casi deshabitado de Soria, que ha multiplicado su población gracias a este colegio. Los padres y padres piden ahora que la Junta de Castilla y León habilite un autobús para que más familias decidan llevar a sus hijos al centro y seguir así dándole visibilidad al pueblo La vida en el medio rural y la escuela con un modelo alternativo han seducido a las familias que han recalado en Fuentelfresno (Soria, 50 habitantes). En la imagen, una madre, Clara García, juega con tres niños en el arroyuelo que surca el patio del colegio. Nacho Izquierdo Los nuevos inquilinos del pueblo se han encargado de mejorar las infraestructuras y los recursos para que jueguen los niños. Además de lo que ofrece la naturaleza, han creado una casa-árbol que sirve como escenario cuando hacen conciertos o celebraciones culturales. Nacho Izquierdo Los residentes explican que han creado “una comunidad” que hace atractivo el municipio para quienes deciden abandonar la ciudad hacia una vida más tranquila. Por eso reclaman que el bus escolar de la Junta de Castilla y León vaya desde Soria hacia el pueblo y que los alumnos que viven allí puedan acceder más fácilmente al centro educativo. Nacho Izquierdo El pequeño Saúl tiene síndrome de Down y sus padres decidieron hace unos años apuntarlo en este colegio, donde han recibido cariño, comprensión y aprendizaje mutuo con los demás menores. En la imagen, el niño juega en una cuerda con un neumático del patio del colegio. Nacho Izquierdo La escuela nació hace casi 10 años con un modelo educativo revolucionario que tuvo que adaptarse a las exigencias de la Junta. Aun así, en las aulas los chavales aprenden con zapatillas de andar por casa y una educación casi personalizada que les permite un aprendizaje compartido y en el que lo natural y los talleres con los padres cobran importancia. Nacho Izquierdo Los adultos que viven en Fuentelfresno bromean con los comentarios que reciben por parte de quienes no entienden que hayan adoptado esta mudanza rural. Los llaman “estupendos”, “comunistas con piscina” o les preguntan si van desnudos por las calles. Ellos, desde funcionarios a arquitectos o ingenieros, defienden su decisión y notan la felicidad en los críos. Nacho Izquierdo Buena parte de los parques del pueblo o los juguetes los han conseguido mediante subvenciones o aportaciones de otros pueblos. El tobogán se encuentra junto a un pequeño rocódromo casero en el que los pequeños no paran de jugar o disfrutan en el recreo. Nacho Izquierdo Los niños no están “asalvajados”, explican los padres, simplemente tienen una vida alejada de tanto ruido y asfalto. También utilizan las tabletas electrónicas o los móviles, pero en general prefieren leer o disfrutar con sus amigos al aire libre. Nacho Izquierdo Uno de los parques de Fuentelfresno lo ha construido un arquitecto local, especializado en esa clase de edificaciones que tanto disfrutan adultos y menores. Al fondo, un mural elaborado por una pintora adorna una de las tapias casi abandonadas hace 20 años. Nacho Izquierdo Los habitantes se han organizado para convocar festivales musicales y culturales en verano, así como concursos deportivos o pruebas varias que atraen a la gente al pueblo. Una vez allí, descubren el tipo de educación que aplican con los jóvenes estudiantes y varios de ellos les preguntan por las opciones que hay para instalarse allí. Nacho Izquierdo Las actividades con las que los niños y niñas complementan las clases formales incluyen mirar pájaros o pasear por la zona para identificar plantas o flores. En la imagen, tres de los pupilos caminan por una de las calles de Fuentelfresno. Nacho Izquierdo Los adultos están “encantados” con las opciones que les ofrece esta localidad soriana. Su implicación ha conseguido multiplicar la población del lugar, casi deshabitado hace dos décadas, y creen que esta clase de sistemas educativos novedosos pueden ser replicados y ayudar a revitalizar el medio rural. Nacho Izquierdo El colegio, al fondo de la imagen, se ha convertido en el principal aval para atraer a más familias jóvenes a un pequeño pueblo de Soria. “¿Dónde íbamos a estar mejor?”, se preguntan los padres de esta nueva generación de Fuentelfresno. Nacho Izquierdo