16 fotosCampamento de inmigrantes en LepeEL PAÍS visita el asentamiento de chabolas en el que, según el relator de Derechos Humanos de la ONU, los temporeros viven como animales Paco PuentesLepe - 17 feb 2020 - 11:53CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceMohamed, un joven de Gambia que pidió asilo en Italia y ahora trabaja en el campo de Lepe, empuja el carrito con el que consigue llevar agua al asentamiento. La fuente más cercana está en una rotonda a dos kilómetros de distancia.PACO PUENTESLas comidas en el asentamiento son sencillas, a base de arroz y pollo, sobre todo. El compañerismo de los que trabajan es fundamental para que los que no consiguen un jornal no pasen hambre.PACO PUENTESLas chabolas están construídas con tres capas de palés, cartón y plásticos de invernadero, el agua se almacena en garrafas de herbicida y el retrete es al aire libre.PACO PUENTESLa bicicleta es un artículo fundamental para los habitantes de los campamentos. Con ella van a por agua, buscan empleo de plantación en plantación, recogen chatarra y transportan los materiales necesarios para completar sus viviendas.PACO PUENTESEl campamento tiene una única chabola con una especie de sumidero para lavarse. Los baños, generalmente, se toman al aire libre y con un cubo con agua recalentada en una olla.PACO PUENTESLos incendios son la gran amenaza de los asentamientos de temporeros y una chispa puede acabar con todo. En este asentamiento el fuego solo puede prenderse en lugares determinados donde hay menos peligro de que pueda expandirse.PACO PUENTESMamadou Tunkara, un maliense de 45 años, es uno de los jefes del campamento porque lleva una década viviendo temporadas aquí. Saltó la valla de Ceuta en el 99, se dedicó 10 años a la construcción y con la crisis migró al campo. Ahora tiene un contrato de tres meses y trabaja sin descanso para ganar 1.200 euros que envía casi íntegramente a su familia.PACO PUENTESEn Lepe llegó a haber un proyecto de albergue para temporeros, tenía una inversión de más de un millón de euros, pero se abandonó inacabado. Ante la falta de alternativas habitacionales, los trabajadores lo han ocupado y cuidan del espacio.PACO PUENTESVista aérea del mayor asentamiento de chabolas de Lepe. Aquí viven cerca de 300 personas en unas 70 casuchas.PACO PUENTESLa basura, que el Ayuntamiento no recoge, se lanza en bolsas por un barranco. A pesar de tenerlo todo en contra, en el lugar hay orden, limpieza, turnos de cocina, y normas. Están prohibidos el alcohol, las drogas, el fuego y las peleas.PACO PUENTESPACO PUENTES“Conseguí mis papeles con un contrato hace cuatro años, gano 1.200 euros al mes, pero no hay casas ni habitaciones para alquilar. Llevo tres meses aquí”, se queja con acento andaluz este maliense llegado a las islas Canarias en 2008.PACO PUENTESLos jornaleros de los asentamientos que sí tienen un permiso de residencia y trabajo –un 74% según un informe de Cáritas de 2017– tienen un contrato y trabajan más que sus vecinos en situación irregular, pero viven en las mismas chabolas, se mojan igual cuando llueve y tienen las mismas picaduras de chinches por todo el cuerpo.PACO PUENTESDos de los residentes del campamento juegan a las damas en un tablero imporvisado con tapones de Coca-Cola y Fanta.PACO PUENTESCuando no hay trabajo en el campo, la recogida y venta de chatarra es una alternativa para sacar algo de dinero.PACO PUENTESInvernaderos cercanos al asentamiento de temporeros.PACO PUENTES