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Nos gusta la Navidad - Día 13

Navidades con mascotas

Son, casi siempre, los más mimados de la casa. Los que reciben todo el cariño y los caprichos que, muchas veces, no nos damos ni a nosotros mismos. Las mascotas nos aportan mucho más que compañía: son uno más de la familia

Imagen perteneciente a la revista 'Más que mascotas', de El Corte Inglés, de este mes.
Imagen perteneciente a la revista 'Más que mascotas', de El Corte Inglés, de este mes.

¿Qué no es bueno humanizar a las mascotas? ¡Y por qué no si ellas nos hacen más humanos a los humanos! Considerarlas parte de la familia es natural (para ellas, nosotros lo somos, sin duda) y una forma de corresponder a lo que nos entregan: buena compañía, cariño, momentos entrañables y divertidos, una amistad incondicional. Los efectos benéficos de su presencia en nuestra salud física y emocional sencillamente no tienen precio.

Entonces, si son parte del hogar, cómo no compartir con ellas las fiestas familiares por excelencia. Es el momento perfecto para fortalecer el vínculo con ese perro adorable, esa gata zalamera, esa bola de pelo con un conejo dentro... Tu mascota lo entiende, seguro, aunque no sea (del todo) humana capta las buenas vibraciones de una celebración hogareña (siempre que no haya demasiado ruido, claro, porque se puede poner nerviosa) o la emoción de obsequiar y recibir.

Por supuesto, se puede hacer con respeto y medida, no se trata de sentar al dogo Dogy o al minino Gatuno a la mesa en Nochebuena, sino de tener un detalle. Conviene hacerlo sin variar sus rutinas, sobre todo en alimentación, y si les preparas un menú especial para ese día que sea equilibrado y adecuado a sus necesidades. Los hay incluso para mascotas menos habituales que perros y gatos, como las golosinas de yogur para conejos o comida especial para tortugas domésticas.

La Navidad puede ser la excusa de renovar las cosas de nuestra mascota como cuando regalamos un objeto práctico. También es la oportunidad de disfrazar la propia casa con decoración navideña, sin olvidar el rincón de tu mascota. Por ejemplo, puedes instalarla en una caseta-iglú con forma de árbol navideño con una manta que parece recortada de una capa de los reyes magos. Y completar con juguetes como peluches con forma de sándwich, reno o cactus. Eso sí, si tienes niños en casa no te extrañe si les ves confiscar un peluche tan divertido recién regalado al perro.

La Navidad es hogareña, desde luego, pero esa intimidad se puede trasladar a cualquier otro lugar en un viaje, una excursión a la nieve, un restaurante o un simple paseo para ver la decoración de luces. Basta con que le ajustas un buen arnés a tu mascota y tal vez una prenda de protección si hace frío (cuando son de pelo corto o pequeñas, están más expuestas), y andando. Te los puedes llevar hasta en una mochila con ventana.

Suerte que cada vez se vean más lugares pet friendly, que podrían llamarse human friendly, porque los dueños quieren a sus mascotas a su lado. Como al resto de la familia.

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