Vender pañales en Nigeria y otros consejos para ganar dinero en África

La publicación del III Plan África del Gobierno de España y la entrada en vigor del tratado de libre comercio en el continente indican un buen momento para el sector negocios

Un bebé en Yola, Nigeria.REINIER VAN OORSOUW (UNICEF)
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África: 55 países, 1.200 millones de personas y tres billones de PIB conjunto en 2018. En 2050, la población habrá aumentado a 2.500 millones de almas, y eso afecta a las empresas. "Solo en Nigeria nacerán más niños que en toda Europa. Si yo soy una empresa de dodotis, tendré que fijarme en ese país", advierte Carlos Reyes, responsable para África de la corporación financiera internacional del Banco Mundial. Así se pronuncia en Madrid durante un encuentro realizado el jueves en la Casa Árabe bajo el título África, un presente con futuro, organizado por el Centro Navarro de Investigaciones para el Desarrollo (NCID) y el Ministerio de Exteriores. Las palabras de Reyes resumen su visión a la hora de analizar las posibilidades de negocio en el continente en un momento en que diversos indicadores apuntan a que África cada vez está más abierta a las inversiones.

Una de estas señales se ha producido en los últimos meses desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, pues acaba de presentar en sociedad su III Plan África. Fue aprobado en consejo de ministros el pasado mes de marzo y se trata de la primera estrategia integral pensada para animar a las empresas españolas a invertir en el continente y mostrarlo como una tierra de oportunidades, más allá de la habitual cuestión migratoria. Se trata de emular la expansión realizada en América Latina desde la década de los ochenta, afirmaba hace unos meses el ministro del ramo, Josep Borrell, en un continente que hoy "está en mejor situación económica de lo que lo estaba en aquel entonces Latinoamérica".

Un hito histórico

No es la única seña de que soplan buenos vientos para hacer dinero en África. Esta misma semana también ha entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio Africano (AfCFTA, por sus siglas en inglés). Se trata de un "hito histórico", como ha descrito el comisario de Comercio e Industria de la Comisión de la Unión Africana (UA), Albert Muchanga, en su cuenta de Twitter; el compromiso de 52 países (de momento se han resistido Benín, Eritrea y Nigeria) para crear la mayor zona de libre comercio del mundo. Este tratado aspira a eliminar los aranceles al 90%, lo que dinamizará el comercio entre los distintos países y el desarrollo socioeconómico. Y a medio plazo, lograr la libre circulación de personas, la unión aduanera y monetaria y la consolidación de un mercado común. Esto significa, entre otras cosas, que los productos de empresas europeas, chinas o estadounidenses fabricados en África van a venderse a precios inferiores a los actuales en un mercado de más de 1.000 millones de personas, ya que será más barato moverlos en la región.

Estas dos últimas acciones: el AfCFTA y el III Plan África animan a posar la vista en un África que es inmensa y diversa, como inmensos son sus problemas y oportunidades. De un lado, existen conflictos en plena combustión, como en Sudán del Sur o la República Democrática del Congo. También es el continente con más personas viviendo en pobreza extrema (583 millones que subsisten con menos de 0,9 euros al día), las infraestructuras son escasas, lo mismo que las oportunidades laborales (el Banco Mundial calcula que hay que crear 900 millones de empleos en los próximos 30 años para absorber el auge demográfico). Lo que sí abunda es la corrupción en demasiados países y, por si fuera poco, el cambio climático castiga allí más que en ningún otro lugar del mundo pese a que este continente es el que menos responsabilidad tiene de haberlo provocado.

Pero igual que retos, existen oportunidades suficientes para invertir. Y espacio para todos: "Solo hay 1.500 empresas españolas en el continente, y 600 en territorio subsahariano", ha indicado Joan Tusell, director de comunicación de Casa África y moderador de una de las mesas redondas del encuentro del NCID. En los últimos años países como Burkina Faso o Gambia han vivido procesos poselectorales y cambios de Gobierno pacíficos, por ejemplo. “Hay una oportunidad en los próximos 20 a 30 años para cambiar la imagen”, asegura Stefan Dercon, director del centro de estudios de economías africanas de la Universidad de Oxford.

El clima para hacer negocios es medido anualmente por el informe Doing Business del Banco Mundial, que analiza las regularizaciones que favorecen la actividad empresarial y aquellas que la restringen. En 2019, con el último informe, se ha puesto de relieve que continua la tendencia a hacer los trámites más sencillos. En un primer vistazo destaca que Mauricio y Ruanda están por encima de España en la clasificación de países donde es más sencillo emprender. Un análisis más profundo revela que ha sido el continente con mayor número de reformas legislativas para mejorar este entorno de negocio: 107 medidas entre 40 países en 2018. "Tres de cada cuatro africanos viven en un país donde la gobernanza ha mejorado", indica Tusell, citando estimaciones de la Fundación Mo Obrahim

Solo hay 1.500 empresas españolas en el continente, y 600 en territorio subsahariano

En 2019, el crecimiento económico de la región subsahariana será de un 3,5% frente a un 2,9% del año anterior, según el Fondo Monetario Internacional. Y las previsiones más conservadoras estiman que el PIB será de 15 billones de dólares en 2060. Y frente a las predicciones de que en las próximas décadas 300 millones de africanos engrosarán la clase media, Dercon reduce la cifra a unos 60 millones o 25 si hablamos de un poder adquisitivo superior a 10 dólares al día. Para el experto, la receta para el crecimiento y la reducción de la pobreza contiene dos ingredientes: primero, un proceso basado en un sector privado que sea inclusivo con los grupos más pobres ofreciendo empleos mejores y más productivos. Y segundo, fortalecer sistemas sociales que den acceso a salud, educación, seguridad y protección para los más empobrecidos.

Ángela Pérez es directora de Financiación Estructurada de Elecnor, un grupo español presente en 60 países y especializado en infraestructuras energéticas. En África están presentes desde los años ochenta y ahora se encuentran ejecutando 30 contratos; su actividad en el continente les supone un 10% de la cifra de ventas total. "Una de las razones de éxito de Elecnor en el continente es que nos intentamos africanizar, adaptar a cada país", asegura. "Tenemos nuestras políticas medioambientales y de seguridad laboral, pero intentamos establecer relaciones estables con nuestros clientes y proveedores evitando el paternalismo que a veces arrastramos, diciendo a los africanos cómo tienen que hacer las cosas y qué necesitan. Ellos son quienes tienen que decirnos qué les hace falta de nosotros".

Ciudades inclusivas, campo, infraestructuras

Una de las consecuencias del intenso boom demográfico será el crecimiento de los centros urbanos. El nivel de urbanización aumenta un 38% cada año y, como afirma Reyes, del Banco Mundial, de las 30 ciudades que crecen más rápido en el mundo, 21 están en África subsahariana. La calidad de vida de sus habitantes dependerá de si estas metrópolis saben prepararse para acogerlos a todos. Y para eso son necesarias buenas infraestructuras, un sector que en el continente aún cojea. Y en todas partes, centro y periferia, pues aún son muy desiguales. Por ejemplo, en los barrios marginales de Nairobi (Kenia) el 33% de la población tiene acceso a agua corriente frente al 66% de la ciudad.

El 43% de la población tiene acceso a electricidad constante y el 66% usa biomasa como principal fuente de energía

La industria representa solo el 10% de la economía de la región subsahariana y solo el 43% de la población tiene acceso a electricidad constante y el 66% usa biomasa como principal fuente de energía, algo que tiene efectos nocivos por la deficiencia energética y la contaminación que produce. "En un hotel de Lagos siempre escucharás el zumbido de motores diésel porque no hay capacidad pese a que Nigeria es la primera economía de África. La ciudad, con 15 millones de habitantes, tiene 13 kilovatios de potencia instalada y usa cuatro, que es lo que utiliza Edimburgo con medio millón de personas", describe Reyes.

José Alfonso Nebrera es director general del Área de Servicios Industriales de ACS, una constructora con cierta presencia en África: el 1% de los 35.000 millones de euros que facturan viene de este continente. "Nos interesan situaciones en las que podamos hacer puente entre una necesidad social y una capacidad inversora", relata. Y así están llevando a cabo proyectos como subestaciones en Etiopía, líneas de transmisión en Egipto, plantas termosolares en Sudáfrica y desaladoras en Djibouti, entre otros. Su experiencia le dice que los principales problemas que suelen encontrar son la falta de estabilidad jurídica, regulatoria y social. Y esta enlaza con la imagen negativa que se tiene de los países africanos. "Se amplifica lo negativo y no se da importancia a lo positivo, que es mucho", afirma. Nebrera apuesta porque los países interesados en invertir en el continente jueguen con reglas transparentes y se coordinen para conseguir una cooperación positiva.

Entre toda esa población que engrosa las ciudades no solo están quienes nacen en ellas, también quienes migran desde el campo o desde otros países, incluso. No en vano los mayores flujos migratorios se producen dentro de África. Para Blanca Moreno Dodson, hay que pensar en el desarrollo de las ciudades para que sea inclusivo, pero también ve otra oportunidad de negocio más allá de estas. "Hay que desarrollar las zonas rurales, no solo las ciudades porque, si estas no pueden acoger a todo el mundo, la población acabará sumida en la pobreza, que en las ciudades muchas veces es peor.  Además, tampoco sería bueno desde el punto de vista del medioambiente. Por eso, para Moreno Dodson las soluciones deben venir desde el desarrollo del capital humano: formar a jóvenes y a refugiados, aunque sea a distancia. "Crean trabajo y hay que potenciarlo", afirma.

Sabemos que en África se puede invertir en su moda, en su cacao y su café, en la construcción de hospitales y escuelas, puentes y carreteras. Pero hay mucho más donde encontrar negocio. Un día cualquiera, en España nacen poco más de un millar de bebés; tan solo en la noche del 31 de diciembre de 2018, nacieron 25.600  en Nigeria, según Unicef. Estos y los que vengan necesitan pañales.

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