19 fotos35º aniversario del incendio de la discoteca Alcalá 2081 personas fallecieron el 17 de diciembre de 1983 en uno de los locales de moda de Madrid 17 dic 2018 - 09:46CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl 17 de diciembre de 1983, 81 personas se dejaban la vida un incendio en la discoteca Alcalá 20 de Madrid. Las víctimas, con una edad media de 23 años, disfrutaban de la noche en un fin de semana de vísperas de Navidad en un local de moda del centro de Madrid. En la imagen, bomberos y ambulancias a las puertas de la discoteca Alcalá 20 poco después del incendio.Antonio GabrielLos materiales altamente inflamables empleados en la decoración que al arder produjeron gases letales, la falta de visibilidad (las luces se apagaron cuando la gente huía), la ausencia de señalización, el que los sistemas de extinción fueran totalmente ineficaces o inexistentes y que las salidas de emergencia se encontraran cerradas por verjas y candados fueron un cóctel perfecto para tan elevado de víctimas. En la imagen, la escalera, estrecha y empinada, que conducía a la puerta principal de la discoteca, en la que los bomberos encontraron a muchas víctimas amontonadas.Antonio GabrielEl infierno se desató a las 4.45. Un número indeterminado de personas (se habló de hasta 1.000) se encontraba en el interior de la discoteca poco antes del cierre. Las luces acababan de ser encendidas y la música, apagada. Por causas no aclaradas (se habló de un cortocircuito, lo que fue descartado por los peritos durante el juicio) el fuego prendió las cortinas del escenario. Los empleados trataron de desplegar los cortinajes, lo que avivó las llamas. Varios trabajadores intentaron apagar el incendio con unos medios totalmente ineficaces: extintores (que estaban mal señalizados y no funcionaban) y una manguera de la que apenas salía agua.Antonio GabrielUna llamarada envolvió los cortinajes. La lengua de fuego casi alcanzó el techo. La decoración del escenario y la que rodeaba la pista de baile comenzó a arder. 5.000 kilos de materiales altamente combustibles que liberaron gases tóxicos. La densa humareda tóxica cubrió en pocos minutos la planta más baja, en la que se encontraba la pista de baile, el escenario y los palcos más bajos. En pocos minutos el humo mortal alcanzaba los palcos superiores hasta la puerta de entrada. La deficiente instalación eléctrica hizo que el local quedara a oscuras.Raúl CancioEl local, un laberinto de escaleras y salas, tenía las salidas de emergencias cerradas con verjas y candados. A oscuras, los que optaron por la puerta principal se encontraron en una ratonera. La gente se aglomeró en la escalera, estrecha y empinada, que además actuó como chimenea.Antonio GabrielLa entrada principal a la discoteca estaba en un vestíbulo que daba a la calle Alcalá y en el que también se encontraba la entrada al teatro Alcázar y a varias tiendas. Tres enormes portones con verjas cerraban este vestíbulo. De ellas solo una de las laterales, la situada frente a la puerta de acceso a la discoteca se encontraba abierta. Los bomberos tuvieron que romper las verjas para facilitar el rescate de los supervivientes.Raúl CancioLa discoteca Alcalá 20 había sido inaugurada en septiembre tras una ambiciosa remodelación. La antigua de sala de fiestas Lido, de 1927, fue transformada en un local de moda, al que acudía un público joven para disfrutar de actuaciones de música en directo y de la noche madrileña.Raúl CancioPuerta de emergencia situada junto al número 7 de la calle de Arlabán, junto a la discoteca Stella, en la fachada posterior de la discoteca. Al parecer, fue utilizada casi exclusivamente por empleados del establecimiento, que conocían su existencia y la forma de llegar hasta ella. Este hecho explicaría que la mayor parte de los empleados de la discoteca se salvaran, mientras que los clientes vagaban a oscuras por los pasillos, en un laberinto de salas sin salida. Varios cuerpos fueron encontrados en el ropero y los cadáveres de dos jóvenes se localizaron una semana después, en el hueco de una escalera.Raúl CancioClaraboya situada junto a la puerta principal de la discoteca Alcalá 20, rota por los bomberos que acudieron al lugar del infierno, y por la que pudieron rescatar a unas 15 personas. Los gritos de las personas que estaban bajo la acera alertó de su presencia. Otros jóvenes pudieron ponerse a salvo a través del tubo del aire acondicionado.Raúl CancioDe las 81 víctimas, 31 fallecieron carbonizadas; 13, intoxicadas y 36, por asfixia o aplastamiento en las avalanchas de personas que querían alcanzar la salida en medio del pánico. El humo subió por la escalera del edificio alcanzando a las viviendas que había en la parte superior. La hija del portero del edificio, de 19 años, perdió la vida al caer de una terraza cuando su familia intentaba ponerse a salvo cruzando al edificio de al lado.Raúl CancioNo fue la única tragedia que sacudió Madrid esos días. El 27 de noviembre un avión de Avianca procedente de Fráncfort y con destino a Bogotá se estrellaba en Mejorada del Campo, cerca de la capital, en su aproximación en el aeropuerto de Barajas donde tenía que hacer escala. En el accidente fallecieron 181 personas y hubo 11 supervivientes. El 7 de diciembre, en el aeropuerto de Barajas, una colisión entre un avión de Iberia y uno de Aviaco dejaba 93 muertos y 42 heridos. En la imagen, varias personas observan junto a la boca del Metro de Sevilla las labores de rescate de las víctimas del incendio de la discoteca Alcalá 20 de Madrid.Raúl CancioUn superviviente del incendio de la discoteca Alcalá 20 de Madrid a las puertas del Instituto Anatómico Forense, donde se vivió una situación de caos y desconcierto ante la falta de un plan para atender la llegada de cadáveres en caso de catástrofe y el desbordamiento de sus servicios. Tras un peregrinaje por los hospitales a los que fueron trasladados los heridos, los familiares se trasladaron al Anatómico, donde los cadáveres iban siendo colocados en salas y pasillos.Chema ConesaLlegada del féretro de una de las víctimas del incendio de la discoteca Alcalá 20 de Madrid al cementerio de La Almudena.Manuel EscaleraLa discoteca ocupaba se encontraba en los sótanos de un inmueble de seis plantas. Los niveles superiores de la discoteca eran los antiguos palcos y plateas de lo que fue la sala de fiestas Lido y la pista de baile estaba construida junto al escenario.Raúl CancioVarias personas observan junto a la boca del Metro de Sevilla las labores de rescate de las víctimas del incendio de la discoteda Alcalá 20 de Madrid. Tras el incendio, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio del Interior se echaron la culpa sobre las responsabilidades en las inspecciones del local. En la imagen, candado de la verja situada en la entrada de la discoteca Alcalá 20 de Madrid que tuvieron que romper los bomberos para poder acceder.Raúl CancioA la izquierda, el juez Jacobo López-Barja de Quiroga, titular del juzgado número 15 de Madrid (que se encontraba de guardia aquella fatal noche), entrando en la discoteca. Ese mismo día decretó la detención preventiva del jefe de sala y de tres de los propietarios del local.Manuel EscaleraRueda de prensa en el Ayuntamiento de Madrid sobre el incendio de la discoteca Alcalá 20 en el que murieron 81 personas. Desde la izquierda, José María Álvarez del Manzano, portavoz municipal de la oposición; Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid; Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid; José María Rodríguez Colorado, gobernador civil de Madrid; y Juan Barranco, primer teniente de alcalde, escuchan a José Pascual, arquitecto jefe del Servicio de Incendios del Ayuntamiento de Madrid, con un croquis de la planta de la discoteca destruida por el fuego.Raúl CancioDoroteo Martín, en primer término, y detrás Juan Antonio Iglesias, Emilio Urdiales, Pedro Rascón y Carlos Mendoza, los cinco empresarios copropietarios de la discoteca Alcalá 20, salen de la prisión de Carabanchel de Madrid en libertad provisional el 4 de enero de 1984. El juicio no tuvo lugar hasta octubre de 1993, diez años más tarde la tragedia. La Audiencia Provincial de Madrid condenó a cuatro de los propietarios, al técnico que certificó la instalación eléctrica y al inspector que “no vio” las graves irregularidades del local. El Estado fue condenado como responsable civil subsidiario y quien debería pagar las indemnizaciones (que los familiares tardaron años en recibir).Bernardo PérezLos propietarios de la discoteca Alcalá 20 acompañados de sus abogados dan explicaciones el 17 de enero de 1984. Desde la izquierda, Juan Antonio Iglesias, propietario, Rafael González, abogado; Doroteo Martín Gómez, propietario, Pedro Rascón Bravo, propietario, Ramón Muñoz Tuero, abogado, Emilio Urdiales Sánchez, propietario; Carlos Usúa, abogado, y Carlos Arranz, abogado. En sus declaraciones los dueños afirmaron que el incendio fue provocado y culparon al público que se encontraba en la discoteca por no haberse tomado en serio la alarma.Raúl Cancio